ELDER OF ZION / Mientras la gente continúa reaccionando a la publicación de la revista New York Times sobre Shuafat – escrita por Rachel Kushner, patrocinada por Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio) para escribir artículos anti-israelíes para un libro que marca el 50 aniversario de la “ocupación” de Israel, hay muchos ángulos a considerar.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Parte de la razón por la que Shuafat está tan lleno de gente es porque miles de árabes que ni siquiera son considerados refugiados por el UNRWA se asientan allí.

De UNRWA:

Actualmente, hay aproximadamente 12.500 refugiados palestinos registrados como residentes en el campamento de Shuafat. Sin embargo, UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, por sus siglas en inglés) estima que el número real de residentes en el campamento es de alrededor de 24.000.

El campamento de Shuafat fue ilegalmente anexado por Israel después de las hostilidades de 1967 cuando Israel estableció unilateralmente nuevos límites municipales para Jerusalem. Los residentes del campamento todavía tienen identificaciones de Jerusalem y, a diferencia de los poseedores de documentos de identificación de Cisjordania, se les permite residir en Jerusalem. Dado que el Ministerio del Interior israelí tiene una política de revocar las identificaciones de Jerusalem de los palestinos que no tienen su “centro de vida” en Jerusalem, el campamento se ha convertido en un lugar de residencia popular para los palestinos (no refugiados) como manera de no pagar los altos costos de vida de Jerusalem.

Como de costumbre, UNRWA no cuenta toda la historia.

Israel ha intentado durante décadas resolver el problema de una manera que permita a los residentes conservar sus identificaciones de Jerusalem.

Según este artículo en el sitio web oficial de Shuafat, desde mediados de la década de 1970, las autoridades israelíes han tratado de conseguir que los residentes del campamento se trasladen a otras áreas menos pobladas de Jerusalem, especialmente al barrio árabe de Wadi el-Joz. Sin embargo, “los residentes del campo rechazaron categóricamente la oferta israelí”, alegando que de alguna manera eso afectaría a su “derecho de retorno”.

En realidad, significaría que tendrían que pagar el alquiler en vez de conseguir la vivienda gratis de la UNRWA. Esa es la verdadera razón por la que no se mueven.

El mismo artículo dice que más de la mitad de los residentes en el campamento no son “refugiados”. Son ocupantes que aprovechan la ilegalidad del área.

El OOPS (Organismo de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas) debería asumir la responsabilidad de expulsar a estas personas, pero, por supuesto, el OOPS no lo ha hecho durante 60 años. Los árabes se han estado mudando a los campamentos de la UNRWA desde la década de 1950 para aprovechar los servicios gratuitos, y la UNRWA permite que eso ocurra.

La conclusión es que Israel ha tratado de solucionar los problemas de Shuafat durante mucho tiempo, y el OOPS les ha dejado en apuros, siguiendo el plan maestro palestino de mantener “campos de refugiados” para siempre como arma de propaganda contra Israel.

Y Rachel Kushner y el New York Times siguen alegremente esa pista.

Fuente: The Algemeiner – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico