Dra. Aliza Lifshitz

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

La moda de recetar fórmulas para bajar de peso ha hecho que se recomiende el sexo como ejercicio para perder libras o kilos de más. Si bien es cierto que el sexo, sin duda alguna es una actividad aeróbica, recomendarlo como una estrategia estándar para adelgazar, como la de hacer ejercicio por una hora diaria o hacer una caminata diaria de 30 minutos, podría no ser tan acertado.

¿La razón? El sexo varía de pareja a pareja, puede durar hasta 30 minutos, pero a veces menos y en ocasiones, más que vigoroso, es relajante. Además, depende mucho de la posición y del rol que se asuma durante el acto sexual. Si estás arriba, tendrás que trabajar más que si eres el que toma el rol pasivo.

De todas formas, se ha comprobado que el sexo tiene los mismos efectos en el cuerpo de una sesión de ejercicio: el corazón se acelera, la tasa metabólica aumenta, se queman calorías, se estiran y se fortalecen algunos músculos. Además, el sexo fortalece el sistema inmunológico y es un gran antídoto para el estrés.

Entonces, ¿se puede incluir al sexo como ejercicio o no? Yo diría que el sexo es complementario a una rutina diaria y que además, hacer ejercicio diariamente resulta benéfico a la hora de tener sexo.

Existen investigaciones que demuestran que las mujeres que hacen ejercicio de manera frecuente tienen una vida sexual más activa, alcanzan el orgasmo de una forma más rápida y se excitan más fácilmente que las mujeres que no realizan ninguna actividad física.

Adicionalmente, estar en forma, es decir, tener resistencia cardiovascular y músculos tonificados, hace que el sexo pueda ser más atrevido, emocionante y duradero.

Debido a lo anterior, sin duda el sexo cuenta como ejercicio, pero no reemplaza a una sesión de actividad física vigorosa que puede tener una repercusión directa sobre el peso y además puede beneficiar mucho a tu desempeño en la cama.

 

Fuente: Cada Veintiocho