Al llegar a Israel, nos emocionamos, nos alegramos, sentimos una gratitud enorme por haber aplicado en esta oportunidad y con muchas expectativas. Y así fuimos llegando al hotel, todos desconocidos y saludándonos con la cortesía y afectividad que caracteriza a los latinos.

Un grupo de personas que viajan de distintos países de Latinoamérica para una capacitación de “Educación para Desarrollo Sustentable”. Ahora Latinoamérica se encuentra en Israel para generar cambios en la educación con un proyecto que es una herramienta importante para la vida con alegría, esperanza, fe y perseverancia en que poco a poco las generaciones futuras tengan mejor vida.

Sin duda alguna después de llegar y estar instalados en el Hotel, la incógnita más cercana era saber quién iba a ser la persona que compartiría durante estos días la habitación y las personas que conformarían el grupo.

El primer día de clase la incertidumbre era enorme, nos reunieron en el lobby del hotel y entre miradas de desconocidos surgían muchas sensaciones, al subir las gradas para llegar al auditorio se escuchaban conversaciones de conocidos e inicios de pláticas de personas que en unos días se denominaron hermanos. La interacción entre cada participante ocurrió poco a poco, escuchamos un “paciencia” nos dijo Judith, Directora de METC, “las cosas se darán a su tiempo”.

A una semana de compartir, ya nacen frutos de los retos de trabajos en grupos, pero ante todo crece un sentimiento de cariño entre cada uno de nosotros y Judith. Además de situaciones características de una familia que nos dejan recuerdos de estudio y salidas sociales, marcados por sonrisas, detalles, calor humano y uno que otro tubo que sacó sonrisa y calentó el viaje. “Eso sí, siempre teniendo presente en hacer una educación para el desarrollo sustentable”

Siempre se suele relacionar las clases con un espacio delimitado, mesas, sillas y un pupitre, todo perfectamente alineado, donde cada persona tiene un rol, según el lugar que ocupa: docente, estudiante. Pues el primer día de clases nada de ello funcionó, el espacio se abrió: la sala de estudio, la escuela, la calle, las habitaciones, el hall, el lobby, todo desde la primera clase se convirtió en espacio de aprendizaje. Hemos sido estudiantes, maestros, compañeros, amigos, cómplices con una guía, quien en todo momento nos ha demostrado que se puede salir del perímetro, que se puede explorar y abrir horizonte, que podemos cambiar el mundo y, lo más importante, que para ello es necesario la razón y el corazón.

En nuestras visitas en la Secundaria “Eln Karem “Jerusalem, y la Primaria “GEFEN “Ciudad Ramat Gam,
pudimos ver la experiencia más de los alumnos que de los docentes, se observó que el currículo existente se utiliza como una metodología de emprendimiento, adaptando todas actividades de emprendimiento en sus asignaturas. Que la Educación para Desarrollo Sustentable es holística y debe incluir todos los temas.

Entre las lecciones aprendidas que nos llevamos están:

-Que todas las personas son artistas. Tener paciencia. Saber escuchar, pensar globalmente y actuar localmente.

-Que la Educación para Desarrollo Sustentable no tiene frontera, más bien es de la humanidad, más que un reto un desafío, en el sentido que cada participante debe ser un actor clave en el fortalecimiento del proceso de la educación hacia el desarrollo sostenible en cada uno de los países participantes, desde su accionar dentro de su propia realidad, historia y posibilidades.

-Que tenemos estudiantes del siglo 21, un currículo del 20 y un colegio del siglo 19, esta realidad es muy común en muchos países de Latinoamérica y un desafío para todos los sistemas educativos.

-El cuarto objetivo del Desarrollo Sostenible plantea la educación como un eje fundamental para alcanzar el bienestar de la humanidad; en el análisis de los participantes se concluyó que es también un compromiso.

-Que la Educación no cambia al mundo; cambia la persona que va a cambiar el mundo. Es contundente el rol del efecto que la educación debe lograr para mejorar nuestros países.

-Qué para cambiar muchas veces tenemos que salir de la caja de lo establecido, de lo común, y del hacer lo mismo. No se puede implementar una Educación para Desarrollo Sustentable solamente con planteamientos, debe ser con acciones concretas.

El desarrollo sustentable nos invita siempre a hablar de nosotros en lugar del yo, porque todas nuestras actividades deben de realizarse con la participación comprometida de todos; la idea es cómo implementar una cultura de sustentabilidad en la vida de escuela y de la vida de las familias de los y las niñas.

La Educación para Desarrollo Sustentable debe ser integrada dentro del currículo y no fuera de él, es decir, no crear discusiones de aprobación en cuanto es una herramienta para hacer las cosas y no necesariamente un cambio de sistema institucional. Unimos el sentimiento del niño con lo que hace en la escuela para su aprendizaje significativo.

Algo fundamental en la Educación para Desarrollo Sustentable es el rol del estudiante dentro del proceso, es decir, la escuela es de él y ella. Se debe buscar siempre el interés del estudiante.

 

 

 

Fuente: ofri.org.il