Enlace Judío – Al cierre de abril de 2022, el ingreso anual de México por remesas (suma de doce meses de mayo de 2021 a abril de 2022) alcanzó 54,162 millones de dólares, luego de que en 2019 había resultado de 36,439 millones.

Hay varios factores que explican esa evolución positiva de las remesas, mismos que han sido comentados en notas de remesas anteriores. Esta nota se centra en uno de ellos: que en 2020 y 2021, los receptores de remesas en su conjunto necesitaron un mayor apoyo de sus familiares migrantes en Estados Unidos.

Esa mayor necesidad se originó de que se debilitaron sus otras fuentes de ingreso por el impacto que tuvo la pandemia de COVID-19 en la actividad económica en México. Asimismo, un segmento de las personas y hogares receptores de remesas tuvieron que incurrir en gastos de salud y funerarios. Una característica de los receptores de remesas es que en su conjunto tienen un menor acceso que el resto de la población a los servicios de seguridad social, lo que refleja que un porcentaje significativo de ellos trabajan en el sector informal de la economía.

La mayor aportación que hicieron los migrantes mexicanos al gasto de los hogares de sus familiares en México refleja un aspecto fundamental de las remesas que es contribuir a compensar la situación de desventaja de ingresos de sus familiares. Tal desventaja se agudizó en 2020 por la referida severa caída de la actividad económica y de los ingresos de los hogares, que no fue compensada por la insuficiente recuperación registrada en 2021.

De esa manera, la brecha entre la economía mexicana y la norteamericana y entre sus productos per-cápita se amplió en esos dos años. Cabe comentar que para más del 70 por ciento de los hogares receptores de remesas esos recursos no representan su principal fuente de ingreso, por lo que las otras fuentes son importantes para financiar sus gastos. Los efectos económicos de la pandemia de COVID-19 se adicionaron en México a un deterioro que ya registraba el producto per-cápita.

Esta nota documenta el fuerte impacto económico que tuvo en México la epidemia de COVID-19 en las personas y hogares receptores de remesas, así como en los no receptores, en sus empleos y fuentes de ingresos y en sus gastos de salud y funerarios. Dicho impacto abarcó a las distintas regiones del país.

También se analiza como un elevado número de los receptores y no receptores de remesas tuvieron que utilizar ahorros para sobrellevar la afectación económica, así como pedir prestado, reducir gastos y en la medida de lo posible algunos de ellos requirieron trabajar más.

Además, se revisa cuantos de los afectados ya para el tercer trimestre de 2021, habían podido recuperarse de la afectación económica. Dicho porcentaje resultó mayor en las personas y hogares receptores de remesas, de manera que los recursos enviados por sus familiares, principalmente desde Estados Unidos, les ayudaron a enfrentar de mejor manera el impacto económico de la pandemia.

La mayoría de las cifras que se presentan en esta nota provienen de mediciones del CEMLA derivadas de procesar los microdatos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021 (ENIF 2021), que recabaron conjuntamente la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El principal propósito de dicha encuesta fue identificar el grado de inclusión financiera de las personas adultas. Ahora bien, la encuesta incluyó una sección sobre afectaciones económicas por el COVID-19.

Afectación económica por COVID-19

De acuerdo con extracciones de la base de datos de la ENIF 2021, 50,888,688 adultos en el país tuvieron una afectación económica como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Esa cifra representó el 56.3% del total de los 90,328,320 adultos que había en el país en el periodo en que se recabó la encuesta, del 2 de junio al 13 de agosto de 2021. El porcentaje correspondiente fue mayor en el caso de las mujeres que de los hombres, 58.7% versus 53.7%. Por otra parte, el porcentaje de adultos con afectación económica fue mayor en los receptores de remesas que en los no receptores, 59.7% versus 55.9%.

El escenario descrito fue muy parecido en los hogares. Así, de los 36,134,561 hogares en el país en el periodo de la encuesta, 20,216,997 de ellos tuvieron afectación económica asociada al COVID-19, es decir, el 55.9% del total de hogares del país. De nuevo la afectación fue mayor en los receptores de remesas, de manera que de los 4,907,474 hogares receptores, 2,896,673 de ellos tuvieron afectación económica por la pandemia, lo que representó el 59% de los hogares receptores y dicho porcentaje superó al observado en los hogares no receptores de remesas, 55.5%.

