Desde el nazismo hasta los días de hoy, cuando el deporte se rebela a la política.

CECILIA DALL’ORSO

No podía ser más apropiado el México-Estados Unidos en las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018. A unos días de la elección de Trump a la Casa Blanca, las selecciones de los dos países vecinos se encaran para jugarse el pase al Mundial. Sin embargo no es un partido cualquiera.

Los Estados Unidos acaban de elegir como presidente a un magnate que quiere construir un muro en la frontera de Mexico (se espera que sea retorico, o más bien una broma mal gastada) y los mexicanos están indignados. Sergio Pérez, piloto F1 del Force India, rompió su patrocinio con la marca de gafas de sol Hawkers por una broma mal gastada.

Se puede entender que Mexico sólo quiere ganar este partido contra USA. Desde luego el patriotismo estadounidense les deja bajar los brazos y la victoria para los mexicanos llega al minuto 89. En Columbus, Ohio, los de Osorio ponen el marcador en ventaja al minuto 20′ gracias a Layun que sorprende a Howard con un golazo desde los 25 metros. En el segundo tiempo, el orgullo estadounidense sale a superficie y llega el empate de Bobby Wood. Los mexicanos no se rinden hasta el final, y abaten el muro de los ‘gringos’ al 89′ con un cabezazo de Rafa Márquez. Sin duda para México y los mexicanos es una alegría doble.

Haciendo ‘rewind’ en la cinta de la historia, hay otros eventos en los que el deporte dio que hablar más por las circunstancias políticas que por su ser. En el mundo del #Fútbol casi es leyenda ‘der papiener’ Mathias Sindelar, el futbolista austriaco con orígenes judíos que se rebeló a Hitler. En un amistoso entre Alemania y Austria para celebrar la famosa anexión del 1938 que tenía que terminar con un empate con goles por desiderio de Hitler, Sindelar fue el artífice de la victoria austriaca por 2-0. Como si no fuera suficiente, se negó a hacer el saludo nazi al termino del partido. Se quedó con los brazos abajo, mirando la tribuna de honor.

La historia cuenta que Sindelar fue encontrado muerto siete meses después con su mujer italiana, pero también judía. También otros deportes se han rebelado a la política. El más conocido son los Invictus de la República de Sudáfrica de Nelson Mandela. Gracias aquel Mundial de rugby del 1995 y a la Rainbow Nation cayó el primer muro del apartheid.

Menos conocidos son los casos del Mundial de tenis de mesa del 1971, cuando la relación entre los dos países es de frío total. Durante un día de entrenamientos, un atleta estadounidense, Cowan, pierde el bus de su equipo para volver al hotel, sólo le queda el de China. Sube al autobús y conoce a Zhuang Zedong. Los dos se intercambiaron una camiseta por una foto. Sin embargo, aquel gesto espontáneo regaló a la historia mucho más. El eco mediático de este encuentro casual abrió la puerta al diálogo entre las dos grandes potencias mundiales.


Fuente:es.blastingnews.com