ARMIN ROSEN / ENLACE JUDÍO MÉXICO -Tres altos miembros de Al-Qaeda aparecieron en la lista de terroristas internacionales especialmente designados por el Departamento del Tesoro el pasado 20 de julio, uniéndose así al quién-es-quién en las listas del gobierno de EE.UU. de terroristas. Lo que sorprende es que dos de las tres figuras de Al Qaeda no tienen su guarida en los lugares de reunión típicos de Al-Qaeda: Afganistán, Pakistán o Yemen. En cambio, están escondidos en un país que ha visto mejorar considerablemente sus relaciones con los EE.UU. y la comunidad internacional en general en los últimos años: Irán.

Abu Bakr Muhammad Muhammad Ghumayn es “un alto líder de al-Qaeda que ha servido en varias posiciones en comunicaciones y funciones logísticas financieras para el grupo” y que había “asumido el control de la financiación y organización de los miembros de Al-Qaeda en Irán”, para 2015, según un comunicado de prensa del Departamento del Tesoro. Por otra parte, Yisra Muhammad Ibrahim Bayumi se unió a Al Qaeda en 2006 y opera desde Irán desde 2014. De acuerdo con la designación del Departamento del Tesoro, Bayumi estaba “involucrado en la liberación de miembros de Al Qaeda en Irán” y “había servido como mediador con las autoridades iraníes”. También coordinó las actividades de recaudación de fondos de al Qaeda desde la seguridad de Irán, y proporcionó otras formas de asistencia a los “miembros de al Qaeda localizados en Irán”.

Bayumi, y otros intermediarios entre Al-Qaeda y Teherán, parecen ser bastante eficaces en el aspecto de la “mediación”: En septiembre de 2015, apenas dos meses después del anuncio del acuerdo nuclear entre EE.UU. e Irán, las autoridades liberaron a varias figuras importantes de Al Qaeda como parte de un intercambio de prisioneros.

Esta información pone al descubierto algunas realidades incómodas sobre el régimen iraní -que recibió al menos 56  mil millones de dólares para reparación de sanciones como resultado del acuerdo nuclear de julio de 2015 y ahora es socio de los EE.UU. en la ejecución de un acuerdo de control de armas. Evidentemente ciertos actores dentro del régimen de Teherán perciben una clara ventaja en dar refugio a una extensa operación de Al Qaeda, que incluye a recaudadores de fondos profesionales y facilitadores como Bayumi y Ghumayn.

No importa que Al-Qaeda sea un grupo sunita sirio afiliado a la lucha contra el gobierno pro-chiíta apoyado por Irán en Siria, o que la utilidad potencial de Irán en la lucha contra los grupos extremistas sunitas como Al Qaeda sea parte del argumento realista de que a las potencias occidentales les conviene mejorar sus relaciones con Teherán. Todavía hay una facción influyente dentro del régimen de ideología sectaria anti-americana y chiíta en Irán a la que simplemente no le preocupa eso: Al-Qaeda detiene a los EE.UU. y sus aliados en Afganistán, y se ha comprometido a hacer la guerra permanente contra un enemigo común, y por lo tanto se les permite operar en suelo iraní.

Los señalamientos también muestran el poco impacto de los líderes políticos supuestamente moderados de Irán en términos de cambiar el comportamiento de los elementos más radicalizados y anti-americanos de línea dura del régimen. Hace quince años, agentes iraníes pueden haber contribuido a facilitar los viajes de miembros de Al-Qaeda implicados en el complot del 11 de septiembre, incluyendo entre ocho y diez de los 14 secuestradores saudíes que llevaron a cabo los ataques.

Más tarde, Irán proporcionó un refugio seguro a Abu Musab al-Zarqawi y sus compinches, que luego pasaron a formar el núcleo dirigente de Al Qaeda en Irak, la organización predecesora de ISIS. En 2013, la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo del Departamento de Estado de Estados Unidos señalaron que Irán “permanecía renuente a llevar ante la justicia a altos miembros de Al Qaeda y se negó a identificar públicamente a los miembros de alto rango que tenía en custodia”, y que “había permitido a facilitadores de Al Qaeda operar a través de Irán desde por lo menos 2009, lo que le permitió a Al Qaeda movilizar fondos y combatientes al Sur de Asia y Siria “.

La reciente lista sugiere que la actitud del régimen iraní hacia al-Qaeda no ha cambiado mucho, aún después del avance diplomático del año pasado.

Fuente: Tablet Mag