La combinación de la radioterapia con un tratamiento hormonal podría mejorar significativamente la supervivencia a largo plazo de hombres con cáncer de próstata cuya glándula ha sido extirpada, según un estudio de Cedars-Sinai publicado el 2 de febrero en New England Journal of Medicine. El régimen también puede reducir la frecuencia de propagación del cáncer.

El cáncer de próstata es el segundo más común en hombres estadounidenses. Se estima que aproximadamente 161.300 nuevos casos serán diagnosticados y cerca de 27.000 muertes se esperan en 2017, según la Sociedad Americana del Cáncer.

“Nuestro estudio indica que los tratamientos hormonales deberían ser aplicados a hombres que requieren radioterapia tras la cirugía para el cáncer de próstata,” afirma Howard Sandler, director del Departamento de Oncología Radioterápica del Instituto del Cáncer Samuel Oschin Comprehensive en el Centro Médico Cedars-Sinai.

“Más del 30 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata vuelven a presentar signos de la enfermedad en un período de uno a cuatro años tras la extirpación de la glándula, agrega Sandler.

Cuando un paciente experimenta una recurrencia, los médicos suelen prescribir radioterapia. “Nuestro estudio muestra que las terapias hormonales podrían añadir años a las vidas de los pacientes”.

El estudio, realizado por investigadores de 17 instituciones médicas, dio seguimiento a 761 pacientes con cáncer de próstata en EE.UU. y Canadá más de 12 años después de haber participado en un ensayo clínico aleatorio del tratamiento combinado, de 1998 a 2003.

Los resultados revelan que:

Después de 12 años, la incidencia de muertes por cáncer de próstata fue de 5.4 por ciento para los pacientes sometidos a radioterapia y tratamiento hormonal, en comparación con el 13.4 por ciento para aquellos que sólo recibieron radioterapia.

La incidencia de metástasis de cáncer de próstata fue del 14.5 por ciento para pacientes que recibieron ambos tratamientos, en comparación con el 23 por ciento para los que fueron sometidos a radioterapia.

Los efectos secundarios fueron ligeros y similares en ambos grupos.

El tratamiento hormonal utilizado en el estudio fue diseñado para suprimir las hormonas masculinas conocidas como andrógenos, que pueden estimular el crecimiento de las células cancerosas de la próstata. Los participantes en el estudio aleatorio tomaron bicalutamida diariamente durante dos años. Posteriormente, el medicamento fue suplantado por agonistas de la GnRH, en la práctica clínica. Debido a que ambos fármacos suprimen la producción de hormonas, el estudio presenta una “prueba de principio” para mostrar que la combinación de la terapia hormonal con el tratamiento de radiación reduce significativamente la tasa de metástasis y muerte en el grupo de pacientes que participaron en el estudio, explica Sandler.

“Esta importante investigación abordó una cuestión significativa en el cuidado de pacientes con cáncer de próstata, mostrando el continuo avance hacia una buena calidad de vida,” dice Steven Piantadosi, director del Instituto del Cáncer Samuel Oschin Comprehensive. “El liderazgo del Dr. Sandler demuestra cómo Cedars-Sinai está contribuyendo significativamente a mejorar los resultados de los pacientes con cáncer”.

Futuros estudios explorarán si todos o sólo algunos pacientes con cáncer de próstata requieren terapia hormonal, así como la duración del tratamiento y la función de las terapias hormonales más potentes.

Fuente: Cedars Sinai / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico