DORE FEITH

Estudiantes para la Justicia en Palestina arruinan la “agenda imperialista LGBT” del Occidente.

Este es el “Mes de Conciencia de los Diferentes” en la Universidad de Columbia. Pero en vez de defender los derechos de los gays en los cerca de 80 países donde la homosexualidad es un crimen, el capítulo Columbia de Estudiantes para la Justicia en Palestina está utilizando el mes para programación que difama a Israel. “Gay Bueno/Gay Malo”, por ejemplo, afirma que Israel tiene una “agenda LGBT imperialista.” La organización ataca a Inglaterra y Estados Unidos en términos similares.

O sea, Estudiantes para la Justicia en Palestina está denunciando la crítica occidental de la intolerancia contra los gay de gobiernos árabes y otros. Tal crítica, dice, no es más que una táctica cínica para que el Occidente distraiga de su propia opresión imperialista.

La retorcida perspectiva es integral del movimiento anti-Israel y lo que éste llama activismo “interseccional.” La “interseccionalidad” argumenta que todas las víctimas de opresión (racismo, sexismo, imperialismo, clasismo, etc.) deben expresarse solidaridad entre sí.

La organización nacional Estudiantes para la Justicia en Palestina dice en su declaración de principios: “Creemos que todas las luchas por la libertad e igualdad están interconectadas y que debemos encarnar los principios e ideales que imaginamos para una sociedad justa.”

Libertad, igualdad y justicia–todos objetivos que suenan nobles. El problema es que en los campus universitarios a lo largo del país, Estudiantes para la Justicia en Palestina coloca su oposición a Israel al frente de su activismo, dañando tanto la credibilidad de su supuesta visión como a la misma gente en cuyo nombre afirma luchar.

En marzo, por ejemplo, se impidió hablar en la Universidad Brown a la activista por los derechos transgénero Janet Mock por parte de, entre otros, el capítulo en el campus de Estudiantes para la Justicia en Palestina. ¿Por qué? Porque ella estaba siendo presentada por un grupo estudiantil que opera bajo Hillel, la principal organización estudiantil judía en el campus.

De los diez países que imponen la pena de muerte para actos homosexuales, nueve no tienen relaciones diplomáticas con Israel. Estudiantes para la Justicia en Palestina aparentemente piensa que es más importante mostrar solidaridad con colegas que aborrecen a Israel en esos países que con los gays oprimidos allí.

En los territorios palestinos de la Margen Occidental y Gaza, la homosexualidad no es ilegal, pero los gays son comúnmente intimidados por familiares y otros, y el gobierno no protege sus derechos. Ese es el motivo por el que muchos palestinos gays huyen a Israel, el cual tiene una comunidad LGBT próspera y cuya ley reconoce relaciones con el mismo sexo y protege a los gays de la discriminación en el lugar de trabajo.

La gente razonable puede diferir acerca de muchos aspectos del conflicto israelí-palestino, pero el tratamiento a las personas gay no es uno de ellos. Las universidades deben ser foros para el discurso intelectual, y debe haber amplio espacio para opiniones que chocan y debaten. Pero no debe haber lugar para el fraude. Estudiantes para la Justicia en Palestina está demonizando a Israel, insultando a los gays, y desacreditándose a sí misma.

*Dore Feith es presidente de Aryeh: Asociación de Estudiantes de Columbia para Israel.

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México