LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

México un importante referente de la campaña de Donald Trump.

Donald Trump (DT) sorprendió al mundo con su inesperado triunfo en las elecciones presidenciales de EUA; el 20 de enero del 2017 será ungido como el 45avo. presidente de ese país. Su campaña no tuvo precedente en relación a todas las que anteriormente se llevaron a cabo en EUA. Si bien, es frecuente que en las contiendas los candidatos se lancen insultos en discursos y mensajes públicos, la de DT se caracterizó por una retórica violenta y extremista, agravios constantes no solo contra su opositora, Hilary Clinton (HC), sino contra todo el mundo, muchos de sus argumentos los hizo con información falsa y, en general, sin principios éticos; sus señalamientos xenófobos, racistas, antiinmigrantes y misóginos de rechazo al perfil multicultural de EUA, provocaron un ambiente de crispación y de fractura en la población de ese país.

La “guerra de lodo” que inició manchó la buena imagen de EUA en el exterior, la cual ha sido frecuentemente cuestionada por la actitud hegemónica de esa nación. DT lastimó particularmente a los 34 millones de personas de origen mexicano que viven en EUA y a los que habitamos en México, incluso en la visita que hizo a México por invitación del Presidente Enrique Peña Nieto en agosto pasado, quien pretendía expresarle los sesgos de su campaña en relación a los inmigrantes ilegales de México en EUA, a los que calificó de criminales, traficantes de drogas, y violadores, y hacerle ver los beneficios que México aporta a la economía y a la sociedad estadounidense, por respuesta, DT tuvo una actitud arrogante y humillante para el presidente Peña y para los mexicanos.

DT amenazó con deportar a más de 11 millones de inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos mexicanos y construir un muro en los 3,142 km. de frontera entre México y EUA (en 700 km ya existe) cuyo gasto de edificación lo haría México, y en caso de que no lo hiciera, bloquearía las remesas que los mexicanos envían a sus familiares en México, más de 25,000 millones de dólares anuales. También indicó que anularía el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá en vigor desde 1994 y otros acuerdos comerciales firmados con diversos países, además de que no suscribiría el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, un Tratado de Libre Comercio multilateral que fue signado por 12 gobiernos en febrero del 2015 y en el presente se está en espera que los Congresos de cada uno de ellos lo aprueben.

Aparentemente DT ignora o finge ignorar, que 6 millones de empleos en EUA dependen directamente del Tratado de Libre Comercio con México, y que la mano de obra mexicana en EUA paga impuestos en ese país y la derrama de su gasto tiene un efecto multiplicador en su economía. La deportación masiva de los inmigrantes mexicanos paralizaría las actividades en una parte importante del sector agrícola, en el de construcción y en diferentes servicios de EUA, en virtud de que no hay mano de obra local que los pueda o quiera reemplazar; la expulsión de la mano de obra mexicana incrementaría los costos de producción y habría detrimento de la competitividad de EUA en su mercado interno y en el externo. DT no debe olvidar que los mexicanos han contribuido a la prosperidad de EUA. Hoy día tienen participación destacada en la política, en la actividad empresarial, en los medios de comunicación, como inversionistas y en el ámbito cultural de EUA. Por lo demás, los millones de mexicanos que viven en EUA, están en “una integración genética con los estadounidenses”.

DT despertó un “monstruo” xenófobo en su campaña que seguirá vivo en el futuro; la periodista mexicana de Univisión, María Antonieta Collins, residente en Los Ángeles, California, comentó en una reciente entrevista radiofónica que le hicieron desde México, que al otro día de las elecciones su hija y un compañero se encontraban platicando en español mientras esperaban en la línea de un establecimiento de comida, de repente una señora que los escuchó le dijo que hablaran en inglés y si no lo hacían deberían regresar a su país; la hija le contestó que ella nació en EUA y ese era su país. Obviamente DT no podrá deportar a todos, empero, es de esperar, que declare una “cacería de brujas”; la comunidad mexicana en EUA, entró ya en pánico de por si afectada por el creciente número de deportaciones que ha ordenado el presidente Obama, quien había prometido en dos campañas aprobar una reforma migratoria integral que supuestamente beneficiaría a millones de inmigrantes ilegales. No solo los mexicanos en EUA están descontentos por el triunfo de DT; al día siguiente de las elecciones miles de manifestantes en varias ciudades de EUA salieron a protestar a las calles inconformes con que DT asuma la presidencia; el grueso de los protestantes eran jóvenes, y en varios casos, destrozaron aparadores de tiendas y prendieron fuego en botes de basura.

El triunfo de DT “da alas a los partidos radicales de Europa en sus elecciones el próximo año”; “el discurso antiestablishment y contra la inmigración se ve como un halagüeño precedente para la ultraderechista del Frente Nacional de Francia o el pujante partido Alternativo para Alemania, al igual que para los movimientos populistas de izquierda que coinciden con su discurso contra las élites, la globalización, luchan contra la inmigración ilegal y están a favor de la limpieza étnica de los Estados”.

En este ámbito, es también posible esperar que el eterno candidato a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pueda ganar terreno en sus aspiraciones presidenciales en el 2018: AMLO señaló que pese a la victoria de DT las cosas se van a serenar; sin embargo, él sabe perfectamente que frente a un entorno más complejo que enfrentará México en el futuro próximo por los impactos económicos derivados del ascenso de DT a la Presidencia de EUA, sus propuestas populistas podrán consolidarse en la población mexicana pobre y en la clase media.

En este sentido, cobran relevancia los comentarios del analista político Jorge Suárez Vélez (JSV) en su columna de El Financiero del 10 de noviembre pasado, quien indica que los resultados electorales de EUA fueron decisión de una mayoría blanca que se percibe abandonada y acorralada, y eso ocurre solo por que el grupo de blancos sin educación universitaria enfrenta una crisis sustancial. JSV señala que eso es solo una parte de la explicación, en virtud “de que vivimos una burbuja que no ha permitido entender cuántos estadounidenses viven al día, cuántos no tienen acceso a servicios públicos básicos, frente a un pequeño grupo que ha acumulado una proporción descomunal de la riqueza de todos. Pensar que su voto es producto de la estupidez o de la xenofobia no nos permite aprender la lección”; esto es justamente caldo de cultivo para la expansión de las corrientes populistas en el mundo, incluyendo la de AMLO.

Por lo pronto, mientras el panorama se aclara, los mexicanos experimentaremos en el resto del 2016 y en el 2017; debilidad del crecimiento económico, mayor inflación; episodios de fuerte volatilidad cambiaría, encarecimiento del crédito; diferimiento o cancelación de proyectos de inversión, nacionales y extranjeros, deterioro del nivel de vida, más violencia criminal, etc. etc. Los mexicanos, empero, sobre todo el gobierno, tenemos la última palabra; habrá que entender que no se avecina una catástrofe, sino una etapa muy compleja que presenta retos y amenazas difíciles de superar; se requiere un cambio profundo en el régimen político, económico y social, no una revolución.