Milton Steinberg dice: “Los rabinos, ante todo, son maestros. En ningún sentido son sacerdotes, pues cualquier adulto judío, con ciertos conocimientos mínimos y la actitud espiritual correcta, puede llevar a cabo los servicios religiosos que marca la tradición judía.

MARCOS GOJMAN

A principios del siglo pasado, la “smijá”, el título de rabino, era un papel donde estaba escrito, con el tipo de letra como el de la Torá, la certificación que le daba un rabino a un candidato, a quien conocía personalmente, y que a su juicio, esa persona tenía los conocimientos necesarios para ejercer como tal. Al final estaba la firma del rabino, el nombre de la ciudad donde ejercía y la fecha, expresada con la parashá (el capítulo de la Torá) que le correspondía a ese día de la semana y el año judío en curso. La “smijá”estaba escrita a mano, no mencionaba el nombre ni tenía el sello de ninguna institución académica y el que lo firmaba no tenía ningún título o puesto oficial.

Desde entonces, el llegar a obtener el grado de rabino ha evolucionado muchísimo. El mismo título ahora es un bello diploma, impreso en papel pergamino, con el nombre de una institución académica, la constancia de que ha cumplido con los requisitos para recibir el título y los nombres y firmas de las autoridades correspondientes. Pero no sólo el diploma ha cambiado, también la forma de prepararse y el papel que un rabino desempeña ahora en su comunidad.

Milton Steinberg dice: “los rabinos, primero que nada, son maestros de la tradición”.  Aunque hoy en día desempeñan otras funciones, ante todo, son maestros. En ningún sentido son sacerdotes, pues cualquier adulto judío, con ciertos conocimientos mínimos y la actitud espiritual correcta, puede llevar a cabo los servicios religiosos que marca la tradición judía. Pero ahora los rabinos, además de ser maestros, también son pastores, predicadores, administradores y líderes comunitarios.

Louis Jacobs dice que hasta el siglo XIV, los rabinos no vivían de su profesión. Eran eruditos en el estudio de la ley judía y su papel era interpretarla a solicitud de miembros de la comunidad, sin recibir salario alguno. Por sus servicios sólo estaban exentos de aportar económicamente a la comunidad. Inclusive, en la Edad Media, los rabinos ejercían otras profesiones para obtener su sustento, como la medicina o el comercio. Ya para el siglo XVI, la posición de rabino de un determinado lugar se había convertido en un puesto pagado por la comunidad.

Hoy en día, los estudios requeridos para ser rabino varían dependiendo de la denominación de que se trate. Los judíos ultra ortodoxos requieren básicamente del estudio y conocimiento de la ley judía, especialmente el Talmud y los códigos como el Shuljan Aruj. Los ortodoxos modernos, además de lo anterior, estudian teología y filosofía moderna.

Los rabinos conservadores, además de estudiar lo que sus colegas ortodoxos, también estudian Biblia, Midrash, Cábala, desarrollo histórico del judaísmo, ética judía, responsas del judaísmo conservador, obras clásicas y modernas de teología y filosofía judía, y todo lo relacionado con dirigir una comunidad. El estudio es a nivel posgrado, por lo que se requiere haber cursado una licenciatura previamente.

Por su parte, el judaísmo reformista se enfoca más al aspecto pastoral y los rabinos estudian principalmente el desarrollo histórico del judaísmo, la crítica bíblica y textos tradicionales rabínicos. Para graduarse practican como pasantes de rabino en alguna congregación a lo largo de sus años de estudio. Antes, sólo los hombres podían ser rabinos, ahora, excepto los ultra ortodoxos, en todas las demás denominaciones, también las mujeres pueden llegar a serlo. Históricamente, no sólo el judaísmo ha evolucionado, también el camino para llegar a ser rabino.

Fuente:alreguelajat.com