GRANT RUMLEY-MOR YAHALOM

El motivo por el que Fatah no celebrará elecciones.

El martes pasado la Autoridad Palestina pospuso las elecciones municipales locales para principios del 2017 después de que una intensa serie de represalias entre el partido Fatah de Mahmoud Abbas en la Margen Occidental y sus rivales islámicos Hamas en Gaza terminara en un estancamiento. Las elecciones locales habrían sido las primeras desde el 2012 (cuando Fatah se presentó en forma indiscutida en la Margen Occidental) y la primera disputa democrática entre Fatah y Hamas desde la victoria del último en las elecciones legislativas del 2006. En su lugar, las elecciones programadas originalmente para el 8 de octubre, fueron retrasadas, luego propuestas solamente en la Margen Occidental, y luego pospuestas finalmente por cuatro meses. El estado de la rivalidad entre Fatah y Hamas es tal que ambos partidos ven incluso al consejo local de la ciudad como demasiado riesgoso de tolerar.

El último quiebre entre Fatah y Hamas debe quitar cualquier duda acerca del potencial de reconciliación entre los dos partidos políticos palestinos más grandes. Ambos partidos veían las elecciones municipales como una disputa de suma cero. Abbas y su partido Fatah temían que el partido Hamas, con sede en Gaza, ganara algún consejo urbano en la Margen Occidental, y Hamas temía lo mismo de los candidatos de Fatah en Gaza.

Los funcionarios de Fatah, en especial, tenían todas las razones para estar temerosos. El partido ha sufrido derrotas bochornosas en casi toda elección popular durante una década. Una pérdida devastadora para Hamas en las elecciones parlamentarias del 2006 llevó a la guerra civil del 2007 que dividió a la Margen Occidental liderada por Fatah de la Franja de Gaza liderada por Hamas. Desde entonces, Fatah ha visto disminuir su popularidad en todo, desde sondeos de rutina a elecciones estudiantiles.

Las primeras elecciones municipales en casi tres décadas tuvieron lugar poco después de que muriera el ex líder de la AP, Yasser Arafat, en noviembre del 2004. Las elecciones municipales fueron programadas para tener lugar después de muchas rondas, ocurriendo la primera ese diciembre. Aunque Fatah ganó la primera ronda, Hamas recuperó el control de muchos de los consejos urbanos de la Franja de Gaza y ganó nueve municipalidades, Fatah obtuvo catorce. Fatah ganó las siguientes dos rondas, pero el éxito de Hamas en ciudades importantes–tales como Qalqilya en la Margen Occidental y Rafah en Gaza–sacudió a Fatah. Para la cuarta ronda y final, Hamas había ganado el 73% de los votos en las municipalidades restantes. Cuando fueron contados los votos finales, el gran golpe de Hamas estuvo más cerca de una estrecha victoria.

Las elecciones municipales del 2004-5 debieron haber sido una señal de advertencia para Fatah. En cambio, un mes después de la cuarta ronda los dos partidos compitieron nuevamente en elecciones parlamentarias a lo largo de la Margen Occidental, Gaza y Jerusalem oriental. Hamas dominó las elecciones ganando 74 de 132 escaños ante 45 de Fatah. Un año después las dos partes combatirían una guerra civil brutal en la Franja de Gaza, culminando en el control de Hamas sobre el enclave costero. El conflicto entre las dos partes, uno que dividió físicamente a la Margen Occidental de Gaza persiste hasta hoy.

Desde entonces, sucesivas negociaciones de reconciliación han tratado de salvar la brecha y prepararse para elecciones nuevas. Después de las conversaciones de unidad en Doha en el 2012, las dos partes acordaron formar un gobierno de consenso nacional y prepararse para nuevas elecciones. Pero al cabo de meses, colapsaron las negociaciones por el registro de votantes. Un portavoz de Hamas acusó de falsedad a Fatah, y el grupo islámico retiró su apoyo y anunció que boicotearía las elecciones locales del 2012.

