ASA FITCH/ ARESU EQBALI

Los resultados muestran que los iraníes son escépticos acerca de los beneficios económicos del acuerdo nuclear con las potencias mundiales.

El presidente iraní Hassan Rouhani está perdiendo algo del apoyo público antes de la elección de mayo, según una nueva encuesta de opinión, que señala un cambio potencial hacia sus oponentes de línea dura dentro del establishment clerical gobernante luego del histórico acuerdo nuclear del país.

Los resultados de la encuesta pintan un cuadro con un público iraní cauto de la confianza de Rouhani colocada en los Estados Unidos y otras potencias mundiales cuando su administración negoció el acuerdo, y escéptico acerca de los beneficios económicos que pensaban traería.

Llevada a cabo en diciembre por la Universidad de Maryland, la encuesta está basada en entrevistas telefónicas con 1,000 iraníes y ofrece una medida de la opinión pública en un país donde los sondeos independientes son raros.

Un 69% de los iraníes sondeados dijo que veía a Rouhani o muy favorablemente o de cierta forma favorablemente. Eso representa una caída significativa de aproximadamente el 82% que lo veía en forma favorable o de alguna manera en forma favorable en un sondeo de junio de la universidad. La parte de encuestados que lo veía muy favorablemente ha caído en forma sostenida del 61% en agosto del 2015 al 28% en la nueva encuesta.

“La popularidad de Rouhani está recibiendo un golpe debido principalmente a que se le considera que falló en cumplir sus promesas de campaña,” dijo Amir Farmanesh, el presidente y ejecutivo principal de la empresa IranPoll.com con base en Toronto, la cual condujo el sondeo en nombre de la universidad.

Un 51% dijo que las condiciones económicas del país estaban empeorando, por arriba del 43% en junio. Casi 3/4 de los iraníes entrevistados dijeron que el acuerdo no había mejorado las condiciones de vida de la gente.

Pero Rouhani ha mantenido una considerable popularidad en parte porque él se ha mostrado exitosamente en un molde diferente al de su predecesor, el presidente de línea dura Mahmoud Ahmadinejad.

“La gente es emocional,” dijo Ali Pakzad, el jefe de redacción de Asr Eqtesad, un diario económico. “Ellos recuerdan la experiencia de la inflación de más del 40% y de la crisis económica del 2009 que se extendió al 2013. Ellos son críticos de Rouhani, pero si ven algún enfoque similar al de Ahmadinejad, le darán la espalda.”

IranPoll es una subsidiaria de People Analytics, que se especializa en sondeos en países donde es dificil operar. IranPoll ha conducido sondeos de iraníes desde el 2006. La última encuesta tiene un margen de error del 3.2%.

“La economía se percibe que está empeorando,” dijo Farmanesh. “El [acuerdo nuclear] es percibido como que no ha dado los beneficios prometidos. El programa nuclear estimado es percibido como habiendo sido eviscerado, y han habido pocas ganancias percibidas en las libertades civiles.”
Pero los efectos prácticos de la aparente caída en la popularidad de Rouhani siguen siendo difíciles de medir dentro del sistema político opaco de Irán, supervisado por el líder supremo Ayatola Ali Khamenei.

Khamenei, un intransigente que tiene la palabra final en la mayoría de las cuestiones de estado, tiene amplia influencia sobre el Consejo de los Guardianes, un organismo que supervisa elecciones y debe aprobar candidatos políticos. El consejo ha excluido a importantes candidatos antes, aunque no ha habido ninguna sugerencia de que Rouhani no será certificado.

Rouhani ganó la presidencia en el 2013 sobre una plataforma que mejoraría la suerte económica, abriendo el país al mundo después de una decadencia financiera de ocho años bajo Ahmadinejad. Durante la época en que Rouhani asumió el cargo, el valor de la divisa de Irán había caído abruptamente, y la inflación había estado subiendo en forma vertiginosa por sobre un 40% anual.

Los objetivos de Rouhani se incorporaron en el acuerdo nuclear logrado con Estados Unidos y otras cinco potencias mundiales en el 2015, bajo el cual Teherán aceptó colocar frenos sobre su programa nuclear discutido a cambio de aliviar las sanciones internacionales que aislaron su economía. La inflación ha sido domesticada bajo Rouhani y las perspectivas de crecimiento económico son razonablemente fuertes—se espera que la economía se expanda en un 4.1% este año, según el Fondo Monetario Internacional.

Pero los iraníes dijeron en la encuesta que no han visto mucha mejora económica desde que el acuerdo entró en efecto en enero pasado.

Los beneficios derivados del acuerdo podrían probar ser incluso más elusivos bajo el nuevo presidente estadounidense Donald Trump, quien prometió durante su campaña priorizar el desmantelamiento del acuerdo, lo que había sido una piedra angular de política exterior para el gobierno de Obama pero al que se opusieron muchos legisladores republicanos.

En otro revés para Rouhani, uno de sus partidarios políticos más leales, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani, murió de un ataque cardíaco este mes.

Un compañero cercano del Ayatola Ruhollah Khomeini, figura fundadora de la República Islámica, el Sr. Rafsanjani había podido en forma única caminar por los carriles entre los intransigentes y los moderados a quienes él llegó a favorecer más tarde en su vida.

Mohammad Reza Aref, un miembro del parlamento y aliado principal de Rouhani, dijo el martes que la ausencia de Rafsanjani fue un reto, pero la prioridad del presidente debe ser asegurar una alta asistencia en mayo.

Las esperanzas de reelección de Rouhani son impulsadas por la ausencia de un oponente popular de línea dura. Si bien las puntuaciones de favorabilidad de los conservadores han mejorado en los últimos meses, cuando IranPoll preguntó si los probables votantes favorecerían al presidente por sobre dos potenciales candidatos conservadores, el ganó convenientemente.

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México