MICHAEL SEGALL

19 de junio de 2016: Se informa sobre enfrentamientos entre el ejército sirio y los combatientes de Hezbolá en la zona de Alepo el 16 de junio, que dejaron siete u ocho muertos entre las fuerzas de Hezbolá, algunos tras un ataque de aviones sirios. La organización, por su parte, se apresuró a negar los informes y acusó a los “mecanismos regionales de inteligencia” y a Estados Unidos de intentar crear divisiones entre el grupo y Rusia. El reporte, sin embargo, refleja la tensión entre las partes, probablemente debido a la creciente participación rusa en una solución diplomática a la crisis de Siria, mediando entre los distintos elementos de la oposición y el régimen.

Rusia está liderando un esfuerzo para elaborar una nueva constitución en Siria. Según el diario libanés Al-Akhbar, afiliado a Hezbolá, que por lo general refleja el punto de vista de sus líderes, Rusia incluso está redactando secciones principales de esta constitución. El periódico afirma que dispone de un anteproyecto de la constitución que incluye comentarios de los líderes sirios. Assad, por su parte, niega dicha participación. Sin embargo, en mayo de este año, Al-Akhbar publicó un informe inicial sobre la intervención rusa en la elaboración de la Constitución.

Irán y Hezbolá no están contentos con los esfuerzos de Rusia para resolver la crisis en Siria. Pese a la cooperación entre Irán y Rusia, que al parecer está dirigida por Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza al-Quds de la Guardia Revolucionaria en Irán, ambos países no coinciden sobre el futuro de Siria, una vez que la crisis llegue a su fin. Estas diferencias también perjudican al régimen sirio (y Hezbolá), que se encuentra entre la espada de Rusia y la pared de Irán, especialmente ante los intensos enfrentamientos entre las diversas fuerzas y milicias que operan en diferentes regiones de Siria.

[Esta semana Hezbolá anunció que al menos 20 de sus combatientes murieron en enfrentamientos con rebeldes sirios cerca de Alepo.]

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Al mismo tiempo, altos funcionarios iraníes que participan activamente en el embrollo sirio destacan la necesidad de mantener la presencia de Irán en Siria, en particular con respecto a la seguridad nacional de la República Islámica. Iraj Masjedi, uno de los principales asesores de Soleimani, elogió a las fuerzas iraníes y a otros colaboradores que provienen de “países musulmanes como Pakistán, Afganistán y el Líbano.” Masjedi dijo que mediante su presencia en Siria y en Irak (donde las fuerzas leales a la República Islámica están librando batallas para liberar a Faluya y Mosul del Estado islámico) Irán protege sus fronteras contra Arabia Saudita e Israel, así como los santuarios chiítas en Siria e Irak. El asesor iraní añadió que Alepo, Faluya y otras localidades de Irak y Siria son el frente de resistencia y que el CGRI y los Basij (brazo voluntario del CGRI) seguirán luchando en estos zonas hasta derrotar al Estado Islámico.

Una ceremonia conmemorativa se llevó a cabo en honor a 13 combatientes del CGRI que murieron en la batalla de Khan Touman en la zona de Alepo, el 6 de mayo de 2016. Ese enfrentamiento es considerado una de las derrotas más graves de Irán en manos de al-Jabhat Nusra y otros grupos rebeldes en Siria. Más tarde, un sitio identificado con Soleimani informó sobre la muerte de Asad Alá Ebrahim Fatimiyoun cerca de Damasco el 3 de junio. Fatimiyoun es un comandante de la brigada y uno de los defensores del lugar de peregrinación chiíta Sayyidah Zaynab (la tumba de Zaynab, hija de Ali y Fatima, y nieta de Muhammad).

Qasem Suleimani fue citado diciendo que, dado el gran número de mártires en los combates cerca de Alepo, sus tropas no volverán a Irán hasta lograr el triunfo o que sean martirizados en Alepo.

Irán, que sigue intensamente involucrado en Siria, no ha respondido a la guerra de palabras entre Siria y Hezbolá, sus dos clientes principales en la región. La continua intervención de Rusia en Siria, que beneficia a Irán a corto plazo, manteniendo la capacidad de supervivencia del régimen de Assad, también exige un alto precio de la República Islámica con respecto a una solución a largo plazo para Siria.

¿Acaso es tiempo de considerar una solución a largo plazo en Siria?

Previo a los recientes contratiempos del Estado Islámico en Irak y Siria, esa pregunta se había evadido. Ahora, en vista de las derrotas de ISIS y sus pérdidas territoriales en Siria, Irak y Libia, la pregunta es relevante para al sensible triángulo Siria-Irán-Rusia. Hezbolá, que sigue pagando un precio alto – tanto en bajas como en el ámbito político del Líbano – se encuentra en una situación difícil; bajo presión iraní, el grupo se verá obligado a asumir el costo de una solución en Siria sin ningún logro verdadero. Cabe destacar que Hezbolá también sigue altamente involucrado en la guerra del Yemen y en Irak, donde sus asesores colaboran con las milicias chiítas para liberar a Irak del Estado Islámico.

Para Irán, el teatro sirio es cada vez más complicado. La posibilidad de perder una esfera de influencia y su actividad operativa en Siria, principalmente debido al creciente interés de Rusia, preocupa a sus líderes. La crítica interna por su creciente y continua intervención en Siria o el elevado número de bajas no han provocado un cambio de política iraní, ya que Siria sigue siendo una de sus principales líneas de defensa, no sólo debido a su proximidad a Israel y al Líbano, sino porque es el escenario principal de la competencia entre Arabia Saudita y los Estados del Golfo, Irán y Rusia (con Estados Unidos observando desde fuera) para la conformación de un nuevo orden regional e internacional en Oriente Medio, que aún experimenta la agitación de la Primavera Árabe.

Irán todavía considera a Irán-Irak-Siria-Líbano como puntos estratégicos de la batalla que está librando con Arabia Saudita sobre la redefinición de Oriente Medio. Esta lucha también se está llevando a cabo en lugares como el Yemen, donde, pese a las conversaciones de paz en Kuwait, continúan los enfrentamientos entre los huzíes respaldados por Irán y Hezbolá y la coalición liderada por Arabia Saudita; y en Bahrein, donde Irán sigue apoyando a la mayoría chiíta.

Irán crítico enérgicamente la reciente decisión de suspender las actividades de la Sociedad Nacional Islámica Al-Wefaq, el principal grupo opositor de Bahrein y las medidas de ese país contra la mayoría chiíta. Según el gobierno de Bahrein, Al-Wefaq es responsable de crear “un entorno para el terrorismo, el extremismo y la violencia, llamando a una interferencia extranjera en asuntos internos” – una insinuación de la intervención y subversión iraní. Bahrain también sentenció a ocho ciudadanos chiítas a 15 años de prisión por su papel en la creación de un grupo terrorista en 2014.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

Traducción: Esti Peled

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