CORONEL (RET.) DR. JACQUES NERIAH

El lunes 31 de octubre del 2016, el parlamento libanés, en su 46a sesión y después de una presidencia vacante desde mayo del 2014, eligió como presidente al General Michel Aoun.

Aoun es un cristiano maronita, hijo de Mary y Naim Aoun, el lechero de Haret Hreik, el vecindario mixto chií-maronita adyacente al vecindario sureño de Beirut de Dahiya.

Aoun será el primer presidente del Líbano cuya familia viene de la parte sur del país (un pueblo llamado Maknuniyah, 70 kilómetros al sur de Beirut), la tierra de la comunidad chií en Líbano. Aoun es el 13o presidente libanés desde su independencia. Es el tercer miembro más viejo del parlamento libanés y el presidente más anciano – nacido el 18 de febrero de 1935 en “Gran Líbano,” nueve años antes de la independencia de Líbano. Es también el político más anciano del mundo árabe; el Rey Salman de Arabia Saudita es casi 12 meses más joven, ¡y el argelino Abdelaziz Bouteflika tiene “sólo” 79!

También es el cuarto comandante libanés del Ejército en convertirse en presidente. Fouad Chehab, Emile Lahoud, y Michel Suleiman fueron sus predecesores en el puesto.

La elección de Michel Aoun fue posible sólo después de resolver el estancamiento político creado por Hezbolá en el 2014 cuando miembros de la milicia y coalición chií en el parlamento se negaron a aparecer en las 45 sesiones anteriores del parlamento. A través de su abstención, Hezbolá no permitió el quorum necesario para elegir un presidente. Veintinueve meses de una vacante presidencial llegan así a un final con un presidente identificado como el aliado fundamental de Hezbolá y, por proyección, un aliado de Irán.

Aoun no es de la élite maronita

A diferencia de la mayoría de sus predecesores, Aoun viene de una familia muy pobre y muy lejos de la élite social maronita. Su camino a la élite de Líbano fue hecho a través de su carrera militar ya que él no tenía otra forma de trepar los escalones maronitas en Líbano.

Aparte, su origen sureño fue visto siempre con desdén por la élite “norteña” que expresó arrogancia hacia los del sur “con su acento divertido similar al de los chiíes.” En cierta forma, su elección respaldada por Hezbolá no es más que un reflejo de los cambios profundos en la sociedad libanesa mientras las familias “nobles” tradicionales son empujadas a un lado por comandantes de campo como una élite alternativa.

El padre de Aoun desposó a su prima Mary que tenía ciudadanía estadounidense. Sus padres habían emigrado a Estados Unidos en 1904 y vivieron en New Hampshire. Algunos años más tarde, la familia regresó a Líbano, y en 1930 ella conoció a su primo Naim y se casó con él algunos meses después.

Naim luego se mudó a Haret Hreik y vivió allí muy modestamente, viviendo principalmente de vender leche al vecindario. Nacieron seis hijos de esta unión: tres hermanos y tres hermanas: Elias, Jeanette, Michel, Antoinette, Renee, y Robert. De los seis hermanos y hermanas, tres todavía están vivos hoy: Michel, Antoinette (quien vive con sus hijos en Estados Unidos), y la más joven Renee que vive en Líbano.

Michel Aoun fue a la escuela “Fréres” en Beirut. Siendo pobre, no pudo permitirse estudiar ingeniería en la universidad. Así que a los 20 años ingresó a la academia militar (1955) y tres años después se graduó como oficial de artillería. Tres años después (1961) fue promovido a teniente; siete años después a capitán, luego mayor (1974), y finalmente general de brigada (1984), el año en que le fue dado el mando del ejército libanés.

