GRACIA MATSIKO
Cuatro décadas después, los países ahora amigos marcarán conjuntamente la atrevida operación de rescate de las Fuerzas de Defensa de Israel en señal de reconciliación

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En vuelo rasante por encima de las olas agitadas en medio de la oscuridad, los cuatro aviones se abalanzaron a baja altura sobre el Lago Victoria, repleto con más de 200 comandos israelíes de élite en una audaz incursión para liberar rehenes secuestrados.

coche negro
Mercedes negro que simulaba el coche personal de Amin llevado por los comandos.

Aterrizando poco después de la medianoche en el aeropuerto de Entebbe en Uganda, el 4 de julio de 1976, tomó a los paracaidistas menos de una hora asaltar la base y liberar a más de 100 pasajeros a bordo de un avión de Air France, una operación que ha pasado a la leyenda de las fuerzas especiales. El avión había sido secuestrado una semana antes, el 27 de junio.

Cuatro décadas más tarde, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tiene previsto visitar Uganda por el aniversario no sólo con motivo de la operación y ahora impulsar los lazos amistosos entre Uganda e Israel, sino también para rendir un homenaje muy personal.

El líder del comando, el único soldado israelí muerto en el ataque, era su hermano mayor, el teniente coronel de 30 años Yonatan Netanyahu.

Amir Ofer
Imagen tomada el 14 de junio, 2016 de Amir Ofer, uno de los ex comandos israelíes, habla durante una conferencia de prensa sobre los rehenes de Entebbe, en Uganda, antes de los 40 años de la operación de rescate. (Foto: AFP / RONALD KABUUBI)

Como operación, fue “una difícil”, recuerda Amir Ofer, entonces sargento mayor y ahora empresario, de visita en Uganda a principios de este mes como parte de los preparativos para celebrar el aniversario.

Uganda e Israel están planeando un homenaje que sea de reconciliación, conservando las cicatrices de bala en las paredes de la antigua terminal de Entebbe, aun aeropuerto de la capital Kampala, a unos 40 kilómetros (25 millas) al norte.

A principios de este mes, algunos de los comandos retirados que participaron en la incursión visitaron la escena del extraordinario rescate, junto a funcionarios de Uganda, incluido el hijo del entonces enemigo, el dictador Idi Amin.

“Tuvimos poco tiempo para prepararnos”, dijo Ofer, teniendo en cuenta los más de 3.500 kilómetros (2.200 millas) entre Uganda e Israel, con un ultimátum de 48 horas antes de que los hombres armados empezaran a matar rehenes. “El reloj corría deprisa después que los terroristas dieran su ultimátum”.

Air France
Avión secuestrado

Un avión de Air France en ruta desde Tel Aviv a París había sido secuestrado por dos palestinos y dos alemanes en Atenas, y se le ordenó viajar a Entebbe con 250 pasajeros a bordo.

Amin de Uganda, que había cortado los lazos con Israel en favor de ayudas en efectivo del dictador libio Muamar Gadafi, permitió que el avión secuestrado aterrizara.

Al llegar, los rehenes judíos e israelíes fueron separados y los demás liberados, dejando a unos 100 rehenes y miembros de la tripulación vigilados por los secuestradores.

Ni los secuestradores ni las tropas de Uganda imaginaron jamás que fuerzas especiales pudieran perpetrar un ataque desde tan lejos, tomando el aeropuerto por sorpresa.

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Comandos de la Operación Entebbe

“Nos dispersamos sin que nadie se diera cuenta de que éramos una fuerza enemiga”, dijo Ofer, que describe cómo salieron del avión después de aterrizar en la oscuridad. La fuerza inicial rugió fuera del avión en un Mercedes negro que parecía el coche personal de Amin, pero su identidad fue revelada cuando tuvieron que disparar a un guardia de Uganda.

“Minutos después de nuestra llegada, pudimos llegar a la terminal, matamos a los terroristas y en una hora estábamos en nuestro camino de regreso a Israel”, agregó Ofer.

Todos menos tres de los rehenes fueron liberados en el ataque, mientras que 20 soldados de Uganda y siete secuestradores murieron, junto con varios ciudadanos de Uganda.

Otro rehén, una persona de 75 años, una mujer israelí que había sido trasladada a un hospital, fue muerta posteriormente por órdenes de Amin.

Enemigos en 1976, se espera que hoy la incursión ayude a construir vínculos entre las dos naciones.

La incursión “permanecerá para siempre en el corazón de todos los que participaron”, dijo el ex sargento israelí Alex Davidi que también tomó parte en ella.

Yoni Netanyahu
Yoni Netanyahu, en una fotografía tomada poco antes de su muerte en Entebbe en 1976 (Wikipedia)

Bonifence Byamukama, de la Junta de Turismo de Uganda, dijo que estaban “trabajando en un monumento con el fin de preservar la historia” de la operación, incluyendo las señales de bala en las paredes.

El viaje planeado de Netanyahu, el primero de un primer ministro israelí a África desde que Isaac Rabin visitara Casablanca en 1994, es la culminación de años de acercamiento y se espera que impulse vínculos con las naciones africanas, en particular sobre cuestiones de seguridad.

Galvanizada por una creciente demanda de asistencia por la seguridad de Israel y la búsqueda del gobierno de nuevos aliados, Netanyahu ha puesto un nuevo foco en la mejora de las relaciones en el continente.

El hijo de Amin Jaffar, un niño de 10 años cuando tuvo lugar el ataque, dio la bienvenida a los comandos en Uganda este mes como “signo de reconciliación”, recordando las historias que su padre le contó después de que fuera depuesto y obligado a exiliarse.

Amin, cuya excéntrico régimen de ocho años ayudó a que su nombre se convierta en una forma abreviada de la dictadura de África y el mal gobierno violento, dijo que había estado “cerca” del soldado que mató a tiros a Yonatan Netanyahu.

El oficial, nombrado como capitán Rafael Osacha, murió tranquilamente en su retiro en la década de 1990.

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Los rehenes llegan de regreso a Israel el 4 de julio de 1976 (Archivos FDI)

Jaffar recordó lo que había dicho su padre cuando le preguntó por qué no había enviado aviones de combate para derribar a los israelíes que salían.

“Mi padre dijo de los israelíes, ‘Hijo, esos son los hijos de Dios, cuando empiezan a luchar, nunca se detienen'”, dijo Jaffar.

“Para él, sintió que habían venido a rescatar a su gente, habían cumplido su misión, y los dejó ir”.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico