ENRIQUE PRESBURGER CHEREM

En estos últimos días, hemos sido testigos de lo que significa tener una división de poderes eficiente en un país, y cómo esta ayuda a que verdaderamente exista un equilibrio de poder en el contexto de un Estado Nación. Hablamos nada menos que de Estados Unidos.

El actuar extremo de Trump a nivel real y discursivo ha activado las siguientes esferas de acción en varios niveles:

1. Nivel Judicial: El presidente Trump firmó el 27 de enero un decreto en el que se prohibía viajar y entrar a los Estados Unidos por un periodo de 90 días a inmigrantes procedentes de Irak, Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen y Siria (este último tenía una prohibición de inmigración permanente). Para contrarrestar esta medida, el juez federal del Estado de Washington, James Robart, decretó la paralización de la orden, logrando frenar la medida de Trump. El caso, que se elevó a la Corte de Apelaciones de San Francisco, mantuvo por unanimidad la suspensión de la orden ejecutiva, y las fronteras se reabrieron inmediatamente.

2. Nivel Empresarial: Apple, eBay, Facebook, Google, Microsoft, Netflix, PayPal y otras 97 empresas de tecnología y las comunicaciones presentaron un memorando ante los tribunales contra el veto anti inmigrante de Donald Trump. Argumentaron que el decreto presidencial: “inflige un daño significativo a los negocios americanos, la innovación y el crecimiento”, y “hace más difícil y caro para las compañías de EE.UU. reclutar, contratar y conservar a algunos de los mejores empleados del mundo”. Esta postura, contundente, uniforme y con una estructura legal, sienta un precedente de cabildeo efectivo del gremio empresarial de forma organizada y contundente.

3. Nivel Estatal: La Coalición Fronteriza de Texas, que está integrada, por alcaldes, jueces y funcionarios de 20 comunidades en la frontera con México, rechazó la orden de Donald Trump para construir un muro en el límite internacional; decretando en un comunicado organizado, que se entregó formalmente por escrito al poder ejecutivo, y se publicó en medios: “No podemos confiar en que la estrategia de erigir un muro es la adecuada para detener la entrada ilegal de personas, armas, drogas y contrabando a EUA. Lo que se necesita es lo opuesto, una política de integración binacional”.

Sin mayor necesidad de explicación, vemos un mensaje claro: la sociedad de Estados Unidos no está conforme con su presidente. No obstante, el resultado de este contexto sociopolítico, no resulta solamente en “memes”, quejas en redes sociales, y reclamos periodísticos. La inconformidad de los norteamericanos tiene una trascendencia al mostrar contrapesos organizados, institucionales y metodológicos; usando canales legales, gremiales y mediáticos.
Aprendamos de nuestros vecinos y aspiremos a tener una oposición organizada. Vaya que es efectiva.