ENRIQUE PRESBURGER CHEREM

Y de repente, en un año sumido en preocupaciones económicas por las perspectivas de crecimiento, nos llega un dato histórico impresionante: las remesas, en 2016, alcanzaron su récord histórico,  llegando a los $26,970 millones de dólares enviados.

Este impresionante dato significa oxígeno puro para los 1.4 millones de hogares mexicanos que reciben remesas, que además de recibir más dinero, percibieron un aumento real de ingreso por la devaluación equivalente a un 28.2%, o bien 500,000 millones de pesos más para consumir e invertir. Nuevamente, este monto supera los ingresos que el país percibe por el petróleo, inversión extranjera directa y turismo, y se posiciona como el flujo más importante que entra a México como componente del PIB.

En Estados Unidos, los estados originarios de remesas son California, Texas e Illinois, donde está una tercera parte de los envíos desde aquel país. Las entidades del país que resultaron las mayores receptoras de remesas, fueron por su parte Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Guerrero, el Estado de México y la Ciudad de México. Nuestro país es el cuarto mayor receptor de remesas del mundo según estadísticas del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo. Le rebasan China, India y Filipinas

Las remesas contribuyen por lo tanto a aliviar la pobreza de casi 10 millones de personas en México, logrando que dichos individuos tengan comida y techo asegurados. Es un componente de redistribución de riqueza, una fuente de inversión, y de promover el desarrollo de pueblos remotos faltos de infraestructura. Es así como 12 millones de connacionales, de los que 5.5 millones son indocumentados, se echan un país al hombro, donando parte de sus ingresos para sacar a sus familias adelante, y que representan nada menos que el ingreso más importante de un país. Analistas estiman que el repunte tan importante de este flujo, se debió en esta ocasión a que Trump ha amenazado directamente con empezar a cobrar impuestos sobre estos flujos, como un canal para recaudar dinero para su infame muro…Habrá que esperar que, por la propia estabilidad de México, esos flujos no sufran ningún tipo de restricción o regulación adversa.