Características de la afectación económica

El número de adultos que expresó que derivado de la pandemia de COVID-19 tuvieron una reducción de los que ganan o reciben resultó de 45,689,962 personas y como muestra la afectación fue significativamente mayor en el caso de las mujeres que de los hombres. Así, el porcentaje de adultos con reducción de lo que ganan o reciben fue el 50.6% del total de adultos en el país, pero el porcentaje fue de 53% en las mujeres y de 47.8% en los hombres. El porcentaje de adultos con caída de lo que ganan o reciben fue mayor en los receptores de remesas (53.8%) que en los no receptores (50.1%).

De nuevo, el escenario es muy parecido cuando lo vemos por hogares, ya que el porcentaje de aquellos en que al menos un integrante del hogar tuvo una reducción de lo que ganan o reciben como consecuencia de la pandemia de COVID-19, resultó de 50.1% y ello fue más frecuente en los hogares receptores que en los no receptores, con porcentajes de 53.1% y 49.7%, respectivamente.

Los resultados de la ENIF 2021 muestran que el número de adultos que tuvieron pérdida de empleo o de su fuente de ingresos como consecuencia de la pandemia, resultó de 19,744,145 personas y esa cifra se integró de 10,953,724 mujeres y 8,790,421 hombres. Tal afectación alcanzó al 21.9% del total de adultos en el país, al 25.5% de los que reciben remesas y al 21.4% de los que no reciben esos recursos.

Por su parte, el porcentaje de hogares con integrantes que tuvieron pérdida de empleo de sus fuentes de ingreso asociado a la pandemia de COVID-19 fue del 21.9% del total de hogares del país, con porcentajes de 24.6% en aquellos que reciben remesas y de 21.5% en los que no son receptores de esos recursos.

Gastos de salud o funerarios derivados del COVID-19

Los microdatos de la ENIF 2021 permiten identificar que el número de adultos en el país que incurrieron en gastos de salud o funerarios asociados al COVID-19 resultó de 22,217,608 personas y esa cifra se integró de 12,425,433 mujeres y 9,792,175 hombres, de manera que esa afectación impactó al 24.6% de los adultos en el país, al 26.1% de los de género femenino y al 23% de los hombres.

Tales cifras sugieren tanto millones de contagios como un elevado número de defunciones asociadas al COVID-19. Las erogaciones en salud o en gastos funerarios fueron más frecuentes en los adultos receptores de remesas, ya que impactó al 26.1% de ellos, mientras que en los no receptores afectó al 24.4%.

El número de hogares que incurrió en gastos de salud o funerarios asociados al COVID-19 fue de 8,675,954 hogares, de esta manera tales erogaciones impactaron al 24% de los hogares del país, al 25.5% de los que reciben remesas y al 23.8% de los que no las reciben.

Hogares receptores de remesas con afectaciones asociadas al COVID-19 según regiones del país

En todas las regiones del país la afectación económica derivada del Covid-19 fue importante en sus distintas manifestaciones, tales como que alguien del hogar enfrentó una disminución de sus ingresos, dejar de percibirlo por pérdida de empleo o incurrir en gastos de salud o funerarios. Al revisar tales afectaciones para el segmento de hogares receptores de remesas destaca, que tales afectaciones fueron significativas en todas las regiones del país, pero sobresale un mayor porcentaje de hogares afectados en la región Centro Sur y Oriente.

Acciones tomadas por las personas y hogares para enfrentar la afectación económica del COVID-19

El procesamiento de los microdatos de la ENIF 2021 permite ver las acciones que adoptaron las personas y hogares para enfrentar la afectación económica de la pandemia de COVID-19.