Aoun fue llamado por el presidente libanés en 1988 para cubrir la posición del primer ministro interino debido a una imposibilidad procesal de votar por un sucesor para Amin Gemayel. En 1990 huyó del palacio presidencial en Baabda, el cual estaba bajo ataque de tropas sirias, y encontró refugio en la embajada francesa. Fue expulsado del país a Francia, donde permaneció hasta el 2005 cuando el ejército sirio se retiró de Líbano. Aoun fue recibido de regreso como un héroe, y desde entonces ha establecido su objetivo de ser el siguiente presidente de Líbano después de Michel Suleiman. En el 2006, durante la segunda campaña israelí en Líbano, Aoun forjó una alianza con Hezbolá que mantuvo y alimentó hasta estos mismos días.

A la edad de 33 (1968), Michel Aoun se casó con Nadia Salim el-Shami cuya familia viene de Zahleh (el bastión cristiano del Valle de Bekaa). Nacieron tres hijas de la pareja: Mireille, casada con Roy el-Hachem, el director de OTV, una red de televisión que es portavoz de la corriente política de Aoun; Claudine, casada con Shamel Roukoz, un general de brigada en el ejército libanés; y Chantal, que está casada con el Ministro de Relaciones Exteriores, Jibran Basil.

Es muy pronto para descifrar las razones que llevaron a la elección de Aoun como 13o presidente de Líbano y especialmente las razones detrás del cambio de corazón del ex Primer Ministro Saad Hariri, quien era cercano a la casa real de Saud y líder de la oposición a la alianza política de Hezbolá. Hariri dejó a su candidato Sleiman Frangieh a los tumbos al elegir a Aoun, una alternativa firmemente anti-saudí, apoyada por Hezbolá (el mismo enemigo del régimen saudí), y la misma organización que asesinó a su padre, Rafik. Es posible que Aoun prometiera a Hariri el empleo de primer ministro.

Los motivos políticos en Líbano a menudo son un misterio

Pero es bastante difícil comprender la actual posición anti-saudí adoptada por Hariri, cuya fortuna y destino estaban tan estrechamente vinculadas con la casa real de Saud. Rumores que circulan en el mundo árabe informan de un enfoque vengativo por parte de Hariri luego que las autoridades saudíes penalizaron a sus empresas en Arabia Saudita luego de una transcripción de una conversación telefónica en la cual Saad Hariri fue escuchado criticando sin rodeos al rey saudí. Las disculpas expresadas posteriormente no enmendaron las cosas, y las autoridades saudíes decidieron tomar venganza sobre el imperio económico de Hariri en Arabia Saudita.

En un estilo típico libanés, Michel Aoun no tiene posiciones dogmáticas. Su visión es influenciada principalmente de la lucha maronita, por la supervivencia en el Medio Oriente y por los temblores generados por el tsunami radical islámico dirigido a la destrucción de la presencia cristiana en la zona.

Cuando Aoun fue comandante de la 8a Brigada y especialmente cuando estaba en el exilio en París, tuvo constantes y numerosos encuentros con israelíes y discutió con ellos formas de asegurar la presencia de la Cristiandad en el Medio Oriente y formas de cooperación con Israel. Después de su regreso a Líbano, Aoun comprendió que el futuro de los cristianos en Líbano ya no podía más ser asegurado por Estados Unidos, Francia o Israel. Lo que comprendió fue que sólo a través de la cooperación con Hezbolá y su patrón iraní los libaneses cristianos podían garantizar su supervivencia independiente en el Medio Oriente.

La victoria de Aoun no es de ningún modo la derrota del bando cristiano, pro-saudí y pro-occidental. Es muy pronto para que Hezbolá e Irán canten victoria, especialmente en Líbano, donde las alianzas cambian constantemente. La elección de Aun no ha resuelto los problemas de Líbano. Sólo ha permitido el inicio de un diálogo entre rivales con objetivos y ambiciones diferentes. Hoy parece que Hezbolá ha ganado la ronda. Queda por verse como el chico pobre de Haret Hreik navegará entre las diferentes facciones del laberinto libanés, cómo reaccionará el sistema, y como encontrarán su forma de afirmar sus intereses las potencias regionales, antes que nada las perdedoras (Arabia Saudita y Qatar).

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México