¿Cómo cuadran las transferencias de ayuda de Estados Unidos con las leyes en contra de financiar al terrorismo? La ceguera voluntaria ayuda.

Con una acusación no sellada la semana pasada, los investigadores israelíes han hecho sonar la alarma sobre el uso ilícito de dinero de ayuda mundial para financiar el terrorismo palestino. Los fiscales en la ciudad de Beersheba alegan que Mohammed El-Halabi, director para Franja de Gaza de la organización de caridad World Vision con base en California, transfirió decenas de millones de dólares a Hamas para comprar armas y construir túneles de ataque subterráneos. Si bien World Vision niega culpa, los gobiernos de Australia y Alemania han detenido los donativos en espera de las investigaciones.

Esta revelación debe provocar una reevaluación más amplia de la ayuda estadounidense al gobierno palestino. Durante dos décadas el gobierno palestino ha usado dinero de contribuyentes de impuestos estadounidenses y de otros extranjeros para pagar recompensas generosas a las familias de los terroristas. Cuanto más letal el crimen, mayor el premio, hasta unos u$s3,100 mensuales, o muchas veces el salario promedio de un trabajador en la economía no terrorista de Palestina.

Recuerden que la treceañera Hallel Yaffa Ariel fue asesinada en su cama por un palestino esgrimiendo un cuchillo en junio. Ella era una doble ciudadana israelí-estadounidense, haciéndola la 11a estadounidense asesinada por palestinos desde el año 2014. Otras víctimas incluyen a Ezra Schwartz de 18 años, un estudiante de Sharon, Mass., y a Taylor Force de 28 años, un graduado de West Point y veterano del ejército de Estados Unidos en su segunda visita, de Lubbock, Texas. Las familias de los asesinos ahora reciben pagos regulares de los líderes palestinos—financiadas parcialmente por los contribuyentes de impuestos estadounidenses.

 Ningún funcionario estadounidense puede alegar ignorancia. La ley palestina ha aprobado estos pagos desde al menos el año 2004, especificando cuanto dinero es ganado dependiendo de las circunstancias del atacante y la cuenta de cuerpos. Un palestino de Israel con una esposa e hijos que mata a mucha gente y muere en el acto, o es capturado y sentenciado a más de 30 años en prisión, gana lo máximo. Los atacantes solteros y sin hijos de la Margen Occidental o Gaza ganan menos. Los incentivos son claros.

Los líderes palestinos una vez trataron de ocultar sus pagos describiéndolos como “ayuda” en vez de “salarios.” Ellos también cambiaron la responsabilidad nominal de la Autoridad Palestina (AP), la cual recibe donativos de los gobiernos extranjeros, a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la cual no lo hace. Pero esta fue una farsa, ya que ambos organismos son manejados por Mahmoud Abbas y su partido Fatah.

 En el año 2014 Israel estimó los pagos al terror en u$s75 millones, o una suma igual al 16% de toda ayuda enviada a Palestina desde el exterior. Este año la cifra es casi u$s140 millones, dice Yigal Carmon del Instituto de Investigación de Medios del Medio Oriente (MEMRI).

¿Cómo cuadran las transferencias de ayuda estadounidense con las leyes contra la financiación del terrorismo? La ceguera voluntaria ayuda. “Pienso que ellos planean eliminarla gradualmente”, dijo en el 2014 la funcionaria Ann Patterson del Departamento de Estado después del insignificante paso doble de la AP a la OLP. El informe sobre terrorismo de este año del Departamento de Estado elogió a los líderes palestinos por “muchas mejoras”, incluyendo hacer “un delito penal de la financiación del terrorismo.” No dijo nada sobre los pagos oficiales a terroristas.

Estados Unidos también teme que limitar la ayuda a Palestina podría desestabilizar al gobierno de Abbas, el cual con todos sus pecados es preferible a Hamas. Israel comparte este temor. Y ahí radica un defecto básico tanto de la estrategia estadounidense como israelí: la dependencia en líderes cleptócratas no liberales como el Sr. Abbas cuya legitimidad, tal como es, se deriva de su asociación con la “resistencia” terrorista contra Israel.

En el 2002 George W. Bush trató de reorientar la estrategia, llamando a los palestinos a elegir nuevos líderes “no comprometidos por el terror.” Pero obtuvo poca tracción entre sus diplomáticos, quienes prefirieron extender el “proceso de paz” de la década de 1990, y entre los líderes israelíes, quienes despreciaban la noción que era posible una reforma política palestina a corto plazo.

Hoy no hay ningún proyecto de liberalización palestino y Estados Unidos e Israel están apuntalando al Sr. Abbas, un octogenario en su 11o año del mandato de cuatro años, quien no está dispuesto o es incapaz de dejar de incitar al terrorismo, glorificando a los “mártires” y dando regalos a sus familias.

Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses liderados por el Sen. Dan Coats (R., Ind.) quiere cortar la ayuda estadounidense a Palestina por cualquier monto que sea pagado a los terroristas. Esto es bien intencionado, pero inadecuado.

En tanto la cultura política palestina se mantenga inamovible—en tanto los amigos liberales de Palestina excusen todo delito suyo no liberal—esperen que la glorificación del terrorismo continúe. Este es un escándalo político mucho mayor que alguna organización de caridad canalizando fondos a Hamas.

 

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México