YONI BEN MENACHEM

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, hizo nuevos nombramientos para el liderazgo de Fatah el 15 de febrero del 2017, y nombró también un vicepresidente del movimiento. Sin embargo, no resolvió el problema de la lucha sucesoria palestina por la presidencia.

Con su medida, Abbas se las arregló para calmar en cierta forma el desorden al más alto nivel de Fatah, el partido gobernante. Detrás de escena, sin embargo, la lucha sucesoria continúa y podría intensificarse incluso.

Abbas afirma que tiene buena salud y por el momento puede continuar en su puesto. Pero funcionarios de alto rango de Fatah dicen que el presidente de la AP, quien ha pasado la edad de 80 años, pronto tendrá que encontrar un sucesor, porque la calma relativa entre el liderazgo del movimiento es sólo temporal y podría romperse en cualquier momento. El distanciamiento de Marwan Barghouti (quien se encuentra en prisión en Israel por asesinato) de cualquier posición importante en el liderazgo de Fatah sólo ha intensificado la confusión entre la generación joven del movimiento, la cual apoya a Barghouti. Es algo que explotarán los opositores de Abbas – más que nada Muhammad Dahlan, quien está en excelentes términos con Barghouti.

Abbas, de hecho, ha promovido a dos importantes figuras de Fatah a posiciones clave en el liderazgo.

Mahmoud al-Aloul, quien es de la generación fundadora de la OLP y fue uno de los camaradas de Khalil al-Wazir. (Al-Wazir, conocido como Abu Jihad, fue el más alto asistente de Arafat y comandante terrorista de Fatah hasta su asesinato en 1988.)

Al-Aloul fue nombrado vicepresidente del movimiento, y Jibril Rajoub fue nombrado secretario-general.

Aunque ambas de estas son posiciones principales, no son suficiente para calificar como sucesor de Abbas.

El 18 de febrero del 2017, Rajoub afirmó en su página de Facebook que el presidente de la AP había consultado con líderes regionales y con muchos otros estados en el mundo antes de decidir hacer vicepresidente a al-Aloul.

La lucha sucesoria violenta todavía está por delante

Ambos hombres, Al-Aloul y Rajoub, son inaceptables para el Comité Central de Fatah como posibles sucesores de Abbas para la presidencia de la AP. Tan pronto como Abbas esté en un estado de incapacidad, sobrevendrá una lucha sucesoria dura y violenta.

El artículo 39 de las regulaciones internas de Fatah dice que el puesto del vicepresidente es sólo por un año y sólo puede ser extendido con la aprobación del Comité Central.

La tarea más visible del vicepresidente es publicar directivas internas para el Comité Central en cuestiones que han sido discutidas. Al-Aloul reemplazará a Abbas como presidente si él está ausente o en un viaje y cumplirá cualquier rol que le confíe el Comité Central.

Él también supervisará la cuestión del reclutamiento para el movimiento, el manejo de sus asuntos financieros y económicos, y sus relaciones con ONGs y estados árabes. Este no es, sin embargo, un puesto con alguna gran importancia diplomática.

La posición de Al-Aloul es más importante, sin embargo, que la de Rajoub, quien fue nombrado secretario general.

Esa posición, según el artículo 40 de las regulaciones internas de Fatah, es principalmente técnica. El secretario general convoca a reuniones del Comité Central y establece la agenda en coordinación con el presidente y en consulta con los miembros del comité. Él monitorea la implementación de las decisiones del comité junto con el presidente y aprueba los protocolos.

Expulsando al Primer Ministro

En la política palestina de “el apetito viene al comer”; los dos hombres, Al-Aloul y Rajoub, ya están sacando el mayor provecho a sus promociones para tratar de y despejar su camino al liderazgo de la AP y quitar cualquier obstáculo.

Su objetivo actual es el Dr. Rami Hamdallah, el primer ministro palestino que desplazó al Dr. Salam Fayyad en el puesto en el 2013 y es considerado cercano a Abbas.

Según informes del 18 de febrero del 2017 en el diario Rai al-Youm, los dos están actuando para expulsar a Hamdallah, quien tiene relaciones tensas con ambos.

Al-Aloul y Rajoub también son rivales políticos perspicaces. Aunque cada uno se ve a sí mismo como sucesor de Abbas, ellos parecen tener un interés común en librarse de Hamdallah tan rápido como sea posible. Él no pertenece al movimiento Fatah y fue nombrado para el puesto debido a sus lazos personales con Abbas.

Hamdallah es considerado una personalidad débil que no puede liderar al gobierno palestino para logros, cuya gran ventaja es su gran lealtad hacia Abbas.

En el pasado, el miembro del Comité Central, Azzam al-Ahmad, trató de convencer a Abbas de despedir a Hamdallah pero falló. Hamdallah está acusado por el deterioro de la seguridad en las áreas de Nablus y Jenin y por fallar en atender las necesidades de la Franja de Gaza.

Al-Aloul y Rajoub apoyan como primer ministro al Dr. Muhammad Ashtiya o Sabri Saidam, actualmente ministro de educación y cultura. Tan pronto como tenga lugar la próxima reunión del Comité Central, se espera que Al-Aloul y Rajoub demanden una discusión sobre despedir a Hamdallah.
Abbas tendrá que contender tan pronto como sea posible con una cantidad de figuras de Fatah que quieren sucederlo. La libra de carne que él arrojó a Al-Aloul y Rajoub en la forma de posiciones importantes en el liderazgo del movimiento sólo los satisfará por un tiempo muy corto. Ellos no dejarán de tratar de debilitarlo, especialmente Rajoub quien es conocido como un subversivo incansable en la política palestina.

Involucrados también en la campaña estarán Dahlan y Barghouti, quienes es probable que unan fuerzas, y el General Majid Freij, quien ya ha forjado lazos con el nuevo jefe de la CIA, Mike Pompeo.

La calma actual en el liderazgo de Fatah es sólo temporal. A pesar de los nuevos nombramientos de Abbas la semana pasada, él podría colapsar en cualquier momento.

Al-Aloul no quiere problemas con Israel y está evitando cualquier declaración extrema que podría llevar a Israel a vetarlo como el próximo presidente de la AP.

Entrevistado por Radio Voz de Palestina el 18 de febrero del 2017, fue cuidadoso de tocar apenas la línea oficial de Abbas sobre “resistencia popular.”
Al-Aloul elogió el valor del poblado de Bili’n en su lucha contra el cerco de separación y los asentamientos. Pidió “resistencia popular,” un boicot económico a productos israelíes, y la construcción de poblados donde se supone que van a ser establecidos asentamientos israelíes. Sin embargo, se abstuvo prudentemente del apoyo a los ataques terroristas.

 

 

 

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México