Se trata de una correspondencia de doce años entre Zweig y Hans Rosenkranz, un joven escritor judío originario de Königsberg (Kaliningrado).

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Una serie de cartas manuscritas del escritor austriaco Stefan Zweig, desconocidas hasta ahora, han sido descubiertas en Israel, más de 70 años después de la muerte del autor judío, informó este domingo la Biblioteca Nacional de Israel en Jerusalén. Se trata de una correspondencia de doce años entre Zweig y Hans Rosenkranz, un joven escritor judío originario de Königsberg (Kaliningrado).

Fue la hijastra de este último, Hanna Jacobsohn, de 92 años, quien entregó a la biblioteca las misivas, que estuvieron durante décadas guardadas en la caja de seguridad de un banco al sur de Tel Aviv. Zweig (1881-1942) escribió a Rosenkranz 26 cartas y seis postales entre 1921 y 1933 que arrojan nueva luz sobre su visión sobre la literatura, el judaísmo, el sionismo y el ascenso de los nazis en Alemania.

Las cartas aportan una nueva mirada a la “tormentosa y fascinante vida de uno de los escritores más importantes y conocidos del mundo”, señaló David Blumberg, presidente de la junta directiva de la Biblioteca Nacional. La Biblioteca presentará los documentos manuscritos en un acto festivo el próximo 23 de noviembre, con la presencia de Jacobsohn y Klemens Renoldner, director del centro Stefan Zweig en Salzburgo. ¿Cómo se decidió Jacobsohn a donarlas y por qué esta anciana, que vive sola con sus dos gatos en un piso en el sur de Tel Aviv, esperó tanto para darlas a conocer? “Escribí mi testamento y decidí que las cartas fueran a la Biblioteca Nacional después de mi muerte”, contó. “Mi abogada me preguntó: “¿Por qué después de tu muerte? ¿Por qué no ahora? Y pensé que tenía razón”. Por eso Jacobsohn contactó al alemán Stefan Litt, responsable de los documentos de Zweig en el archivo de la biblioteca y éste reaccionó entusiasmado. “Naturalmente que teníamos un gran interés”, señala. Rosenkranz tenía sólo 16 años cuando en 1921 escribió por primera vez a Zweig para pedirle consejo sobre cómo llegar a ser escritor. Y recibió respuesta en forma de correspondencia que se mantuvo hasta 1933, hasta poco antes de la toma del poder por los nazis en Alemania. Ambos se reunieron incluso algunas veces y Zweig envió a varios autores a Rosenkranz cuando éste abrió una editorial.

Pero pese a los buenos consejos e incuso apoyo financiero, Zweig no consiguió que Rosenkranz cumpliera sus ambiciones literarias. A comienzos de los años 30 se casó con Lily Hyman, que ya tenía una hija de su primer matrimonio, Hanna. “Tras la llegada al poder de Hitler dijo a mi padrastro: para los judíos se ha terminado la vida en Alemania”, cuenta Hanna. “Y el 23 de diciembre de 1933 vinimos a Palestina, un día antes de la Navidad”. También Zweig se exilió en 1933 cuando los nazis prohibieron sus libros, marchándose primero a Londres y luego a Brasil. Sin embargo, el sentimiento de pérdida de la patria y la lengua, el sentirse extraño en otra tierra profundizaba su depresión. Hasta que en 1942 se suicidó junto a su mujer, Lotte. Mientras, su amigo Rosenkranz luchó en Italia con el Ejército británico en la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra se separó de Hyman, cambió su nombre por Chai Ataron y trabajó como periodista. Pero tampoco consiguió la felicidad en su nuevo país y también se quitó la vida en 1956, 14 años después de que lo hiciera su mentor. “Quise mucho a Hans Rosenkranz”, cuenta Jacobsohn. “Cuando mi madre y él se separaron, ella se quedó las cartas. Y después de su muerte pasaron a mí”.

Jacobsohn fue durante 25 años oficial de la policía israelí y después dio clases de historia judía. “Nunca pensé en vender las cartas”, asegura. En ellas, Zweig da consejos al joven autor y le alerta tempranamente del aumento del antisemitismo en Alemania. “Si me permite aconsejarle algo le desearía que pasara una parte de su juventud fuera de Alemania, en un país donde el problema judío no esté tan presente como aquí”, escribía en 1921. “He vivido años en el extranjero, donde nadie pregunta por la raza y cuando regresé, tenía de repente el problema delante y me exprimía totalmente”. Y le aconseja al escritor que estudie lenguas, como “llave de la libertad”, señalando que quizá un día Alemania y Europa sean tan oscuros, “que ya no se pueda respirar un espíritu de libertad. Piense en el mundo, êen lo amplio que es!”. Un mundo que a él no lo salvó. Su historia la cuenta la directora Maria Schrader en la película “Vor der Morgenröte” (2016), que será la representante de Austria en la carrera por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Fuente:diariodenavarra.es