DANIEL KUPERVASER

La falta de idoneidad de la justicia argentina para dar una respuesta clara de lo sucedido la noche del 18 de enero de 2015 en el departamento del fiscal Nisman exaspera y es motivo de seria preocupación. Los más afectados, por supuesto, son sus familiares a los que se unen las instituciones judías vinculadas directamente a la investigación en la que estaba a cargo y, porque no, todo argentino que reclama justicia objetiva.

En ese marco, nada sorprende que todo testimonio, indicio o sospecha que pueda hacer progresar la investigación es motivo de amplia e inmediata repercusión.

Haim Jelin, argentino de nacimiento, es miembro del parlamento israelí por el partido Yesh Atid. Recientemente fue entrevistado por Radio Jai de Buenos Aires, oportunidad que aprovechó para aportar su apreciación personal de lo que considera la sabida intervención de Irán en los atentados de la Embajada de Israel y AMIA. Pero esto fue solo el prólogo. Dando la imagen que es un entendido en la materia, y tal vez, participe de algún círculo cerrado con acceso a los secretos de estado más reservados de Israel, se descargó con una insólita declaración.

Según se detalla en la entrevista, “Jelin, quien describió la investigación del fallecimiento de Nisman como algo de importancia mundial, proclamó que la agencia de inteligencia Mossad sabe exactamente lo que pasó aquel 18 de enero de 2015”[1].

Esta primicia mediática de Radio jai es de valor incalculable. Dos años de investigaciones de la justicia argentina con dos equipos dirigidos por fiscales y la ayuda de decenas de expertos no lograron avanzar ni un centímetro en el esclarecimiento de lo ocurrido aquella noche de enero de 2015 en Puerto Madero. El testimonio formal de Haim Yalin puede resolver todo el problema de inmediato. Es de suponer que la DAIA, tan involucrada en el esclarecimiento del hecho, demandará su presencia en Argentina tanto por intervención judicial o por medio de sus vinculaciones directas e íntimas con Israel.

Si el lector no se prestó suficiente atención, deberá entender que se está frente a una crítica situación para la imagen de Israel en Argentina y el mundo. Se trata del testimonio de un miembro del parlamento israelí frente a un caso de posible asesinato de un alto funcionario argentino dedicado exclusivamente a la investigación del atentado de AMIA que tanto afecta al judaísmo e Israel.

Si se constata que la afirmación precisa de Jelin no es más que un dislate que nació de su imaginación sin ningún tipo de respaldo serio, pues estamos frente a un típico caso de fanfarroneo, muy natural en los miembros del parlamento israelí. Desde el punto de vista jurídico argento, tal vez se encuentre lugar para acusar judicialmente a Jelin de intento de obstrucción a la justicia.

No será la primera vez que un personaje de ese nivel hace alardes falsos para ganar puntos mediáticos pisoteando los sentimientos de allegados a una víctima inocente. En este caso la familia Nisman y la colectividad judía argentina pasaran una buena lección y ejemplo de la forma en que, en algunos casos, se relaciona Israel con judíos de la diáspora.

Por el contrario, si se prueba que Jelin tiene razón, entonces la situación de Israel es mucho peor. Los representantes de Jerusalén tendrán que dar muy buenas explicaciones del silencio de su agencia de inteligencia durante tanto tiempo. A sabiendas que el caso está estancado durante dos años, que no se vislumbran perspectivas claras de su esclarecimiento en un futuro cercano, ese comportamiento no merece otra denominación más que causar intencionalmente una situación de impunidad cuando estaba en sus manos la posibilidad de esclarecer el caso.

DAIA, que tanto dice preocuparse para saber la verdad de lo ocurrido el 18 de enero de 2015 en el departamento de Nisman, no puede dejarse estar y debe develarse por esclarecer por todo medio posible y a la prontitud esta afirmación de Jelin. La Familia Nisman, la colectividad judía argentina y el pueblo argentino los esperan.

 

 

Fuente:daniel.kupervaser.com