Discreta y humildemente, el conde Enrique de Menthon ocultó a niños judíos en su castillo de la Francia rural durante la Segunda Guerra Mundial.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – A sólo ocho años de edad, Claire Farhi, la pequeña niña judía de París, ya se había separado de sus padres y cuatro de sus hermanos.

En 1943, se enfrenta una vez más a la amenaza de separarse del resto de su familia, cuando los trabajadores sociales de Secours (la Organización Nacional de Socorro) intentó ponerla bajo la tutela de una familia en el este de Francia.

Farhi estaba aterrorizada por la posibilidad de no poder ver más a sus dos hermanos que aún estaban con ella. Pero también se desesperaba sabiendo que no podría mantener la promesa que le hizo a su padre antes de separarse de él durante el bombardeo de Francia.

“El autobús vino a recogernos y mis dos hermanos se subieron. De pronto mi padre me detuvo,” escribió en su testimonio para Yad Vashem. “Se arrodilló, me abrazó y dijo ‘prométeme dos cosas: una es que nunca olvidarás que eres judía, y la otra es que ustedes permanecerán juntos”

Cuando el autobús huyó de los bombardeos de París, deteniéndose en las ciudades francesas a lo largo del campo, Farhi lloraba cada vez que los trabajadores sociales trataban de sacarla. Sin embargo, al llegar a un pueblo remoto con sólo cuatro niños restantes en el autobús, era prácticamente imposible que se quedara con sus hermanos.

Así que cuando los trabajadores de Secours la llevaban a la familia del pueblo, comenzó a llorar de nuevo y al ver el pánico en su rostro, uno de sus hermanos empezó a gritar.

El conde Henri de Menthon pasaba por allí en esos momentos y al escuchar lo que ocurría entró al autobús y vio la expresión de los pobres niños. Entonces hizo un gesto con la mano, y dijo que se llevaba a los tres niños a su castillo.

“Lloré tanto que el conde que caminaba por el parque vino a preguntar qué estaba pasando. Hizo un gesto con la mano que no olvido hasta hoy y dijo: “Me llevo a los tres”, dijo Farhi (ahora Dina Godschalk) en una ceremonia de Menthon hace varios años.

En la aldea de Saint-Loup-les-Gray, Claire y sus hermanos asistieron a la escuela, a la iglesia y se mezclaron totalmente para salvarse de los nazis.

El conde de Menthon de 78 años de edad, descendiente de una larga tradición católica y héroe de la Primera Guerra Mundial, no pensó dos veces en el acto heroico que hacía – que fue aún más heroico ya que el personal del castillo y todos en el pueblo sabían que los tres niños eran judíos.

De hecho, probablemente nunca pensó que lo que había hecho era heroico.

Olivier de Menthon dijo en 2012 durante la ceremonia en la que Menthon fue reconocido como Justo entre las Naciones, que su abuelo, quien murió en 1952, no había dicho a nadie sobre el rescate de los niños judíos.

“Mi abuelo era muy discreto y nosotros nunca supimos de esta historia antes de que Dina nos contactara hace dos años. Hoy en día, somos una sola familia,” expresó Olivier.

Los padres y tres hermanos de Dina Godschalk perecieron en la guerra. Menthon sigue siendo el héroe que salvó a ella y a sus hermanos.

“Él nos obsequió el mejor regalo. Gracias a él vivimos.”

Menthon no era el único en su familia que creía en la justicia para todos. Su hijo, François de Menthon, quien luchó junto a Charles de Gaulle en la Resistencia, se desempeñó como ministro de Justicia en el primer gobierno después de la guerra y fue el principal fiscal francés en los juicios de Nuremberg.

El 5 de septiembre de 2012, Yad Vashem reconoció al conde Henri de Menthon como Justo entre las Naciones.

Fuente: The Jerusalem Post / Benjamin Glatt

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