Una explosión mató el viernes a 12 personas e hirió a por lo menos 24 en un mercado nocturno en la ciudad natal del presidente filipino Rodrigo Duterte, en el sur del país, informaron las autoridades.

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La región se encuentra en estado de alerta máxima debido a una ofensiva militar contra el grupo guerrillero Abu Sayyaf.

El teniente general Rey Leonardo Guerrero indicó hasta ahora se desconoce qué causó el estallido en un salón de masajes en ese mercado, que fue rápidamente rodeado por escuadrones anti explosivos y detectives policiales.

El jefe policial Manuel Gaerlan dijo que hubo versiones contradictorias entre testigos. Algunos de ellos señalaban que un tanque de gas para cocinar explotó, mientras que otros incluso insinuaron que se trató de algún tipo de explosivo. La policía erigió puestos de control en las principales vías que llevan a la ciudad, ubicada a unos 980 kilómetros (610 millas) al sur de Manila, la capital.

Las imágenes de televisión mostraron sillas de plástico esparcidas cerca del lugar del estallido, donde los testigos afirmaron que los cuerpos de algunas de las víctimas yacían regados un par de horas después de la explosión. Las camionetas del servicio de ambulancias entraban y salían del área tras el incidente.

Las fuerzas policiales en Manila lanzaron una alerta a la medianoche tras la explosión.

Duterte, que por mucho tiempo fungió como alcalde de Davao antes de asumir la presidencia del país en junio, se encontraba en la región pero no ha emitido ningún comunicado. Su portavoz, Ernesto Abella, exhortó al público a mantenerse atento.

“Si bien nadie se ha adjudicado la autoría, es mejor que la población se abstenga de hacer especulaciones imprudentes y evite los lugares abarrotados”, declaró Abella. “No hay motivo de alarma, pero se aconseja ser cauteloso”.

Las fuerzas filipinas se hallaban en alerta por una ofensiva militar en curso contra los extremistas del grupo Abu Sayyaf en la provincia sureña de Sulu, que la semana pasada se intensificó después que los guerrilleros decapitaron a un joven de la localidad que había sido secuestrado. Los extremistas amenazaron con lanzar un ataque no determinado luego que las fuerzas militares informaron que 30 de rebeldes murieron en una ofensiva que se extendió toda la semana.

Algunos comandantes de Abu Sayyaf, que se encuentra en la lista negra de Estados Unidos y Filipinas como una organización terrorista por perpetrar ataques con explosivos, secuestros y decapitaciones, ha prometido aliarse al grupo Estado Islámico. Sin embargo, las fuerzas militares han afirmado que no existe evidencia de una colaboración directa y las acciones de los guerrilleros podrían tener la intención de fortalecer su imagen luego de años de reveses en combate.

Fuente:jornada.unam.mx