“Estoy tan agradecido a Alemania de que nos haya acogido que no podía permitir que él hiciera algo a los alemanes”: Mohamed A.

LUIS DONCEL

Alemania ya tiene a los héroes de la operación que este fin de semana impidió un ataque terrorista de gran intensidad: los dos refugiados sirios que acogieron por una noche a Jaber Albakr y que, al darse cuenta de que era la persona más buscada del país, lo maniataron y llamaron a la policía. El final feliz de una historia que, según los servicios de inteligencia, podría haber acabado en un atentado en un aeropuerto de Berlín fue posible gracias a la colaboración de Mohamed A. y un amigo. “Estoy tan agradecido a Alemania de que nos haya acogido que no podía permitir que él hiciera algo a los alemanes”, asegura al periódico alemán Bild.

Mohamed A. no revela su identidad ni se deja fotografiar por miedo a represalias del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) a su familia, que aún está en Siria. En el periódico y en varios canales de televisión tan solo aparece de espaldas. El Bild también publica una fotografía en la que se ve al supuesto terrorista atado por los pies con un cable eléctrico y agarrado por el cuello por un hombre del que solo se ve el brazo.

Esta imagen es la que este sirio de 36 años, que no habla alemán, llevó en la noche del domingo a la policía para demostrar que había apresado a Jaber Albakr. Las fuerzas de seguridad habían hallado el sábado por la mañana en su casa de Chemnitz, al este del país, un cinturón de explosivos y 1,5 kilos de peróxido de acetona (TATP), el material empleado por yihadistas vinculados al ISIS en atentados como los de Bruselas o París. Desde ese mismo sábado se inició la búsqueda del joven sirio, del que se difundieron dos fotografías. “No me siento como un héroe. Solo he cumplido con mi obligación. Los terroristas para mí no son sirios. Ni siquiera son personas”, dice el hombre que capturó a Albakr.

Mohamed y su compañero se encontraron con Albakr en la estación de trenes de Leipzig, a unos 85 kilómetros de Chemnitz. El sospechoso se había dirigido a través de Internet a un grupo de refugiados sirios para pedir que alguien le acogiera en su casa por una noche. Aseguraba que acababa de llegar a Alemania y que esperaba encontrar un trabajo en Leipzig. De la estación fueron al piso, donde comieron arroz y cordero. Fue allí cuando los dos refugiados empezaron a sospechar de la identidad de su invitado. Su fotografía llevaba dos días circulando por los medios de comunicación. Los dos refugiados consultaron en la Red con otros compatriotas para cerciorarse de que el joven al que acababan de conocer era Albakr.

Después se trasladaron a la casa de otro compañero que tenía más espacio y, cuando Albakr se iba a dormir, le ataron de pies y manos y avisaron a la policía. Él les ofreció 1,000 euros y 200 dólares que tenía en la mochila si le liberaban, pero ellos se negaron. Mohamed explica en la entrevista que él mismo huyó de Siria por temor a los yihadistas, y que no podía permitir que “el terrorista” –como se refiere a él en todo momento- actuara en Alemania. “Estaba furioso con él”, asegura.

Las felicitaciones llegan de todas partes, también de la canciller Angela Merkel. “Agradecemos a las fuerzas de seguridad; y también al sirio que contribuyó de forma decisiva a la detención”, dijo una portavoz de Merkel. Monis Bukhari, que gestiona una página web para sirios en Alemania, también felicitó a sus compatriotas. “Así es como debemos mostrar nuestro compromiso con la seguridad de este país”, escribió en su perfil de Facebook. Otros políticos, como el jefe del Gobierno del Estado de Sajonia o el ministro del Interior, se mostraron más cicateros y se limitaron a dar la enhorabuena a la policía, olvidando el papel de los sirios.

Este episodio, que vuelve a poner de relieve la amenaza terrorista, amenaza con intensificar las peleas en la gran coalición. Los socialcristianos bávaros de la CSU reclaman al Gobierno más control sobre los solicitantes de asilo. En Chemnitz, la ciudad donde Albakr preparaba el atentado, varios centenares de personas acudieron en la tarde del lunes a la marcha convocada por el grupo derechista “Movimiento Ciudadano por Chemnitz” contra Merkel y su política migratoria.

Fuente:elpais.com