Algunas de tales acciones fueron pedir dinero prestado a familiares o conocidos, utilizar ahorros, reducir gastos, trabajar horas extras, realizar un trabajo temporal, solicitar adelantos salariales, vender o empeñar algún bien, utilizar más intensamente la tarjeta de crédito, atrasarse en pagos de crédito de instituciones financieras o aceptar los esquemas de ampliación del plazo de pago de intereses que ofrecieron algunas instituciones financieras, presenta alunas de las acciones que adoptó la población adulta del país ante la referida afectación económica y muestra que dichas acciones fueron más frecuentes en los receptores de remesas que en los no receptores.

Recuperación de la emergencia económica ocasionada por el COVID-19

Durante el periodo en que se recabó la ENIF 2021, del 28 de junio al 13 de agosto de ese año, el porcentaje de adultos que indicó ya haberse recuperado de la afectación económica ocasionada por el COVID-19, resultó de 34.1%.

A nivel regional el porcentaje de los que ya se habían recuperado fue significativamente menor en la Ciudad de México con solo el 17.8%. Destaca que el porcentaje de recuperación de los efectos económicos negativos de la pandemia fue significativamente mayor en los receptores de remesas que en los no receptores, 39.9% versus 33.3%.

Ello sugiere que en los hogares receptores de remesas los recursos enviados por sus familiares, principalmente en Estados Unidos contribuyeron a aliviar el impacto negativo de la pandemia de COVID-19. También sobresale que el número de meses que tardaron en reponerse del referido impacto negativo fue menor en los receptores de remesas, 5.5 meses, que en los no receptores, 5.9 meses.

Comentarios finales

La pandemia de COVID-19 ha tenido un enorme impacto social en México, ya que ha implicado cientos de miles de defunciones y millones de contagios, que han afectado a un gran número de hogares mexicanos.

Dicha pandemia también ha afectado de manera importante a la economía de las personas y los hogares, tanto receptores de remesas como los no receptores. Los resultados presentados en esta nota derivados del aprovechamiento de los microdatos de la ENIF-2021, muestran que las diferentes manifestaciones de la afectación económica de la pandemia de COVID-19, fueron mayores en las personas y hogares receptores de remesas y en las mujeres. Ahora bien en su conjunto, el segmento de receptores ha tenido una recuperación más rápida de la afectación económica de la pandemia.

Ello considerando que en los receptores de remesas y en las mujeres fueron más elevados los porcentajes de personas y hogares que indicaron que por la pandemia habían tenido afectaciones económicas, tales como una reducción de lo que ganan o reciben, pérdida de empleo o de fuentes de ingreso o erogaciones en gastos de salud y funerarios.

También en esos dos grupos fue más frecuente que para enfrentar la afectación económica tuvieron que pedir prestado a familiares o amigos, utilizar ahorros o verse obligados a reducir gastos.

Cabe preguntarse por qué la afectación económica de la pandemia de COVID-19 a la fecha del levantamiento de la ENIF-2021, había sido mayor en los receptores de remesas y en las mujeres, incluyendo en la afectación haber tenido que realizar gastos de salud y funerarios.

Una posible respuesta es que los datos de la encuesta muestran que esos dos grupos tienen menos acceso a los servicios de salud del IMSS, ISSSTE federal o estatal, servicios médicos de PEMEX, SEDENA o SEMAR o a un seguro médico privado o de otra institución.

De acuerdo con los resultados de la ENIF-2021, el 69% de los adultos receptores de remesas no cuentan con seguridad social, lo que se compara con 56% en los no receptores. En el caso de las mujeres el 62% no cuentan con seguridad social versus 55% en los hombres. La contrapartida de tales cifras es que es más frecuente en los receptores de remesas y en las mujeres el trabajar en actividades informales, mismas que no tienen seguridad social y presentan mayor volatilidad en sus ingresos.

Por último, cabe reconocer que el ingreso de México por remesas ha tenido un impacto muy positivo en aliviar en los hogares receptores las distintas manifestaciones de la afectación económica de la pandemia de COVID-19. Así, en los receptores de remesas no solamente fueron mayores los porcentajes de adultos y de hogares que superaron la afectación económica de la pandemia, sino también, lo lograron en un menor número de meses.

 


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