ALAN CULLISON

Los ataques por parte de “lobos solitarios”, tal como el ataque con bomba en la Ciudad de New York y el ataque al centro comercial en Minnesota, carecen de explicaciones integrales.

En medio de la ansiedad provocada por los últimos ataques terroristas en costas estadounidenses, funcionarios y expertos en seguridad son atormentados por una pregunta cada vez más recurrente: ¿Cómo pueden ser atrapados antes de actuar los asesinos en serie latentes sin ninguna conexión formal con grupos terroristas lejanos?

Pueden surgir respuestas parciales mientras los investigadores empalman las biografías de Ahmad Khan Rahami, quien plantó bombas caseras en New York y New Jersey, y Dahir Adan, quien realizó un ataque a cuchillazos al por mayor en un centro comercial de Minnesota antes de ser muerto a tiros por un oficial de policía fuera de servicio.

Pero los expertos e investigadores están concluyendo, reticentemente, que para ciertos casos de ataques—los cometidos por atacantes conocidos como “lobos solitarios” o “perros callejeros”—no hay ninguna explicación que lo abarque todo, así como no hay ninguna razón única por la cual alguien se convierte en terrorista.

“Fundamentalmente, la búsqueda de una única respuesta para la razón para el terror está bastante condenada—es como tratar de responder la pregunta de por qué hay crimen,” dijo J.M. Berger, un miembro del Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington e investigador en cuestiones extremistas. “Sucede por un montón de razones diferentes y cuando lo examinas con un lente más amplio, las respuestas siempre son insatisfactorias.”

Los funcionarios policiales están investigando si Rahami, de etnia afgana, pudo haber sido influenciado por muchos viajes que hizo a su país nativo y a Pakistán en los últimos cinco años, pero las bombas que plantó parecen ser primitivas y caseras.
Después del festín de cuchillazos de Adan en Minnesota, el Estado Islámico afirmó que él estuvo actuando bajo órdenes del grupo terrorista, pero la policía dice que hasta ahora cree que él actuó solo.

El Estado Islámico se ha apresurado a atribuirse la responsabilidad por ataques terroristas con los que no tenía ninguna asociación clara, ya que el grupo trata de describirse como teniendo un alcance global. De hecho, los atacantes lobos solitarios en Estados Unidos han sido generalmente gente joven con predilecciones violentas y motivos contradictorios.

Omar Mateen, quien mató por su cuenta a 49 e hirió a 53 dentro de un club nocturno gay en Orlando, Fla., en junio, llamó al 911 durante el ataque para jurar lealtad al Estado Islámico. Pero en otras épocas él elogiaba a su rival, el Frente al-Nusra, y era conocido por escupir odio contra mujeres, judíos, negros y gays. Su propia ex-esposa dijo que él mismo puede haber sido gay.

A raíz del ataque en Orlando John Horgan, un prominente investigador de la Universidad Estatal de Georgia, tuiteó: “El hecho que no haya ningún ‘perfil’ terrorista claro no es un ‘fracaso’ de la investigación. Es el resultado de la investigación.”

Los impulsos para la mayoría de los actos terroristas modernos son bien conocidos porque a menudo son declamados por los mismos atacantes y transmitidos en los medios: formas de Islam radical como son predicadas por el Estado Islámico u otros grupos islámicos análogos.

Pero eso no explica por qué la gente es atraída a estos grupos en primer lugar, especialmente aquellos como Adan, quien llegó de bebé a Estados Unidos, o Rahami, quien nació en Afganistán pero según se dice adoptó la cultura estadounidense, incluido el rap, antes de radicalizarse de alguna manera.

Son probables más ataques por parte de lobos solitarios, perros callejeros o “malezas”, dicen los expertos. Estados Unidos ha cortado en su mayoría cualquier tentáculo operativo de los grupos extremistas que pueden haber llegado dentro del país. Ataques como los de París el año pasado, que fueron llevados a cabo por hombres entrenados por el Estado Islámico, son improbables aquí.

Pero Estados Unidos ha sido mucho menos exitoso en marcar a atacantes desconectados, a quienes el Director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan, dijo al Congreso este verano son “una cuestión desafiante y excepcional para la comunidad de inteligencia.”

La búsqueda de causas singulares ha sido denunciada como obra de tontos y los investigadores han visto desacreditadas o calificadas sus teorías.

La pobreza como una causa del terror parece ser una razón—pero algunos de los más destacados atacantes de estos tiempos han sido de clase media, dijo Berger.

La falta de educación tampoco parece ser una causa, asegura Berger. “De hecho se ha mostrado que hay una correlación opuesta, y que la gente que es más educada es más probable que se vuelvan terroristas”, comenta. “Pero ustedes no ven a nadie pidiendo menos educación para combatirlo.”
Berger dijo que las conferencias sobre terrorismo y contra-terrorismo a las que él asiste son como la película “‘El Día de la Marmota’—todos están hablando sobre lo mismo, una y otra vez,” dijo.

En los últimos episodios en Estados Unidos, ambos atacantes venían de familias inmigrantes trabajando para asimilarse en Estados Unidos. Adan estaba asistiendo a una universidad local y trabajaba medio tiempo como guardia de seguridad privado, mientras que Rahami trabajaba en un restorán propiedad de la familia.

Con motivos turbios en muchos de tales hechos, algunos expertos dicen que la atención debe enfocarse en los síntomas en vez de en la ideología cuando se intenta anticipar el siguiente ataque.

Mia Bloom, quien investiga el terrorismo suicida en el Estado de Georgia, dijo que un estudio reciente de atacantes “lobos solitarios” sugirió que el 80% de ellos había dado a conocer con anticipación a otros sobre sus planes, y que el 60% había contado a otros sus planes específicos.

Parientes y amigos a menudo no informan los ataques planificados porque esperan que los planes no sean serios, dijo la Srta. Bloom. Otros temen que podrían crear problemas al contactar a la policía, dijo ella.

En lugar de concentrarse en tratar de hacer un perfil de los terroristas, Bloom señala que “tal vez debiéramos tener líneas telefónicas para que la gente pueda presentarse e informar lo que sabe.”

El Estado Islámico no sólo inspira a alguna gente trastornada a cometer atrocidades, sino que a veces se adjudica el crédito por actos con los cuales tiene conexiones dudosas.

Después de que una pareja de origen pakistaní mató a 14 e hirió a 22 en diciembre pasado en una oficina del condado en San Bernardino, Calif., el Estado Islámico pareció retrasar la publicación de su diario oficial por un día para poder alabar a los atacantes en un artículo, dijo Bloom. Aunque la pareja nunca dejó detrás un manifiesto o explicación para sus acciones, el público generalmente piensa que los inspiró el Estado Islámico, dijo ella.

El grupo tiene “un atractivo para los que buscan alejar sus pecados” y tanto el Estado Islámico como al Qaeda han “explotado ese orden de ideas,” dijo Berger.

El año pasado, Mohammod Youssuf Abdulazeez abrió fuego en dos instalaciones militares estadounidenses en Chattanooga, Tenn., matando a seis e hiriendo a dos. El Estado Islámico nunca se adjudicó la responsabilidad, pero los funcionarios estadounidenses dijeron que él aparentemente fue inspirado por el grupo.

El perfil de Abdulazeez no se ajustaba al de un musulmán convencional, y él últimamente había estado luchando con la depresión y había sido arrestado por manejar mientras estaba intoxicado.

“Él de hecho era alguien que lo estaba pasando mal en enfrentar a sus padres”, dijo Bloom. “Pero ahora es recordado en forma diferente.”

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México