MAY SAMRA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO- “We rise by lifting others” “Nos elevamos levantando otros” dijo Robert Ingersoll. Existen personas que llevan a otras a superarse- y son un agente de cambio y de mejora entre quienes los rodean. Una de ellas es Renée Dayan de Shabot, laureada el 22 de enero con el máximo galardón de la comunidad Maguén David..

Vuelvo 26 años atrás. Era yo una ama de casa frustrada y con ambiciones literarias cuando mi camino se cruzó con el de Renée. Había ganado una mención honorífica en el Certamen Literario Maguén David y Renée envió cartas a todos los ganadores del mismo para pedirles se suman al Comité de Prensa Maguén David. Llegué con timidez y me quedé 20 años, a lo largo de los cuales Renée me abrió las puertas de Maguén David- y del mundo. Supo fomentar en mí esta pasión por el periodismo y este afán de superación y de curiosidad que, hasta hoy, dan sentido a mi vida.

¿Cómo negarse a dar el 100% del esfuerzo cuando mi superiora nunca faltaba a las juntas del Comité, llegando incluso, alguna vez, con muletas y una pierna fracturada en 17 pedazos?

En Maguén David- y en la Comunidad Judía de México- Renée llegó a ser uno de los grandes pilares de dichas instituciones, asesora de Presidentes, miembro silencioso de los Comités, criterio reflexivo y conciliador, maestra en empatía.

Como directora de Tribuna Israelita, puesto que ocupa desde hace 20 años, ella usó su talento, sus conocimientos y su don innato por las Relaciones Públicas- que no es fingido, sino un verdadero interés hacia los demás seres humanos- para tejer lazos genuinos y cercanos con personajes de la vida política. Basta ver, al acercársele distintas personalidades, cómo se iluminan las caras, y así entenderemos la razón por la cual entró ayer a medio día a la sinagoga del templo Shaare Tefilá bajo una salva de aplausos, todos motivados por el cariño y el respeto.

En su entrada, la escoltaba Marcos Shabot, su compañero de vida. La pareja ha tenido una destacada trayectoria comunitaria, dedicándose sin tregua al servicio al prójimo.

Y para dar una idea de la calidad humana de ambos, quisiera relatar una anécdota. Alguna vez, mientras Marcos era Presidente de Maguén David, (más adelante sería también Presidente del Comité de Honor y Justicia Intercomunitario), una familia de pocos recursos se vio ofendida al serle concedido un espacio comunitario menor en la sinagoga. Marcos y Renée acudieron a casa de la familia y le ofrecieron disculpas a nombre de la Comunidad.

Es este don de gentes que hace merecedora a Renée al Premio Maguén David, que se otorga a personas honorables que han destacado en el servicio a su Comunidad. Conociéndola, sé que ella hubiera preferido mil veces otorgarlo que recibirlo. Pero no le quedó más que ser el objeto de afecto del público, su público, y de las decenas de personas que ha impulsado o apoyado. Desde los rabinos hasta los líderes comunitarios, pasando por sus subalternos y sus familiares, la felicidad de ver recompensada a una amiga querida inundaba los rostros.

“Este Premio y este día es, sin duda, más grande que cualquiera de mis sueños” dijiste, al final de tu discurso. Que nos veamos en alegrías, Renée.