En entrevista exclusiva con Enlace Judío, Lina Holtzman Warzawsky, quien dirige las revistas Glow y Black, nos habla de su muy especial visión de vida, las enseñanzas de su padre- a quien no olvida a pesar de que ya no está cerca- y de ese brillo, o glow, que la define y la ilumina.

ENLACE JUDÍO MÉXICO –“A veces me dicen: ‘Siempre has sido una princesa, ¿verdad?’ Yo respondo: “Claro, les voy a enseñar el palacio de mis antepasados. Y les enseño la calle del ghetto de Varsovia donde vivieron mis abuelos”.

De orgullosas raíces judías, rusas y polacas, Lina es la encarnación de la elegancia. Su voz apasionada combina a la perfección con su estilo único de vestir y su visión editorial.

“Mi papá fue hijo de un hombre muy culto, ruso y comunista, y de una mamá polaca. A mi papá no le enseñaron la religión judía pero sí la cultura. En su casa era una obligación saber de dónde venimos y quiénes somos, más allá de ayunar en Kipur o ser Kosher”.

El padre de Lina, un hombre multifacético y con gran temperamento artístico, egresado de la Escuela Superior de Música, integrante del grupo de música experimental Los vocalistas, al lado de Violeta Trigo, y más tarde de Los tres con ella; también compuso canciones para el cantante Enrique Guzmán. Más tarde trabajó en California de la mano de Walt Disney, traduciendo y doblando las canciones de las películas de Disney, como Mary Poppins y La novicia rebelde. En su casa, recuerda, el ambiente era “muy lúdico, muy mágico, artístico y musical”.

Rememora, conmovida, el momento en que su padre le enseñó el término glow. “Me dijo, ‘Glow es la luz que despide tu mirada cuando tu chispa interior se prende. Llámale seguridad en ti misma, gusto por ser tú y estarte disfrutando. Ésa es la verdadera belleza, cuando tus ojos brillan’. El glow nadie te lo da; por eso, nadie te lo puede quitar. En el momento que lo descubres, cambia la vida. Y hay veces que se me olvida, hasta la fecha, y “me oscurezco”, como diría la gente que me conoce”.

Los ojos de Lina brillan con el recuerdo del momento en que nació Glow, en 2004; cuenta que quería hacer “una revista que nos provocara a las mujeres a disfrutarnos, y provocar cosas positivas. Era un 5 de febrero a las 3:00 de la mañana, y yo pensando nombres para la revista. De pronto, me dije: ‘He tenido aquí el nombre siempre’. Me puse a buscar en Internet el derecho de autor en México. Ése fue el comienzo. Se encendió una nueva chispa en mi vida profesional y personal”.

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Sobre sus inicios en el mundo de la moda, y su relación con ésta, relata: “Llegué por un afán de encontrar un espacio profesional para poder expresarme y comunicarme. Nunca he creído que lo que visto me define. Soy más importante yo que lo que traigo puesto. Valgo por lo que soy. De hecho, reto mucho, voy a eventos y me pongo cosas que para muchos no son van bien, pero lo siento: así soy yo. Yo me defino a mí, no quienes hacen las tendencias.

“Nunca fui muy “fijada” en lo que llevo puesto; siempre he sido coqueta, me ha gustado siempre estar mona y traer lo que está de moda, pero nunca de una manera obsesiva compulsiva. Llegué a pedir trabajo a una empresa en 1991 mientras estudiaba la universidad. Buscaban un freelance de entretenimiento, pero “la chamba” ya estaba tomada. Me dijeron que había un trabajo es de tiempo completo, pero en una revista de geografía. Yo dije ‘a estas alturas de la vida, denme la chamba y hago lo que sea’. En mi primer día me dicen que ya se había llenado la vacante, pero la buena noticia era que la persona que había tomado ese trabajo había dejado una vacante en una revista femenina. ‘¿Te interesa?’, me dijeron. –’Me interesa lo que sea, denme la oportunidad’.”

Su filosofía de vida y profesional pasa por un amplio abanico de influencias, desde Jean Paul Gaultier hasta Jean Paul Sartre, y explica, “ambos, cada uno en su momento, son igualmente importantes para entender el significado de la vida”.

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Su sorprendente visión de la moda y la manera en que nos relacionamos con la ropa y los accesorios recuerda lo que decía el poeta francés Paul Valéry, cuando decía que “lo más profundo está en la piel”. Lina dice, “nos guste o no, lo queramos reconocer o no, todos los días de nuestra vida escogemos qué nos vamos a poner. Todos los días escogemos quiénes vamos a ser”.

