ROSENDO FRAGA

El intelectual mexicano Enrique Krauze escribió en Slate que el candidato republicano representa la irrupción del clásico populismo latinoamericano, con raíces en el caudillismo del siglo XIX

Un medio estadounidense tiene la saludable costumbre de convocar a personalidades extranjeras para que opinen sobre las cuestiones de los EE.UU. En la última semana de setiembre, lo hizo con el ensayista mexicano Enrique Krauze, un crítico del modelo de “partido hegemónico” del PRI, para analizar el fenómeno del populismo que representa Donald Trump.

La visión de este destacado intelectual mexicano es que el candidato republicano representa en los EE.UU la irrupción del clásico populismo latinoamericano.

Cuando se habla de este fenómeno político en el siglo XX, el caso más característico que suelen presentar los académicos estadounidenses, es el de Juan Perón en Argentina. Por esta razón, no es tan sorprendente que el título del artículo sea “no llores por mí, América”, con referencia a la ópera Evita que fue muy popular en Europa y en los Estados Unidos en las últimas décadas del siglo pasado.

Cuando Krauze habla del populismo latinoamericano, los casos más importantes que menciona son el ya mencionado de Juan Perón en Argentina y el de Getulio Vargas en Brasil, quienes fueron electos varias veces en sus respectivos países. Cabe recordar que el primero gobierna cuando en España lo hace Francisco Franco y el segundo cuando Portugal vive la larga dictadura de Oliveira Zalazar.

El intelectual mexicano Enrique Krauze escribió en Slate que el candidato republicano representa la irrupción del clásico populismo latinoamericano, con raíces en el caudillismo del siglo XIX

Un medio estadounidense tiene la saludable costumbre de convocar a personalidades extranjeras para que opinen sobre los cuestiones de los EEUU. En la última semana de setiembre, lo hizo con el ensayista mexicano Enrique Krauze, un crítico del modelo de “partido hegemónico” del PRI, para analizar el fenómeno del populismo que representa Donald Trump.

La visión de este destacado intelectual mexicano es que el candidato republicano representa en los EE.UU la irrupción del clásico populismo latinoamericano.

Cuando se habla de este fenómeno político en el siglo XX, el caso más característico que suelen presentar los académicos estadounidenses, es el de Juan Perón en Argentina. Por esta razón, no es tan sorprendente que el título del artículo sea “no llores por mí, América”, con referencia a la ópera Evita que fue muy popular en Europa y en los Estados Unidos en las últimas décadas del siglo pasado.

Cuando Krauze habla del populismo latinoamericano, los casos más importantes que menciona son el ya mencionado de Juan Perón en Argentina y el de Getulio Vargas en Brasil, quienes fueron electos varias veces en sus respectivos países. Cabe recordar que el primero gobierna cuando en España lo hace Francisco Franco y el segundo cuando Portugal vive la larga dictadura de Oliveira Zalazar.

Pero también explica que este populismo latinoamericano, tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando la colonización ibérica y su cultura, convergieron con una ruptura política que, ante el vacío de poder emergente, generó el poder de “los caudillos”, que lo ejercieron en forma autoritaria, con semejanzas a los líderes populistas del siglo XX en la región.

Los dos “caudillos” latinoamericanos más característicos que menciona del siglo XIX, son Juan Manuel de Rosas en Argentina y Porfirio Díaz en México. Ambos estuvieron en el poder durante aproximadamente dos décadas en sus respectivos países.

En una lista más ampliada, menciona también a otro argentino: Facundo Quiroga.

La Argentina es presentada así, como caso característico del populismo latinoamericano tanto en el siglo XIX como en el XX, y quizás por eso, para ilustrar la nota, se eligió una imagen de la cara de Trump montada sobre la iconografía de Rosas más difundida, aquella en la que luce su uniforme de Brigadier General, con un alto cuello dorado y la banda colorada cruzada sobre el pecho, con el color rojo punzó que identificaba su partido, el federal.

También es claro que resulta más impactante el uniforme que usaba Rosas, que el traje de Getulio Vargas o el uniforme más austero de Porfirio Díaz al estilo fines del siglo XIX y que a ello contribuye también la profusión del dorado y el colorado que dominan la imagen rosista.

La interpretación de Krauze, que cita entre otros a investigadores estadounidenses del populismo latinoamericano como Richard M. Morse, es interesente y seductora, pero puede pecar de ver el mundo desde América Latina.

La realidad es que. por primera vez en la historia, la cultura populista ha penetrado en el mundo anglo-sajón. Es que al mismo tiempo que Trump logra la candidatura republicana, se impone el Brexit en el Reino Unido.

El lema de “América primero”, es el mismo grito de “Gran Bretaña primero”, que pronunció el asesino de una legisladora británica anti-Brexit y pro-inmigración, días antes del referéndum británico.

El populismo en sus diversas variantes de autoritarismo, ha existido en los pueblos latinos, germanos y eslavos entre los siglos XIX y XXI. Napoleón, Mussolini y Putin, son casos elocuentes y en el extremo se encuentra los totalitarismos de Stalin y Hitler.

El punto es que el surgimiento de Trump se da cuando el mundo se ve afectado en forma simultánea por un fuerte sentimiento “anti-política”, que por lo general va acompañado de nacionalismo, proteccionismo y un sentimiento contrario a la inmigración.

La paradoja es que cuando el populismo como cultura política avanza no sólo en EE.UU y Europa sino también en algunos países del Asia,- es el caso de Filipinas hoy,- América Latina pareciera salir de esta tendencia, con el triunfo de Mauricio Macri en Argentina, la derrota del Chavismo en la última elección legislativa, el fracaso de Evo Morales en el referéndum para tener un cuarto mandato consecutivo, la situación similar que enfrenta Correa en Ecuador, la victoria de Kuckzinski en Perú y la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.

-El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

Fuente:infobae.com