AMOS HAREL

Algunos drusos que han recibido órdenes de demolición de construcciones ilegales son padres de soldados caídos.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los drusos de Israel están siendo acarreados al conflicto entre el gobierno y la comunidad árabe israelí por las demoliciones de viviendas, ya que ellos también han recibido órdenes de demolición.

Los esfuerzos del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu para aumentar las medidas represivas contra la construcción ilegal están generando tensión en el sector druso, cuyos líderes han advertido de una posible escalada de violencia si se llevan a cabo las demoliciones.

Miembros de la comunidad drusa, una ramificación del Islam, están dispersos por Israel, los territorios palestinos, Siria y Líbano. Tras la captura de los Altos del Golán en la Guerra de los Seis Días de 1967 y su anexión en 1981, Israel concedió la ciudadanía a una población de aproximadamente 20,000 drusos.

Hoy en día, la minoría drusa en Israel cuenta con alrededor de 110,000 miembros. Algunos han desempeñado cargos importantes en la política y el ejército. De hecho, un porcentaje relativamente alto de esa comunidad sirve en las FDI.

Las recomendaciones sobre la aplicación de las leyes de construcción fueron emitidas hace un año por un equipo designado por el entonces fiscal general Yehuda Weinstein, refiriéndose a sectores árabes y drusos. Algunos propietarios drusos que han recibido advertencias de demolición han sido multados, pero pocas viviendas han sido demolidas.

Desde noviembre, sin embargo, el Estado ha emitido órdenes para demoler cerca de 20 construcciones ilegales en pueblos drusos como Maghar, Yarka e Isfiya. Hace dos meses las autoridades demolieron una casa en la aldea de Hurfeish en la Galilea, pero debido a que estaba situada en una zona remota y los propietarios tenían otro lugar para vivir, no hubo resistencia.

En Maghar, una de las viviendas que serán demolidas pertenece al hijo del mayor Kiwan Hamad, quien murió en un enfrentamiento con Hezbolá en el sur de Líbano en 1994. La muerte de Hamad provocó una tormenta en medio de sospechas de que otros soldados israelíes lo confundieron con uno de los atacantes y le dispararon.

En Isfiya, el propietario de una vivienda y padre de dos soldados que cumplen con el servicio militar obligatorio colgó un cartel fuera de su hogar que dice: “Las casas de los soldados no deben ser demolidas”.

Los líderes de la comunidad árabe están tratando de involucrar a los drusos en su protesta. Durante una tormentosa manifestación que tuvo lugar este sábado en el Wadi Ara al sur de Haifa, se exhibió un cartel denunciando las demoliciones en Hurfeish, Kalansua y Umm al-Hiran, las dos últimas comunidades árabes y beduinas donde se han llevado a cabo demoliciones recientemente.

Los activistas drusos partidarios de la Lista Árabe Conjunta marcharon al frente de la manifestación, en la que miles bloquearon la avenida principal.

Al mismo tiempo, los líderes drusos se esfuerzan por distinguir sus esfuerzos de la protesta árabe israelí. Ellos advirtieron al gobierno, a la policía y a funcionarios de seguridad que los enfrentamientos violentos podrían estallar si continúan las demoliciones de viviendas.

Los líderes drusos buscan un acuerdo que congelaría las demoliciones por ahora para evitar que otros pueblos drusos se unan a las manifestaciones de árabes israelíes que se han intensificado tras el incidente de la semana pasada en Umm al-Hiran donde murieron un maestro beduino y un policía israelí.

Fuente: Haaretz

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