Siendo el primer latinoamericano en hacerlo, Marcelo Rittner, excepcional líder espiritual de la Comunidad Bet El recibió, el 4 de diciembre, el galardón emblemático del judaísmo conservador:el Premio Internacional al Liderazgo Rabínico. Estas son sus palabras en la ceremonia.

“Habiendo regresado de Nueva York, luego de haber vivido una experiencia inolvidable, quiero compartir con ustedes, mi comunidad, el mensaje con el que recibí el Premio Internacional al Liderazgo Rabínico por medio de Masorti Olami, el brazo mundial de nuestro movimiento religioso el ultimo domingo 4 de diciembre en la ciudad de Nueva York”.

“Eile Toldot Mordejai Iehuda ben Dov u Pnina. Esta es la historia de Mordejai, el hijo de Dov y de Pnina. Pnina nació en Médanos, una ciudad a 700 km al sudoeste de Buenos Aires y cerca del puerto de Bahía Blanca, donde sus padres se instalaron y trabajaron cuando llegaron de Rusia a principios de 1895.

Dov, que, aunque parezca un término contradictorio, era un “honorable galitzianer”, nació en el Imperio Austro-húngaro de Francisco José, en un lugar llamado Wolvonicze, para el cual necesitarías una lupa para ubicarlo en un mapa. Cuando dejó el país ya era Polonia y hoy a la mañana seguía siendo Ucrania.

Eile Toldot Mordejai, quien nació en Buenos Aires y fue el único hijo de Bernardo y Paulina.

Crecí en las calles de San Juan y Boedo, una esquina de tango y fútbol, en un vecindario de clase media, en un muy pequeño departamento. Todavía recuerdo cuando todos los amigos de mis padres se juntaron para regalarme un televisor por mi Bar Mitzvá. La TV era tan grande que ocupaba casi todo el cuarto. Recuerdo con nostalgia mi ceremonia de Bar Mitzvá en el pequeño shul de Asamblea, a unas cuadras de la casa. Grandes recuerdos.

Desde que me enteré de este evento no pude dejar de pensar: ¿Cómo reaccionarían mis padres de saber que su único hijo sería hoy, delante de todos ustedes, quien reciba un premio por liderazgo rabínico, siendo el primer latino en obtener dicho honor? “¿Un premio? ¿En New York? ¿En la Goldene Medine? ¿Nuestro Mordjele? ¡Nunca nos hubiéramos imaginado semejante evento!”

Créanme, yo tampoco. “¿An er red in English?”, “Shtil, él cree que es en inglés”. Un milagro, un milagro…. Y, déjenme decirles, estoy tan contento de estar aquí hoy viendo como colegas hablan bien de mí. Ese también es un milagro…

Familiares y amigos gracias por compartir esta noche conmigo, es algo muy especial ver y sentir que ustedes están a mi lado. Un mazal tov especial a Miss Marion Mayman y al jazán Elias y a sus familias por sus logros.

Lo acepto en nombre de mis colegas, todos ellos, con un sentimiento profundo de un logro en común, de una tarea hecha con pasión e idealismo, como nos enseñara nuestro querido maestro Rabino Marshal Meyer Z”L.

Fue él quien construyó el primer puente cuando llegó a Buenos Aires desde NY, revolucionando un continente judío indiferente, encendiendo una chispa espiritual que le dio nuevo significado y vitalidad al judaísmo. Yo también fui tocado por esa chispa. Y tú, querida Naomi, (viuda del Rabino Meyer),que siempre nos abriste tu casa y tu corazón haciéndonos sentir tan especiales.

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Recibo este galardón con la esperanza de que sirva como motivación a las futuras generaciones de estudiantes del Seminario Rabínico, nuestra casa común, de continuar con esta noble tarea. Y acepto este tributo recordando a mis colegas y amigos que han sido llamados a su descanso eterno. Las semillas que ellos han plantado siguen dando frutos.

Me alegra ser parte de aquellos que han trabajado por poner el Judaísmo Latinoamericano en el mapa. Gracias a todos mis colegas de la RA que me dieron la oportunidad de encontrarnos, de aprender, de discutir y discutir, de practicar la meditación y de compartir tantos sueños y proyectos, especialmente, rav todot a todos aquellos que hoy están aquí. Y al trío conocido como Código Viena.

Gracias a los miembros de Bet El de México, mi comunidad. Por 32 años, me alentaron mostrándome su cariño y apoyo. Ellos vinieron desde México para compartir esta velada como familia. Esa es la razón por la cual llamamos a nuestra comunidad “La Familia Bet El”. A mis “socios” de cada día Leibele, Leonel, Ari: rav todot.

Y lo comparto con mi yeke favorita. Ruthy, mi compañera en este viaje de vida desde que nos conocimos en Camp Ramah en Argentina. Estamos juntos hace 46 años y ojalá vengan muchos años más. Tú, nuestros hijos y 9 nietos, todos ustedes me hacen tener ansias de vivir, llenan mi corazón y nutren mi alma, a pesar que usan mi Mac y mi iPhone sin permiso.

Al equipo de Masortí Olamí, voluntarios y profesionales, gracias otra vez por este honor. Estoy profundamente agradecido. Prometo guardar este premio en un lugar seguro. Saben, el año pasado mi Consejo Directivo me dio una medalla por mi humildad, y a la semana siguiente me la pidieron de regreso, porque descubrieron que la estaba usando… Sigamos estando cerca, uniendo continentes, vidas y reafirmando nuestra presencia y liderazgo en un futuro judío.

Comprometámonos a cumplir el pacto de ser Am ejad, im lev ejad, im kotel ejad. Esta noche, debemos afirmar Eile Toldot Masort Olami. Esta es nuestra historia. Y juntos la haremos realidad.”

Gracias a cada uno de ustedes por compartir este honor y este momento que me llena de fe y esperanza. Gracias Dios, Sheejainu…”