Rebeca Mareyna, profesora y escritora, impartió la plática “Liderazgo – Todos obedecen con gusto al que es justo” dentro del día Limud: “El buen líder es aquel que acepta sus errores, no es ególatra quedándose en lo que dice o piensa sin ver más allá de lo que está pasando”, señaló.

 

 

ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO –Hay un refrán que dice: “Para dirigir la orquesta hay que darle la espalda al público”. No siempre el líder queda bien con todos, pero cuando está seguro de las desiciones que está tomando no importa lo que piensen los demás. Tenemos el caso de Ben Gurion, quien, a punto de llegar el Barco Altadena a Palestina, cargado de armas para el grupo terrorista de Begin, les advirtió que lo iba a hundir porque no estaba dentro de la proposición de paz que había antes de la partición de Palestina. Así, el buen líder tiene que sopesar las desiciones que toma.

Cuando tenemos la convicción de que el que me está conduciendo está haciendo lo justo y conduce de tal manera que seguimos lo que nos dice, es un buen líder, por eso es importante recordar que: “Todos obedecen con gusto al que es justo”.

Hay muchas características que tiene un buen líder, entre ellas:

Siempre está presente. Tiene una disposición total. Dialoga continuamente, y está dispuesto a escuchar. Se sabe cuestionar, sabe pedir perdón. Lucha contra la injusticia. Recibe a los invitados, pero los invitados no sólo son las personas que vienen a tu casa a comer, también son ideas: las ideas o conceptos nuevos. Es humilde. Es un guerrero, ya que quien no ha luchado no tiene cicatrices. Perdona. No toma venganza. Enfrenta el infortunio y aprende. No avergüenza a los demás. No es autocompasivo. Está dispuesto a proteger. Tiene que tener una transformación interior. Es empático con con los oprimidos. Comprometido hasta las últimas consecuencias.