“Si bien podemos ser una nación dividida en políticas, somos un país que está unido en la condena del odio y el mal en todas sus formas”, dice el presidente de Estados Unidos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, se dirigió por primera vez a la Sesión Conjunta del Congreso el martes por la noche, en la que se refirió a la reciente ola de incidentes antisemitas en todo Estados Unidos, horas después de que se informara que había insinuado la posibilidad de que los incidentes no fueran resultado del antisemitismo.

“Esta noche, al marcar el cierre de nuestra celebración del Mes de la Historia Negra, se nos recuerda el camino de nuestra nación hacia los derechos civiles y el trabajo que aún permanece. Las recientes amenazas contra centros comunitarios judíos y la profanación de cementerios judíos, así como el tiroteo de la última semana en Kansas City, nos recuerdan que si bien podemos ser una nación dividida en políticas, somos un país que está unido en la condena del odio y el mal en todas sus formas,” manifestó Trump.

Esta frase fue la segunda en su discurso, que vino justo después de su reconocimiento del vicepresidente, los miembros del Congreso presentes, la primera dama y los ciudadanos que escuchan el discurso. Luego presentó una larga lista de sus decisiones políticas en el primer mes de su presidencia, que se enfocan en la economía, el mercado laboral, la seguridad nacional, la política energética y la protección de fronteras.

El primer líder extranjero mencionado por el mandatario estadounidense en su discurso fue el primer ministro canadiense Justin Trudeau. Trump dijo que “con la ayuda del primer ministro Justin Trudeau, hemos formado un consejo con nuestros vecinos en Canadá para ayudar a garantizar que las mujeres empresarias tengan acceso a las redes, los mercados y el capital necesario para iniciar un negocio y realizar sus sueños financieros”.

Trump mencionó a Israel una vez cuando dijo: “También he impuesto nuevas sanciones a entidades e individuos que apoyan el programa de misiles balísticos de Irán y reafirmé nuestra inquebrantable alianza con el Estado de Israel”.

Y subrayó: “Queremos la paz, dondequiera que se encuentre. Hoy Estados Unidos es amigo de antiguos enemigos. Algunos de nuestros aliados más cercanos, décadas atrás, lucharon en el lado opuesto de estas guerras mundiales. Esta historia debe proporcionarnos a todos la fe en las perspectivas de un mundo mejor”.

Según los informes, previo al discurso, el nuevo asesor de Trump de Seguridad Nacional, general HR McMaster, aconsejó al presidente que no asociara a todo el mundo musulmán y la religión musulmana con el terrorismo y el extremismo y evitara utilizar el término “terrorismo islámico radical” que Trump criticó a la administración de Obama haber omitido.

En el discurso, Trump usó esa frase una vez. Sin embargo, hizo hincapié en que ISIS, que prometió “extinguirlo de nuestro planeta”, había asesinado a muchos musulmanes y dijo que Estados Unidos “trabajará con nuestros aliados, incluidos nuestros amigos y aliados en el mundo musulmán” con ese fin.

En otro frente de la política exterior, dijo el presidente: “Apoyamos firmemente a la OTAN, una alianza forjada a través de los lazos de dos guerras mundiales que destronaron el fascismo y una guerra fría que combatió el comunismo. Pero nuestros socios deben cumplir con sus obligaciones financieras. Y ahora, tras fuertes y francas discusiones, están empezando a hacerlo”.

China fue mencionada sólo una vez: “Hemos perdido más de una cuarta parte de nuestros empleos manufactureros desde que se aprobó el TLCAN, así como 60.000 industrias desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2001.” Rusia, un país que ha estado en el centro de muchas controversias en torno a Trump y sus asesores principales en los últimos meses, no fue mencionado en el discurso.

Un momento político inusual llegó a mitad de su discurso cuando Trump hizo un llamado al Congreso para promulgar una licencia familiar remunerada en Estados Unidos. Esta es una política que durante años ha sido impulsada por los progresistas demócratas, y rechazada por los republicanos que dicen que perjudicará a las empresas y costará millones de dólares a los contribuyentes. La declaración de Trump provocó que incluso algunos de sus más grandes críticos demócratas se levanten de sus asientos en apoyo.

El ex gobernador de Kentucky, Steve Beshear, respondió al discurso de Trump en nombre del Partido Demócrata.

“El Presidente Trump también debe comprender que la gente puede estar en desacuerdo con él de vez en cuando, pero eso no los convierte en sus enemigos,” apuntó.

“Cuando el presidente ataca la lealtad y la credibilidad de nuestras agencias de inteligencia, el sistema judicial, el ejército, la prensa libre, los estadounidenses individuales, simplemente porque no le gusta lo que dicen, está erosionando nuestra democracia y eso es imprudente. Los verdaderos líderes no difunden la burla y la división. Los verdaderos líderes fortalecen.”

Las organizaciones judías estadounidenses elogiaron a Trump por su condena del antisemitismo. Sin embargo, le pidieron claramente traducir sus palabras en acciones concretas.

“Ahora esperamos las medidas enérgicas que la administración adoptará en respuesta a estos actos antisemitas. El antisemitismo es una cuestión de derechos humanos, un fenómeno distinto que debe ser abordado como tal”, dijo B’nei B’rith Internacional en un comunicado.

“Gracias por condenar el odio contra judíos e inmigrantes”, dijo Jonathan Greenblatt, director general de la Liga Anti-Difamación, en Twitter. “Ahora luchemos. Vea nuestro plan. Hagámoslo juntos.”

Sin embargo, otros grupos mostraron menos entusiasmo por el cambio de tono de Trump y dudaron de su sinceridad.

Steven Goldstein, director ejecutivo del Centro Ana Frank para el Respeto Mutuo dijo en Twitter: “Después de semanas de que nuestra organización haya tenido que pedir, convencer y criticar a este presidente para que se pronuncie en contra el antisemitismo, le damos crédito por hacer lo correcto esta noche … pero sus tonos repentinamente dulces no fueron acompañados de una bondad substantiva”.

-¿Dónde está la sustancia, señor presidente? Era como si envolviese el veneno de los prejuicios en algodón de azúcar,” continuó Goldstein.

“El Presidente no dijo exactamente qué haría para combatir el antisemitismo, ¿cómo pudo haber sido tan vago? Hemos soportado semanas de ataques antisemitas en todo Estados Unidos y esta noche no escuchamos una sola propuesta del presidente para detenerlos,” concluyó.

Fuentes: Haaretz, The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico