MICHAEL LEDEEN

El otro día en el almuerzo, un hombre inteligente me preguntó cómo es que no ha habido terrorismo en Italia, aun cuando el Estado Islámico continúa prometiendo atacar el Vaticano.

Ustedes indudablemente han estado haciéndose la misma pregunta, así que voy a darles las respuestas. Respuestas, plural, porque difícilmente algo ocurre por una simple razón, especialmente en un país tan intrincado y complicado como Italia. Así que hay muchas razones.

En primer lugar, la inteligencia italiana, especialmente la inteligencia interna, es mucho mejor de lo que ustedes podrían imaginar. Ellos son espías excepcionalmente buenos, ya que el estado sabe que a los ciudadanos no les gustan mucho los poderes fácticos, y entonces los agentes del estado están siempre mirando a escondidas y escuchando. A veces, he creído que los espías escuchan toda conversación telefónica e incluso charlas en persona. He pasado mucho tiempo leyendo registros de los tribunales italianos, en los cuales he encontrado transcripciones de conversaciones en bares, en restoranes, e incluso en taxis.

Tengan en cuenta que la palabra italiana para “privacidad” es “privacy.” Ellos tomaron la nuestra porque el concepto no está en el idioma nativo. Wittgenstein, junto con Bill Clinton, les dirán que si no hay palabra para ello, no existe.

El sistema es utilizado muy conocidamente por la policía del Tesoro, y ellos están tratando de atrapar a los evasores de impuestos, pero todos son grano para su molino, así que ellos identifican a todo tipo de criminales, incluidos los terroristas. Y, contrariamente al estereotipo que la mayoría de nosotros tenemos de los italianos—almas dulces y gentiles—ellos en verdad son chicos duros. Italia tiene la tradición ininterrumpida más larga de asesinatos políticos en el Occidente, y posiblemente globalmente. Por otra parte, el complicado código legal hace posible arrestar a más de alguno, y retenerlo bajo detención preventiva durante muchos años. O expulsar a más de algún no ciudadano. Los italianos han expulsado a muchos imanes en los últimos años.

En segundo lugar, las autoridades italianas tienen bastante experiencia en hacer frente a organizaciones criminales. Piensen en las mafias. Los terroristas han estado durante mucho tiempo en connivencia con traficantes de drogas—lo cual en Italia significa mafias, especialmente las tres grandes con base en Sicilia, Calabria y Nápoles. La Mafia siciliana ha sido debilitada en forma considerable en las últimas décadas, y si bien no puede ser sostenido lo mismo seriamente acerca de la ‘Ndrangheta calabresa y la Camorra napolitana, han habido gran cantidad de arrestos. Eso nos dice que el estado ha infiltrado las redes, y que hay traidores dentro de ellas.

Los grupos terroristas hacen gran cantidad de negocios con la red de droga/mafia, y ustedes pueden estar seguros que los locales prefieren volverse contra los matones árabes antes que rendir a los suyos. Así que en lo que hace al contraterrorismo, las organizaciones criminales italianas organizadas proporcionan al estado información muy valiosa. Y los mafiosi no quieren a decenas de miles de inmigrantes meso-orientales mudándose a su territorio, otro catalizador para la cooperación con los federales.

En tercer lugar, hay una dimensión religiosa para el contraterrorismo italiano. Si bien los italianos son mucho menos observantes que lo que fueron hace una o dos generaciones, el Papa todavía importa mucho, y Francisco, el tercer Papa consecutivo pro-judío (a él incluso parece gustarle la comida kosher), es muy popular. La inteligencia vaticana es superior (los sacerdotes operan con un grado de libertad desconocido para los agentes del gobierno central) y está feliz de ayudar al Primer Ministro Matteo Renzi, un católico devoto que es un amigo muy conocido de las comunidades judías del país. Y los mismos judíos comprensiblemente tienen sus ojos sobre los musulmanes radicales. Esto es especialmente así en Roma, donde hay una organización de defensa propia judía excelente, la cual a su vez puede contar con advertencias por parte de Israel.

Así que no es tan fácil para al Qaeda e ISIS devastar a Italia. Ustedes pueden dejar a Italia en su lista de vacaciones. Especialmente el sur.

Fuente: PJ Media
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México