La evidencia de que los cannabinoides pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con autismo es hasta ahora una anécdota. Actualmente, un médico israelí está iniciando un ensayo clínico del “cannabis medicinal” en niños y adolescentes autistas que presentan conductas agresivas hacia ellos mismos y su entorno- el primero de su tipo.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO – El Dr. Adi Eran, quien dirige el esfuerzo, está en el proceso de obtener la autorización del Ministerio de Salud para la investigación que incluirá a 120 hombres y mujeres con autismo de bajo y medio funcionamiento entre 4 y 30 años de edad.

Los participantes serán tratados con aceite de cannabis libre de sustancias intoxicantes, pero rico en cannabidiol (CBD), uno de los productos químicos activos en el cannabis.

En principio, Eran, jefe del Departamento Infantil de Neurología en el Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalem, ha obtenido la autorización del Ministerio de Salud de Israel para sus pruebas. Actualmente, está trabajando para obtener permisos e incluir a otros participantes potenciales de otros hospitales locales, así como de las instituciones psiquiátricas y centros que se ocupan del desarrollo infantil.

Los participantes serán divididos en dos grupos: el grupo experimental que ingiere el aceite, y el de control que recibirá placebos. Tras un período de prueba durante el cual se registrarán los efectos en los pacientes el tratamiento será suspendido por un mes y en la siguiente fase los grupos se invertirán – el grupo de experimental tomará el lugar del grupo de control y viceversa. Los participantes o sus familiares no sabrán si el paciente está recibiendo el CDB o un placebo.

Riesgos e incertidumbre

El tratamiento con medicamentos en general y el uso de cannabis, también implican riesgos e incertidumbre. Los funcionarios de salud dudan en utilizar los cannabinoides en niños, incluso después de haber neutralizado sus cualidades intoxicantes. Por lo tanto, en el supuesto de llevarse a cabo, este será un estudio pionero en su formato.

Mientras tanto, un subcomité del Ministerio de Salud está estableciendo las normas pertinentes en casos en los que el cannabis medicinal sea recetado para el tratamiento del autismo – un proceso que incluye la definición de “graves problemas de conducta” que requerirían el uso de la sustancia.

En la actualidad, el aceite de cannabis no se reconoce como una forma de tratamiento para el autismo. Aun así, Eran explica que varias decenas de israelíes que sufren de este trastorno han recibido recetas autorizadas del medicamento, debido a la gravedad de sus síntomas y comportamiento. Las familias saben que el cannabis no es un tratamiento reconocido pero no tienen nada que perder, dice el especialista, a pesar de que hace hincapié en que su mérito aún tiene que ser probado bajo condiciones rigurosas.

El cannabis ha sido utilizado para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático, aunque no es fácil de conseguir. En marzo de 2014 su uso fue aprobado para el tratamiento de la epilepsia, incluso en niños gravemente afectados, cuyas vidas se han visto gravemente trastornadas por la enfermedad y ningún otro medicamento parece haber funcionado. Los efectos positivos del tratamiento fueron observados primeramente en autistas epilépticos.

Parte de la evidencia anecdótica en estos casos proviene del proveedor del cannabis medicinal israelí Tikun Olam, que ha suministrado el aceite a unas 10 personas autistas entre 8 y 22 años. (independientemente de este estudio). Naama Saban, una enfermera pediátrica, dice que mediante el tratamiento con aceite de CBD, los pacientes se tranquilizan y son menos violentos.

“Los pacientes no están drogados, ya que el aceite no contiene el componente psico-activo,” explica Saban. “Los padres dicen que su calidad de vida ha cambiado por completo. Que, por primera vez, sus niños pequeños pueden invitar a amigos sin que el hermano mayor pierda el control.”

Por su parte, los médicos no tienen ninguna intención de “perder el control,” hasta saber cómo funciona el compuesto de cannabinoide en el cerebro de pacientes epilépticos y autistas, y cuáles serían sus efectos secundarios y / o implicaciones. Debido al estigma asociado con la planta durante décadas, la ciencia del cannabis sigue siendo relativamente nueva.

Fuente: Haaretz / Ido Efrati

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