GIULIO MEOTTI
Israel hoy en día tiene lo que la mayoría de los países occidentales no tienen en términos de crecimiento económico, seguridad, dinamismo interno y optimismo.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Israel es simplemente increíble.

El Estado de Israel está reescribiendo en silencio el mapa de amigos y enemigos, añadiendo cada vez más a la primera categoría. Están los lazos reforzados con potencias económicas como Japón, China, Rusia, Corea del Sur, Singapur y la India. Hay una creciente cooperación con Grecia y Chipre. La nueva normalización con Turquía. Las nuevas relaciones con docenas de países africanos: Etiopía, Uganda, Ruanda, Kenia, Tanzania, Guinea, Chad, Sudán del Sur, Zambia y Costa de Marfil.

Sólo cinco países todavía se identifican como enemigos de Israel: Irán, Irak, Siria, Afganistán y Corea del Norte. Y de éstos, sólo el primero puede realmente poner en peligro la seguridad del Estado judío.

Israel, uno de los casos de estabilización económica de mayor éxito de la historia moderna, es reconocido como un paraíso de la iniciativa empresarial, sólo superada por Silicon Valley. Un paraíso también para la desalinización del agua y las innovaciones médico-científicas. Es sorprendente que desde el 15 de mayo de 1948, una tierra rodeada por fronteras absurdas y rodeada de naciones hostiles, recuperó el Negev, construyó industrias, estableció laboratorios científicos y modernizó el desierto.

Israel ha sido el único ejemplo de éxito socialista, puesto que la granja colectiva de Israel, el kibutz, nació mucho antes que las granjas colectivas soviéticas y ha sido la columna vertebral de la sociedad israelí. De país socialista, Israel se ha convertido en uno occidentalizado y la mayoría de los ciudadanos de Israel hoy viven una vida relativamente acomodada. La mayoría de los índices económicos internacionales de riqueza muestran a Israel en el 10 por ciento de los países mejor situados en todo el mundo.

Israel es una potencia militar capaz de proteger a sus propios ciudadanos como ninguna nación europea es capaz de hacer hoy. Piense en la última “Tercera Intifada”: se ha detenido en una forma muy eficiente. Piense en las guerras de Gaza. Piense en la calma en la frontera norte de Israel desde 2006.

Israel es un modelo mundial para la inmigración: a Israel llegaron judíos desde Europa del Este, la Unión Soviética y los países islámicos donde la democracia y el estado de derecho nunca existieron, sin embargo, Israel ha sido capaz de establecer una democracia gloriosa. Israel concilia a un judío alemán, empapado en la filosofía secular y positivista, con un judío analfabeto marroquí.

Israel tiene la mayor tasa de natalidad en el mundo industrializado. Y la tasa de natalidad judía está en constante aumento, mientras que la tasa de natalidad árabe está cayendo.

El el 95 por ciento de los árabes israelíes sabe leer y escribir-la tasa más alta para los árabes en cualquier lugar de Oriente Medio.

Israel creó una cultura única en el mundo, una mezcla de patriotismo, humanismo, cosmopolitismo, consumismo, pasión religiosa, modernidad, antiguedad, individualismo y memoria colectiva. Ninguna otra nación puede reclamar hoy una cultura tan floreciente y mixta. No es la multicultural Europa astillada. Ni la hedonista de Estados Unidos.

Cuando Israel nació, nadie habría apostado un centavo por el futuro de este pequeño país en peligro de extinción. Hoy en día, el Estado judío es un espejismo para otros países y un milagro para los judíos.

Giulio Meotti
Escritor, periodista italiano en Il Foglio, escribe una columna dos veces por semana para Arutz Sheva. Es autor del libro “Una Nueva Shoah”, que investigó las historias personales de las víctimas del terrorismo de Israel, publicado por Encuentro y de “J’Accuse: el Vaticano contra Israel”, publicado por Libros Mantua .. Sus escritos han aparecido en publicaciones tales como el Wall Street Journal.

Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel  –  Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico