LUIS MESA DELMONTE

El despliegue en Irán, del sistema de misiles avanzados S-300 de fabricación rusa, introduce un nuevo factor, que transforma la ecuación estratégica de la República Islámica. Ello, unido al acceso que coyunturalmente tiene la fuerza de combate rusa a la base aérea iraní de Nojeh, ilustra que la relación estratégica bilateral experimenta un proceso de fortalecimiento.

El sistema S-300, de carácter eminentemente defensivo, es capaz de interceptar varios blancos simultáneamente (misiles intercontinentales, de medio y corto alcance; misiles crucero; bombas de precisión; aviones de combate, y otros) a distancias de 100, 200 kilómetros y más.

Desde el pasado mes de abril, ya se encuentra en suelo iraní el primer sistema completo, luego de casi un decenio de haberse firmado el contrato de venta entre Teherán y Moscú. Hoy en día, Irán recibe baterías S-300, pero de versiones más avanzadas que las acordadas inicialmente, y se estima que tres de ellas estarán totalmente instaladas y en capacidad de operar para el 2017.

La entrega acordada en el 2007 por un valor de 800 millones de dólares, fue congelada por Rusia, ante la adopción de sanciones por parte de las Naciones Unidas, por las incongruencias y dudas que existían sobre el programa nuclear iraní.

También la posición rusa tuvo en cuenta las insistencias de los Estados Unidos e Israel para que no se procediera al suministro de los S-300, pues si Irán hubiera contado con estos sistemas avanzados, las presiones y amenazas disuasivas en su contra, habrían sido más débiles. Al aumentar su potencial defensivo, Teherán podía entonces resistir con mayor eficiencia algún ataque que se hubiera decidido efectuar contra sus sitios nucleares.

Aunque Rusia desde hace años ha venido desarrollando una relación bastante cercana con Irán, ella no ha estado exenta de roces y desacuerdos, por lo que también encontró en la dilación de la entrega de misiles, una herramienta efectiva para presionar a Irán. Fue solo en medio de la intensificación de la atmósfera negociadora del tema nuclear que propició llegar al Plan de Acción Integral Conjunto de julio del 2015, cuando Rusia decidió retomar el tema pendiente de la venta de los S-300.

La primera entrega llevada a cabo en el 2016, da lugar a una clara moraleja bilateral: si Teherán cumple con lo negociado, entonces Rusia se compromete a fortalecer su relación estratégica bilateral, proteger a Irán en medio de las tensiones que existen actualmente en la zona, suministrarle diversos armamentos y compartir tecnologías avanzadas. De hecho el sistema S-300 ya tiene una versión de fabricación propiamente iraní: la Bavar-373.

El aparente emplazamiento del sistema de estos misiles en las inmediaciones de las instalaciones subterráneas de enriquecimiento de uranio en Fordow, cerca de Qom, generaron inmediatos revuelos en varios observadores internacionales. Según el acuerdo nuclear, Irán no podrá enriquecer uranio durante 15 años, y las 1, 044 centrifugadoras que allí se mantienen funcionando, solo podrán dedicarse a la investigación científica. Para algunos expertos en temas militares, es más lógico que Irán proteja la planta de enriquecimiento de Natanz, donde tiene 5, 060 centrifugadoras sin construcciones fortificadas, en vez de la de Fordow. Pero al no ser así, se preguntan el porqué de esta decisión; se cuestionan si habrá algo especial que se requiera proteger en Fordow y que no sea del conocimiento de la comunidad internacional.

Estas especulaciones de hoy no son el tema más importante. Lo trascendental será que Irán incrementará su capacidad defensiva y su poder disuasivo ante cualquier plan futuro de ataque. El esquema general de seguridad se irá mejorando, con la llegada de nuevos sistemas y su emplazamiento en varios puntos estratégicos del país.

Además de la coordinación de acciones militares para apoyar al gobierno de Bashar Al Assad, otro ejemplo importante del fortalecimiento de la relación estratégica Rusia-Irán, ha sido el empleo en varios momentos de la base aérea de Nojeh, cerca de Hamadan en el occidente del país, para desde allí desarrollar algunos ataques contra objetivos del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico.

El acceso ruso en varias coyunturas recientes, ha sido criticado por algunos sectores de la política iraní al interpretarlo como una acción violatoria de la Constitución y soberanía del país. No obstante, para otros muchos, la colaboración estratégica y el acceso temporal, no son contrarios a ninguna ley, y debe cumplirse pragmáticamente según los acuerdos militares firmados con Rusia.

La aviación rusa puede desarrollar operaciones de mediano alcance desde su propio territorio contra objetivos sirios, y a partir de su intervención directa en el conflicto (desde septiembre del 2015), están presentes en la base de Khmeimin en Latakia, Siria. Por estas razones, no es absolutamente imprescindible que Moscú tenga acceso a bases aéreas iraníes, aunque de cualquier manera esto es muy útil.

Los militares rusos, que tienen el permiso de sobrevuelo de las autoridades iraquíes, pueden emplear su presencia ampliada hacia puntos en Irán, para incrementar el número de misiones aéreas diarias, llevar mayores cargas destructivas en vuelos de menor rango de alcance, y operar desde una base con una pista de aterrizaje extensa como la de Nojeh.

La proyección rusa para toda la región brinda otras muestras de expansión, si tomamos en consideración la reciente invitación del gobierno turco, para que los rusos tengan acceso a la base de Incirlik, que curiosamente ha sido un punto clave de los planes militares estadounidenses para la zona, lo que genera preocupaciones en Washington.

Mientras que para la seguridad nacional iraní es un imperativo proteger las instalaciones de su programa nuclear en cualquier circunstancia, y fortalecer su esquema estratégico en medio de una zona de conflictos armados y competencias de poderes; para los rusos, el tema central es expandir sus relaciones con países del área, mostrar su efectividad para actuar militarmente, encontrar puntos de apoyo diversos para su proyección, y para el caso particular de Irán, contar con un actor más seguro y más fuerte.

*Catedrático del Colmex

Fuente:siempre.com.mx