Extremistas del Estado Islámico atacaron un puesto de control del ejército en la inquieta Península de Sinaí, de Egipto, en el último de una serie de ataques que se han reclamado las vidas de cientos de fuerzas del gobierno y policiales en la zona.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los insurgentes que manejaban un vehículo utilitario deportivo atacaron el puesto de control Hasana en el norte de Sinaí, donde el ejército ha estado involucrado en una guerra de tres años contra militantes, dijo un portavoz del ejército. Otros seis soldados fueron heridos, mientras que fueron eliminados 15 insurgentes.

El Sinaí es hogar de una insurgencia establecida firmemente liderada por el afiliado egipcio al Estado Islámico, el que se adjudicó la responsabilidad por la violencia del viernes en una declaración distribuida en redes sociales.

Península del Sinaí, filial local del Estado Islámico, y el grupo militante egipcio más letal, ataca regularmente blancos militares y policiales en Sinaí. Se adjudicó responsabilidad por el derribo de un avión ruso de pasajeros en octubre del 2015, en el que murieron 224 personas luego del despegue de la ciudad vacacional Sharm El-Sheik, sobre el Mar Rojo. El sector turístico de Egipto, una vez lucrativo, cayó estrepitosamente luego de ese derribo.

El ataque del viernes “puede indicar una escalada en las tácticas después de un período relativamente largo de depender principalmente de (artefactos explosivos improvisados) y ataques de francotiradores”, dijo Mokhtar Awad, un miembro investigador del Centro para Seguridad Informática e Interna de la Universidad George Washington.

El gobierno de Egipto ha luchado para erradicar el aumento en la insurgencia desde que llegó al poder el Presidente Abdel Fatah Al-Sisi en un golpe en el 2013, echando a Mohamad Morsi, el primer presidente de la nación electo democráticamente. El Sr. Sisi ha apostado desde entonces mucho de su poder interno e influencia internacional en posicionarse como un baluarte contra el terror.

Una economía que se hunde y agitación política–incluida una represión del Sr. Sisi contra sus oponentes políticos, entre ellos el Sr. Morsi–han contribuido a la desilusión creciente con el gobierno y ayudó a los militantes a aumentar sus filas.

A pesar de una presión de años por parte del ejército, la red de grupos militantes del país, en gran parte basada en el norte de Sinaí escasamente habitado, ha podido extender su área de operaciones tan lejos como a regiones pobladas densamente del Delta del Nilo.

El 29 de septiembre, el fiscal general adjunto del país, sobrevivió a un intento de asesinato con coche bomba cuando estaba de camino a casa desde su oficina en Nuevo Cairo, cerca de la capital. El movimiento Hasm, un grupo que había sido poco conocido a pesar de intentos previos de asesinato que tomaron como blanco a altos funcionarios, se adjudicó el ataque.

Fuente: The Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

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