Paraíso en Auschwitz es un tributo a la iluminación en el “Foso del Horror”.

ROBERTO GUILLÉN

En días pasados, el museo MARCO, dirigido por Nina Zambrano, nos brindó el banquete plástico de Otto Dix, un cronista de la barbarie durante la Primera Guerra Mundial, en esta ocasión, Aaron y Esther Cohen desentierran la historia de Fredy Hirsch, un personaje que abona para el futuro, que ante la maquinaria nazi del exterminio, lucha y resiste para cultivar el kindergarten de la esperanza… a unos cuantos metros del abismo humeante.

Recordemos que el gran Otto Dix también padeció la dictadura del temperamento alemán, ya que su emblemática obra “La Trinchera”, donde exhibe la irracionalidad de la guerra, fue confiscada y destruida. Si desde las alambradas de púas el artista alemán encuentra su inspiración para plasmar la barbarie humana, Aarón Cohen nos proyecta el escenario de la resistencia: desde la verja sus niños observan las chimeneas humeantes de la barbarie nazi. La postal del humor negro es el paisaje con el que se deslizan los días de los chavitos judíos que han encontrado en Fredy Hirsch la hendidura luminosa para escapar a la locura del Fuhrer.

Y para escapar del olvido, Aaron Cohen va en busca de 13 historias que documentan a un auténtico símbolo de resistencia de un pueblo, entre las cámaras de gas, los hornos crematorios y el baile de la muerte, tal como las titula una de las obras de Otto dix y con la valiosa colaboración de la dramaturga Sabina Berman; las 13 historias nos presentan, reconstruyen el “Humanismo de un apolillado y distinto ser humanos, un rompecabezas en gran medida incomprensible y a quien aprendimos a lo largo de este documento a respetar, admirar y preguntarnos: ¿De dónde sacaba la fuerza y la confianza para acercarse a los peores personajes de la SS como el Dr. Mengele, llamado Fredy Hirsch, que por su orientación sexual, permanecía bajo el manto del olvido por todos estos años. ¿Cómo es que este hombre no ha sido declarado héroe entre la humanidad? ¿Cómo es que no hemos copiado los modelos de educación en épocas de guerra que él implementó en el peor de los sitios que ha existido?

En este sentido, encuentro al cineasta Aaron Cohen y Esther Cohen, como valiosos exploradores de los símbolos que suelen hacernos equivocar a los faraones del poder.

Esta noche, en el cinema Río 70, tuve la oportunidad de formularle dos preguntas al cineasta y en sus respuestas escuché los ecos de la misma resistencia…de un pueblo, unión y amor a la humanidad.

Agradezco en nombre de la comunidad regiomontana, al centro Israelita y a la Sra. Thelma Sandler, que haya hecho posible que esta película única, esta historia que nace y se muestra como un ejemplo para todos nosotros y para el mundo entero, haya estado en nuestra ciudad. Pido que regresen muy pronto, que haya muchas más personas interesadas en una historia que quizá no conocerían nunca.