Aunque se presentó en esas elecciones aparentemente sin oposición, Fatah todavía encontró una forma de perder. De hecho muchos miembros de Fatah desertaron del partido antes de esas elecciones municipales, y el resto de la lista del partido ganó en sólo 6 de los once distritos de la Margen Occidental. La asistencia de votantes cayó del 77% en las elecciones locales anteriores a apenas el 55%, y Fatah perdió el control de los consejos urbanos en ciudades tradicionales poderosas como Ramala, Nablus, y Jenin. Un académico palestino describió los resultados como un presagio del “fin de Fatah.”

Cuatro años después Fatah ha hecho poco por mejorar su imagen. A pesar de su actuación desconcertante en las elecciones municipales del 2012, en el 2011 cerca del 70% de los palestinos dijeron que confiaban en Fatah. A principios de este año, el mismo servicio de sondeos encontró que ese número había bajado a aproximadamente el 50%. Otro sondeo en junio encontró a Fatah y Hamas en igualdad si las elecciones fueran a tener lugar hoy. Bochornosamente ese mismo sondeo encontró que el 65% de los palestinos quería que el líder del Partido Fatah, Mahmoud Abbas, ahora 11 años en un mandato de 4 años, renuncie como presidente de la Autoridad Palestina.

Aún más preocupante para Fatah, Hamas ha derrotado al partido en las dos últimas elecciones estudiantiles en la universidad palestina más antigua, Birzeit. Las elecciones estudiantiles han tenido más peso en la sociedad palestina en los últimos años, ya que se han vuelto la única forma de expresión democrática en la Margen Occidental y Gaza. Que el bloque de Hamas derrotara a Fatah en la universidad palestina más importante, localizada a pocas millas de la sede de la AP en Ramala, ha conmocionado a Fatah. “Perdimos en grande”, ha dicho Saeb Erekat, el principal negociador palestino y líder de Fatah después de las elecciones del 2015 en Birzeit. “Mi casa se siente sofocada.”
Fatah había esperado indudablemente que Hamas no participaría cuando fueron anunciadas las elecciones municipales anteriormente este año. En cambio Hamas sorprendió a Fatah anunciando en julio que presentaría candidatos tanto en la Margen Occidental como en Gaza. A partir de ese momento, ambas partes comenzaron a debilitarse entre sí. Abbas publicó un decreto ejecutivo en agosto ordenando que nueve consejos locales en la Margen Occidental tuvieran un alcalde cristiano, un intento evidente de mantener a los islámicos de Hamas fuera de la disputa. Hamas respondió acusando a Abbas de ser poco democrático, y denunció que las fuerzas de seguridad de la AP afiliadas a Fatah estaban arrestando a sus miembros en la Margen Occidental.

Ambos partidos mostraron ansiedad en tanto siguió adelante la campaña. Miembros de Fatah suplicaron a Abbas en agosto que cancelara las elecciones por temor a que ganara Hamas. Cuando fueron anunciadas las listas para candidatos en Gaza, funcionarios de Hamas comenzaron a preocuparse porque Fatah pudiera ganar en muchas disputas en el enclave costero. El mes pasado, los funcionarios de Hamas descalificaron a muchos candidatos de Fatah. Ambas partes se acusaron entre sí de sabotear el proceso electoral hasta que intervino la Corte Suprema de la AP y anunció que las elecciones tendrían lugar sólo en la Margen Occidental. Luego de ese anuncio, el Comité de las Elecciones Centrales de Abbas–la cabeza del organismo electoral de la AP–recomendó que las elecciones fueran retrasadas seis meses. Un día después, la AP aceptó la recomendación, pero por cuatro meses.

Las elecciones municipales son un microcosmos de la política palestina de hoy. Desde su guerra civil sangrienta en el 2007, tanto Fatah como Hamas, han visto cualquier concesión al otro como debilidad. Los acuerdos de reconciliación, gobiernos de unidad, y elecciones propuestas entre ambas entidades han colapsado. Mientras sus líderes partidarios discuten, los palestinos en la Margen Occidental y Gaza pasarán probablemente otro año sin dar un voto significativo.

Fuente: Foreign Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México