El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, aseguró que la campaña de represión que está llevando a cabo el Gobierno de Turquía tras el intento de golpe de Estado le recuerda “a los métodos utilizados por los nazis” y ha advertido de que la Unión Europea tendrá que responder con sanciones “tarde o temprano”.

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Más de 110,000 funcionarios públicos –soldados, jueces, profesores, políticos e incluso periodistas– han sido detenidos, suspendidos o despedidos desde que el pasado 15 de julio se produjo un intento de golpe de Estado en Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusa a todas estas personas de haber participado o apoyado implícitamente la asonada militar. La inmensa mayoría de ellas pertenecen al movimiento Hizmet, liderado por el clérigo Fetulá Gulen.

A pesar de las críticas que ha recibido Erdogan por esta medida, que sus detractores califican de “campaña de represión” y “purga”, las autoridades turcas justifican los arrestos y los despidos alegando que todas esas personas suponían una amenaza para la seguridad del país tras el golpe, que dejó más de 240 muertos en las ciudades de Estambul y Ankara, donde las tropas rebeldes sacaron los tanques a la calle y bombardearon varios edificios, entre ellos el Parlamento.

Los nombres de todos aquellos que son suspendidos, ya sea por tener relación con Hizmet o por supuestos vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) –una organización considerada terrorista por el Gobierno turco–, son publicados en la gaceta oficial del Gobierno, lo que les impide volver a encontrar trabajo. Además, las autoridades les anulan su pasaporte para que no puedan salir del país.

El ministro de Exteriores luxemburgués ha señalado que el Gobierno turco está abusando de estas personas, a las que también les ha retirado sus títulos universitarios, lo que les hace virtualmente imposible encontrar un trabajo. Muchos de estos ciudadanos se han quedado sin forma de ganarse la vida, en especial los profesores, cuyos sueldos no eran demasiado altos. Muchos de ellos alegan que ya no pueden alimentar a sus familias.

“Hay que decirlo sin rodeos. Estos métodos fueron los mismos utilizados durante la época nazi y eso es algo muy, muy malo“, ha apuntado Asselborn.

El ministro ha propuesto imponer sanciones económicas al país desde la Unión Europea, ya que el 50 por ciento de las exportaciones turcas y el 60 por ciento de sus inversores proceden del bloque económico europeo. “En algún momento no nos quedará otra que imponerles sanciones para luchar contra la horrible situación de abusos contra los Derechos Humanos”, ha añadido.

Fuente:okdiario.com