FRANCISCO DE ANDRÉS

Las declaraciones de uno de los líderes mahometanos de Italia sobre poligamia y matrimonio gay encienden la polémica.

Si el matrimonio ha dejado de ser en algunas legislaciones europeas el contrato de vida entre un hombre y una mujer, para abrirse a otras fórmulas, ¿por qué no también la de la poligamia? El argumento deslizado en Facebook por uno de los fundadores de la Unión de Comunidades Islámicas de Italia (UCOII), Hamza Piccardo, ha disparado la polémica, en gran parte por las encendidas protestas de la comunidad homosexual. La razón es simple: Piccardo se refiere a la aprobación de la ley de uniones homosexuales, a las que se da el mismo estatus del matrimonio tradicional, y se pregunta “Si el matrimonio gay es un derecho, ¿por qué no ha de serlo también la poligamia?”.

El argumento busca la provocación. Pero encierra varias verdades. Una de ellas es que para el fiel musulmán -un porcentaje ya muy respetable de la población europea- la poligamia es efectivamente un derecho religioso, aunque la legislación civil de un determinado país la prohíba, como es el caso de Italia o de España.

La ley islámica permite hasta cuatro mujeres, un derecho otorgado por el mismo Mahoma, a quien la tradición musulmana atribuye por lo general nueve esposas. Los juristas musulmanes explican que Dios le permitió ser la excepción a su propia regla por ser el profeta con mayúscula.

Además del contundente argumento de la vida del fundador, la religión musulmana fundamenta la poligamia en el estatuto protector del varón respecto a la mujer, y en la subordinación de esta al marido, tal como especifican muchos aspectos del derecho de familia en la Sharía, la ley islámica. Son varios los pasajes del Corán que se citan en favor de esa jerarquía social.

Otra cosa es que, en la práctica, la mayor parte de los musulmanes sean monógamos. Algunos ulemas explican que el Corán exige que todas las esposas “reciban el mismo trato”; como eso es muy difícil de realizar para el esposo, la práctica de una sola mujer se impone. Pero el derecho religioso a la poligamia sigue intacto. Cabe además una explicación más prosaica de la realidad de la monogamia en el mundo del islam: el coste económico de la manutención de cuatro esposas, un “lujo” que aparentemente se reserva para los ricos jeques del Golfo Pérsico.

Fuente:abc.es