Su propuesta, tanto editorial como sartorial, va mucho más allá de la simple apariencia: “Lo que propongo es que haya congruencia entre quienes somos, quienes fuimos ayer y quienes seremos mañana. Que no vayamos disfrazados de otra persona, que no nos convirtamos en un personaje. Creo mucho en la coherencia, por eso me gusta la moda. Me ayuda a ser yo, con un twist. La moda ayuda hasta a liberarse sin tener que ofender a nadie“.

“La moda es seria y frívola a la vez, como la vida misma. El hedonismo no esta peleado con el existencialismo. Para mí, los grandes creadores de la moda son también pensadores. Coco Channel se preguntó por qué los hombres podían montar a caballo y las mujeres no. Le dijeron que porque las mujeres no usaban pantalones. Y Coco se cuestionó por qué. Y decidió usar pantalones. Gracias a ella, las mujeres usamos pantalones. Generó un movimiento social, político y sexual”.

Para Lina, la labor de los creadores en cualquier ámbito de la vida, es mover conciencias, espíritus, generar cambios y una mejor vida para quienes pueden llevar puesta una de sus creaciones. La moda es algo serio porque, al final del día, vivimos una sola vez. La idea no es llegar “allá arriba” intacto, la idea es llegar habiendo aprendido y vivido“.

Lo que la distingue del resto de las revistas de moda en el mercado es su enfoque inédito en este tipo de publicaciones: “Dirigí y edité muchas revistas antes de crear Glow“, dice Lina. “Con tal de vender más revistas, las portadas mostraban modelos imposibles de cuerpo para las mujeres. Cosas como “Ten el cuerpo perfecto para el verano, en un mes”. Y la verdad es que no cumplen lo que se promete. No hay que prometer lo que no vamos a cumplir. Hay que inspirar”.

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A final de cuentas, todo gira en torno a la idea de seducción, concepto que, para ella, está profundamente ligado a la inspiración: “La capacidad de inspirar es seducir. Glow propone ideas para elevar nuestra conciencia, para activar nuestra mente a través de personajes invitados. Fuimos la primera revista en hablar de Malala. Fuimos la primera revista en hablar de la primer mujer transgénero”. Esto, sin embargo, no obsta para que la revista marque tendencias en el mundo de la moda, ya que siempre incluye artículos de moda y belleza, “cremas, deporte, tratamientos no invasivos, lo que la naturaleza nos ofrece para tener Glow. Nos interesa que quienes nos lean vivan de adentro hacia afuera: que se sientan guapas, que descubran su chispa interior, y ya está”.

A pesar de enorme éxito de la revista en muchos ámbitos de la vida mexicana y del mundo de la moda, Lina mantiene bien firmes los pies en la tierra, “Yo ofrezco mis vivencias, mis puntos de vista. Propongo debates, propongo caminos hacia la belleza. Glow no va a generar revoluciones, pero te garantizo que te va a generar un momento de paz, que si te acostumbras a eso, vas a ser más feliz. Y cuando tú seas más feliz, vas a provocar que los de alrededor de ti también lo sean, aunque sea por un momento al día“, dice, con sencillez.

De la terrible experiencia de sus abuelos, sobrevivientes de los ghettos de Varsovia, Lina ha aprendido a buscar siempre el aspecto lúdico de la vida, ya que, afirma: “El aspecto lúdico para mí es un espíritu de supervivencia, de vivencia. Hay que encontrarle el lado ameno, divertido a la vida. Las personas más inteligentes que yo he conocido en mi vida, personas públicas y privadas, son personas con un sentido del humor espectacular”.

El mundo moderno, con sus constantes cambios y desafíos, plantea un escenario lleno de retos para Lina, quien sigue los pasos y la sabiduría de otra gran mujer judía del mundo de la moda, Estee Lauder, quien decía que “la belleza consiste en tener glow, no en mantener cierta edad”.

“Eso se nos ha olvidado”, abunda, “la belleza no depende de la edad ni del color. Depende de estar bien con uno mismo. A la gente le da pena decir su edad. Creo que la belleza de mujeres de cierta edad consiste en poder seguirnos queriendo y en reconocer en lo que nos estamos convirtiendo. No rechazarnos”.

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Del otro lado del espectro de edad también hay problemas, “Hay que trabajar mucho con niñas pequeñas, tan interesadas por las marcas. ¿Qué va a pasar con esas niñas cuando tengan 15 años? Desgraciadamente, lo veo cada vez más”.

Para finalizar, Lina reflexiona sobre la diferencia entre el precio y el valor de las cosas: “Es peligroso definirse por lo que uno tiene. Porque hoy lo tenemos, pero qué pasa el día de mañana que no lo tengas. Es muy peligroso permitirle al mundo material que te robe el sueño. Hay que distinguir entre algo caro y algo exquisito. Entre algo que cuesta y algo valioso“.

Entrevista: May Samra

Foto y Video: Diego Bolaños

Edición: Isaac Baruhovich y Elizabeth Flores