HATALI EISS-JABOTINSKY
La bisnieta de Vladimir Jabotinsky rompe su silencio y cuenta qué significa ser de derecha, laica y liberal para alguien que trabaja en la industria más de izquierda de Israel

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El espíritu de este día, el aniversario de la muerte de mi legendario bisabuelo, decidí darme un regalo – y liberar algo que llevaba asentado en mi corazón desde hace mucho tiempo.

No se trata de una confesión emocionante, ni de una declaración dramática, sino de romper el silencio y responder a una avalancha de mensajes que he visto por parte de mis colegas respecto a los medios de comunicación sesgados Sí / No y, especialmente, la insistencia en que no son sesgados.

Um, montones de: Fhhhhhhhhhhh! Y no meros “fhhhhhhhhhhh!”, sino uno grande de corazón, de alguien que acumula muchas historias – más o menos irritantes – sobre lo que significa ser una trabajadora de derechas, laica y liberal en la industria más de izquierda de Israel.

Me pregunto si empezar con una entrevista de trabajo, donde me preguntaron sin rodeos cómo lo llevaré, siendo de derechas (= paria), en medio de una mayoría de izquierda (¡cuidado, es contagioso!), o mencionar a aquella presentadora del canal 1 que perdió los estribos cuando oyó que votaría por el Likud y pasó casi 40 minutos del viaje en coche a Jerusalem atacándome verbalmente, un coche del que no podía bajar (por cierto, hay testigos de este incidente), o tal vez hablar sobre la jefa que me dijo que no hablaría conmigo de política, porque entonces tendría que despedirme (sí, sí. Al final, por cierto, renuncié).

La investigación desplazada

Tal vez debería comenzar mucho antes, desde mi primer gran informe de investigación – que iba a ser publicado en el suplemento más famoso del país, justo después de liberarme del ejército a los 20 años. Fue un proyecto para el que trabajé durante medio año (¡!), incluido llegar a las fuentes y a los más altos niveles de las personas relacionadas con el tema sobre el que escribí y de repente de forma inesperada justo un momento antes de publicarse pasó al editor cuyos puntos de vista políticos (de izquierda) eran conocidos y públicos. Por supuesto, desapareció (todavía hoy lloro por la tremenda oportunidad que me robaron justo antes de entrar en impresión sin explicación).

Logo del periódico de estudiantes de Tel Aviv
Logo del periódico de estudiantes de Tel Aviv

Pero la verdad es que no hay que ir demasiado lejos, porque el incidente que más recuerdo ocurrió precisamente cuando me desempeñé como editora en jefe del periódico estudiantil de la Universidad de Tel Aviv. Es un puesto que tradicionalmente siempre estuvo atendido por estudiantes del lado izquierdo del mapa gracias a la hegemonía del Partido del Trabajo que domina el sindicato de Estudiantes en la institución hace un millón de años.

Entre mis transgresiones, una vez escribí un artículo de opinión que sonó un poco demasiado sionista para los representantes de la Asociación. La coordinadora que era responsable del campo de las comunicaciones y el marketing empezó a gritarme por teléfono y luego me dijo que en la reunión de la Asociación uno de los representantes fue más allá y leyó partes de mi columna (que era bastante neutral, honestamente) y se quejó en voz alta de que me dieran un espacio. Afortunadamente, el editor del periódico y los profesionales que trabajaban estrechamente conmigo me apoyaron por completo, pero mentiría si dijera que no había pensado en renunciar y hacer estallar la historia en los medios de comunicación para hablar sobre el “pluralismo” y la “tolerancia” del sindicato de estudiantes de la Universidad de Tel Aviv.

12 años de silencio
Todo esto, queridos amigos y desconocidos que leen este post ahora, realmente son sólo algunas de las historias y enfrentamientos que puedo contar en mis 12 años de carrera.

La ironía es que soy una persona sensible (demasiado, si me preguntan) y me cuesta no tomarme las cosas en serio, y por eso prefiero evitar la confrontación política tanto como sea posible. Aún así, recorrer los pasillos con mi apellido en cualquiera de los medios de comunicación en Israel, es un poco como caminar con un cartel que dijera “discutan conmigo” (o patéenme, dependiendo de cuánto de izquierda sea el lugar …). Tal vez por eso a lo largo de los años comprendí que me encuentro menos fuera de los límites de estilo de vida común (con excepción de una columna de opinión de vez en cuando).

Así que, lo siento, reporteros y periodistas – queridos y queridas, vamos a mirar la realidad de frente: los medios israelíes son la madre del cordero del sesgo político y la verdad es que les encanta. Sencillamente les conviene, es como un colchón.

Todo esto es fenomenal y está muy bien, sólo que ahórrense los gritos de angustia, y los “cómo no lo vimos venir” la próxima vez que la mayoría vuelva a elegir a la derecha para gobernar. Se lo diré de esta manera: Ustedes lo merecen.

Fuente: 20il – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico