DARÍO MIZRAHI

Aunque es poco probable, podría ocurrir si se dan algunos resultados en estados clave. En ese caso, la Constitución establece un mecanismo de desempate. Los antecedentes históricos.

El presidente de Estados Unidos no es directamente elegido por los ciudadanos, sino por el Colegio Electoral, que está compuesto por 538 electores. Cada uno de los 50 estados, y Washington DC, tienen asignado un número fijo, según su población. California es el que más tiene, con 55. Lo siguen Texas, con 38, y Nueva York y Florida, ambos con 29. Para ser presidente hay que sumar 270.

Con las únicas excepciones de Maine y Nebraska, en el resto de los estados basta ganar por un voto para llevarse el 100% de los electores. Por eso para imponerse en los comicios no es necesario tener más votos ciudadanos, sino ganar en más estados, o en los que ofrecen más electores.

La carrera entre Hillary Clinton y Donald Trump está siendo mucho más pareja de lo que se pensaba. ¿Podrían terminar empatados con 269 electores cada uno? Sí. Y el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1804 la 12ª Enmienda Constitucional, que establece los pasos a seguir en caso de empate.

Según la norma, el presidente debería ser nombrado por la Cámara de Representantes que surja de la misma elección, ya que se renueva en su totalidad. Pero, si bien está compuesta por 435 miembros, sólo 50 votarían, uno por estado. Eso significa que los congresistas de cada uno deben ponerse de acuerdo en qué candidato elegir. Luego, el que obtenga el apoyo de al menos 26 estados es investido presidente. El vicepresidente, en cambio, es elegido por el Senado. En ese caso sí, cada uno de los 100 senadores tiene un voto.

Aunque es muy difícil que ocurra con la cantidad de estados y de electores que hay en la actualidad, hay tres antecedentes de empate. El primero fue en las elecciones de 1800, cuando Thomas Jefferson y Aaron Burr estaban empatados en el Colegio Electoral. El Congreso votó y eligió al primero como presidente y al segundo como vicepresidente, ya que así lo establecía la Constitución en ese momento. Ese conflicto llevó a la sanción de la 12ª Enmienda.

El segundo bloqueo se produjo en 1824, cuando ninguno de los postulantes logró conseguir el apoyo de la mayoría de los electores. La Cámara de Representantes eligió a John Quincy por sobre Andrew Jackson.

El último antecedente data de 1837, aunque no para la categoría de presidente. El Colegio Electoral designó por mayoría a Martin Van Buren, sin poder consensuar un vice. Entonces intervino el Senado para nombrar a Richard Mentor Johnson.

Fuente:infobae.com