Michael Schudrich, Gran Rabino de Polonia recitando una oración para las víctimas de la masacre de Jedwabne en el cementerio judío de la ciudad. Segundo a la izquierda está Jonathan Greenblatt, el director nacional de la Liga Anti-Difamación. (Cnaan Liphshiz)

El alcalde de una ciudad polaca donde los locales mataron y enterraron a cientos de judíos sumó su voz a un coro creciente de funcionarios que buscan exhumar los cuerpos de una tumba masiva para ver si los soldados alemanes fueron los asesinos.

Michael Chajewski, el alcalde de la ciudad en el nordeste de Polonia, dijo a Gazeta Wyborcza a fines de la semana pasada que él apoya la exhumación. Su respaldo a la exhumación llega en medio de un escándalo por una declaración equívoca por parte del ministro de educación de Polonia en televisión diciendo que aun cuando los historiadores y líderes estatales han culpado a los locales por el pogrom el 10 de julio de 1941, ella no sabía quien mató a los judíos de Jedwabne hace 75 años.

“Si. Voy a hacerlo,” es citado diciendo Chajewski al diario cuando se le pregunta si firmaría una petición solicitando la exhumación. “Ustedes tienen que determinar cuantas personas fueron asesinadas y por quienes para finalmente despejar dudas.”

El Instituto Estatal de Memoria Nacional de Polonia determinó que muchas docenas de locales mataron a al menos 340 judíos en Jedwabne, a algunos de quienes quemaron dentro de un granero. El incidente, uno de al menos 20 pogroms contra los judíos por parte de los polacos durante o inmediatamente después del Holocausto, era desconocido en gran parte en Polonia antes de la publicación de un libro en el 2001 por el historiador Jan Gross.

Pero el instituto “dijo que en el lugar del crimen, fueron encontradas docenas de balas. No todo está tan claro,” dijo Chajewski. Los historiadores revisionistas dicen que las balas significan que las tropas alemanas probablemente fueron responsables por el asesinato porque a los polacos se les prohibió llevar armas en julio de 1941, cuando el ejército alemán ya estaba presente en la zona – aunque no controlándola plenamente. Pero docenas de testimonios por parte de testigos y sobrevivientes hablan de la matanza como hecha por locales dispuestos.

El registro histórico en Jedwabne es altamente controvertido porque muchos polacos perciben a su nación, donde los nazis asesinaron a 3 millones de polacos no judíos además de 3 millones de judíos, como una víctima del genocidio nazi. El descubrimiento de Jedwabne obligó a muchos a reajustar esta percepción para incluir algunos actos por parte de perpetradores locales.

Ya fue llevada a cabo alguna excavación forense en Jedwabne en el 2001 hasta que fue detenida por temor a violar las leyes religiosas judías sobre molestar innecesariamente las tumbas. Pero los pedidos para exhumar los cuerpos se han intensificado desde la elección el año pasado del presidente de derecha de Polonia, Andrzej Duda.

Duda reconoció el rol de los polacos en matar judíos anteriormente este mes. Pero el año pasado atacó a su predecesor por disculparse en el año 2011 por Jedwabne y negó que tales acontecimientos ocurrieron en verdad.

“Nosotros no participamos en el Holocausto, como somos acusados falsamente por otros”, dijo Duda en un debate televisado en el 2015. “El Señor sabe que los polacos no tomaron parte en el Holocausto.”

La petición de Jedwabne, que Ewa Kurek, un historiador de la extrema derecha de Lublin, está haciendo circular, recibió cobertura en los medios de comunicación polacos en medio de otros artículos acerca de las tendencias revisionistas en Jedwabne, incluido en el Instituto de Memoria Nacional.

Piotr Gontarczyk, un subdirector del instituto, dijo la semana pasada que “es difícil buscar un debate sobre el tema sin una exhumación completa.”

Marek Chrzanowski, un historiador del instituto que se está presentando para la presidencia, dijo el lunes: “Yo también creo que ustedes deben reconfigurar la exhumación y obtener la verdad porque este caso daña la imagen de los polacos.”

Interrogada por JTA, una portavoz del instituto dijo que su organización no apoya la exhumación como un tema de política, aunque algunos de sus historiadores pueden tener una visión diferente.

Fuente: JTA-Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México