ANGUS MACKINNON / El primer ministro Matteo Renzi dice que renunciará si la propuesta falla.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los italianos acuden a las urnas el domingo en un referéndum constitucional por el cual el primer ministro reformista, Matteo Renzi, ha apostado su futuro.

Cualquiera sea el resultado de una votación que se observa con ansiedad en las capitales de toda Europa y se escudriña cuidadosamente en los mercados de todo el mundo, dará lugar a cambios.

Si se rechazan las propuestas del centro-izquierda de Renzi para racionalizar un sistema parlamentario de 68 años, él ha prometido renunciar.

Ello daría lugar a un período de incertidumbre política y la potencial crisis económica para el país y sus aliados de la Unión Europea.

Los escenarios más apocalípticos implican una crisis de confianza de los inversores que cause el fracaso de un plan de rescate para los bancos más endeudados de Italia, desencadenando una crisis más amplia en toda la eurozona.

Pero los mercados de la semana pasada, aunque nerviosos, parecían haber descartado ese riesgo.

Si Renzi gana, el primer ministro más joven del país recibirá un impulso en su intento por transformar a Italia.

Los críticos dicen que el movimiento privará a Italia de los controles y los equilibrios democráticos puestos como secuelas de la Segunda Guerra Mundial después del desastroso gobierno del dictador fascista Benito Mussolini.

La victoria de Renzi significará un nuevo mandato para llevar a cabo las reformas que él considera clave para liberar la creatividad de Italia de la influencia de una casta política egoísta que ha aprovechado la debilidad institucional para frenar el cambio.

“Si perdemos esta oportunidad, no volveremos por 20 años”, advirtió a los votantes antes de que la campaña se suspendiera a medianoche del viernes.

El factor populista

Los italianos parecen darse cuenta de cuánto hay en juego.

Los votantes, que habitualmente se dirigen a la playa en lugar de las urnas cuando referendos menos importantes han caído en día soleado, han pasado semanas abrazando apasionadamente los pros y los contras de las reformas propuestas.

La única predicción que se puede hacer con certeza es una enorme asistencia de votantes, ya que las encuestas están prohibidas desde el 18 de noviembre.

Hasta entonces, el campamento “No” lideraba cómodamente, pero con una cuarta parte del electorado indeciso. Renzi cuenta con una mayoría silenciosa de reformadores tímidos para lograr un cambio sorpresivo.

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El primer ministro italiano Matteo Renzi, después de dirigirse a un mitin en el próximo referéndum constitucional italiano en Florencia, Italia, el 2 de diciembre de 2016. (Maurizio Degl’Innocenti / ANSA vía AP)

Después de las victorias de Brexit y Donald Trump, el populismo ha sido un factor, y el Movimiento Cinco Estrellas liderado por el cómico Beppe Grillo vería un voto “No” como un trampolín para el gobierno.

Pero la campaña también ha enviado a muchos votantes de vuelta a sus libros de texto de la escuela secundaria para reconsiderar los méritos de una constitución muy querida, produciendo una discusión nacional revigorante que ha recordado el referéndum de independencia de Escocia 2014 más que el retórico Brexit.

Renzi quiere reducir drásticamente el tamaño y los poderes de la segunda cámara parlamentaria, el Senado.

En virtud de su propuesta de reforma, un cuerpo de 315 diputados directamente elegidos y cinco legisladores de por vida se convertirá en uno con sólo 100 miembros, en su mayoría nominados por las regiones.

El cuerpo también sería despojado de la mayoría de sus poderes para bloquear y revisar la legislación, y para destituir a los gobiernos.

Otros cambios previstos incluyen la transferencia de algunos poderes regionales al gobierno nacional, facilitando la aprobación de grandes obras de infraestructura y la abolición de un costoso organismo de políticas en Roma.

Un referéndum sobre Renzi

Inevitablemente a la luz de su promesa de retirarse si pierde, la votación también se ha convertido en un referéndum sobre la personalidad de Renzi y su actuación después de más de 1.000 días en el cargo.

“Votaré sí porque quiero que Italia cambie. No me gusta como es ahora”, dijo la comerciante del mercado de Roma Marina Marabitti.

“Yo votaría ‘Si’ si no fuera por Renzi. No lo soporto”, dijo Giancarlo Sallusti.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico