Un sospechoso está bajo orden judicial de llevar un brazalete electrónico por tratar de viajar a Siria.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los investigadores están estudiando si uno de los atacantes en el ataque contra una iglesia apostólica romana en esta ciudad fue Adel Kermiche, dijeron las autoridades francesas, un hombre joven que estaba bajo orden judicial de llevar un brazalete electrónico por intentar viajar a Siria.

Kermiche, de 19 años, quien creció en Francia, fue detenido en Turquía en el 2015 mientras trataba de alcanzar el bastión del Estado Islámico en el norte de Siria, dijeron las autoridades francesas. Se le ordenó llevar el brazalete después que un tribunal francés lo condenó bajo cargos de terrorismo en marzo del 2016.

Los investigadores sospechan que Kermiche fue uno de los atacantes eliminados por la policía al abandonar la iglesia. En el interior las autoridades encontraron el cuerpo de un sacerdote con su garganta cortada y un parroquiano herido de gravedad.

Henria Bayouki, de 19 años, una amiga que ha asistido al campamento de verano con Kermiche, dijo que ella habló con su familia que confirmó que él fue uno de los atacantes.

Dos hombres afirmando lealtad al Estado Islámico mataron al sacerdote e hirieron de gravedad a otra persona el martes durante la misa matutina en la iglesia, dijeron las autoridades, sumando a una serie de ataques que han sacudido a Europa occidental durante las últimas dos semanas.

El Estado Islámico dijo a través de su brazo mediático, la agencia noticiosa Amaq, que el ataque fue llevado a cabo por dos de sus “soldados” sin proporcionar pruebas de algún vínculo directo con los atacantes.

Los hombres, esgrimiendo cuchillos ingresaron a la iglesia de piedra del siglo XVI en esta ciudad de Normandía y tomaron cinco rehenes, incluido el Reverendo Jacques Hamel, el sacerdote auxiliar de la parroquia, de 85 años de edad.

Una monja que escapó del lugar dijo a la televisión francesa que vio a los atacantes obligar al Padre Hamel a arrodillarse antes de cortar su garganta. Los atacantes grabaron el ataque y “dieron una especie de sermón alrededor del altar en árabe”, dijo ella.

Otra persona atacada en la iglesia fue encontrada “entre la vida y la muerte”, dijo un portavoz del ministerio del interior.

La policía rodeó la iglesia y disparó a los dos hombres mientras abandonaban el edificio, dijo el portavoz.

El ataque provocó indignación a través de Francia, alimentando los llamados a una represión más amplia sobre los radicales musulmanes.

“Ha sido alcanzado un nuevo punto bajo,” dijo Marine Le Pen, líder del partido anti-inmigración Frente Nacional. “El corazón de la identidad cultural de nuestra nación ha sido atacado intencionalmente.”

Las autoridades estaban también luchando con la posibilidad de otra ruptura en el aparato de seguridad de Francia mientras la policía estaba investigando si uno de los atacantes era un convicto local que fue sentenciado hace poco a llevar un brazalete electrónico por tratar de viajar al territorio del Estado Islámico.

El convicto había sido detenido en Turquía, una puerta de entrada al bastión del Estado Islámico en el norte de Siria, el año pasado y estuvo bajo órdenes de llevar el brazalete en la época del ataque, dijo la policía.

“Esta situación debe llevarnos a la máxima claridad y comprender finalmente que debemos cambiar completamente la dimensión, el nivel, la estrategia de nuestra respuesta”, dijo Nicolas Sarkozy, el ex presidente francés y líder de la oposición conservadora al presidente francés François Hollande. “Nuestro enemigo no tiene ningún tabú, no tiene límites, no tiene moral, no tiene fronteras. Debemos ser impiadosos.”

El Sr. Sarkozy solicitó al gobierno adoptar un paquete de medidas anti-terroristas propuestas por su partido que incluye dar a las autoridades el poder de etiquetar electrónicamente o detener a gente identificada como en riesgo de radicalizarse.

El ataque es el último en una serie de actos de alto perfil y violentos en Europa que comenzó el 14 de julio, cuando un islámico radical manejó un camión a través de las multitudes de gente festejando el Día de la Bastilla en Niza, Francia, matando a 84.

Días después, un extremista islámico hirió a muchas personas en un ataque con hacha contra un tren alemán, seguido por el festival de tiros del viernes por parte de un adolescente en Munich. El domingo, un solicitante de asilo sirio que las autoridades dicen prometió lealtad al Estado Islámico se voló en Alemania fuera de un bar.

El portavoz del Vaticano, Rev. Federico Lombardi nombró al ataque en Normandía un “asesinato bárbaro” que “lamentablemente ha sido agregado a la serie de violencia en los últimos días que nos ha trastornado.”

El Papa Francisco “está informado y comparte el dolor y horror de esta violencia absurda,” dijo el Padre Lombardi.

El Sr. Hollande habló con el Papa Francisco por teléfono y prometió proteger a las iglesias y lugares religiosos en Francia.

Mohammed Karabila, el presidente del consejo de la fe musulmana para la región de Alta Normandía, condenó el “ataque abyecto y bárbaro.”

“Estas personas quieren dividirnos, pero lo que tenemos que hacer es permanecer juntos,” dijo el Sr. Karabila.

Las iglesias ahn estado antes en la mira del Estado Islámico, especialmente en el Medio Oriente. Pero el martes marcó la primera vez que adherentes del grupo han atacado una iglesia en Europa occidental. En abril del año pasado, la policía francesa detuvo a Sid Ahmed Ghlam, un argelino sospechado de recibir instrucciones del Estado Islámico de atacar una iglesia.

En junio, Larossi Abballa acuchilló a un capitán de policía y su compañera a muerte en un suburbio de París, meses después de ser liberado bajo palabra. El fue condenado en el 2013 por tratar de unirse a grupos extremistas en Pakistán y Afganistán.

El gobierno francés ha fortalecido a los servicios de seguridad desde los ataques del año pasado en enero y noviembre; también ha entregado poderes a fuerzas policiales especiales para conducir operativos y detener a sospechosos en sus casas bajo un estado de emergencia.

Eso no ha detenido los ataques. En su lugar, los servicios de seguridad se han encontrado desbordados por el gran número de gente en suelo francés que ha abrazado el Islam radical. El primer ministro francés Manuel Valls ha advertido que el país tendrá que vivir con la amenaza.

Después del ataque del Día de la Bastilla en Niza, el gobierno decidió prolongar el estado de emergencia y mantener el número de soldados dedicados a una misión de seguridad interna en 10,000.

Los legisladores de la oposición se han apresurado a criticar los esfuerzos del gobierno. En los momentos después del ataque en la iglesia, Georges Fenech, un miembro del partido del Sr. Sarkozy que encabezó un comité que trabaja en un informe sobre los servicios de inteligencia, dijo que el gobierno ahora debe buscar cómo reformar los servicios.

“Debemos ver como podemos reestructurar nuestros servicios de inteligencia para evitar [..] agujeros en nuestra raqueta y que estas personas puedan escapar de nuestros radares,” dijo el Sr. Fenech en la televisión francesa.

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
—Noam Raydan en Beirut contribuyó con este artículo.