MICHAEL LEDEEN

Los líderes de la República Islámica están atemorizados. Se enfrentan a un equipo norteamericano de seguridad nacional que sabe mucho sobre ellos, y, a diferencia del gobierno de Obama, a ellos les disgustan mucho.

El libro del General Michael Flynn fue un éxito clandestino en persa, y el cuatrivirato de Pompeo, Mattis, McMaster y Kelly no muestra ninguna señal de querer seguir la vergonzosa alianza estratégica que forjó Obama con el Líder Supremo Ali Khamenei. Al contrario, los cuatro explican el rol de Irán como principal patrocinante del terrorismo internacional. Los cuatro saben que los ayatolas son letalmente serios cuando lideran cánticos de “Muerte a Estados Unidos.”

Los líderes iraníes sabían que podían salirse con la suya asesinando en tanto Obama estuviera a cargo, y que su administración protegería gran parte de los acuerdos entre los dos países. Pero últimamente hemos oído a funcionarios iraníes advirtiéndonos de no hacer públicos los elementos secretos del “acuerdo” nuclear.

Presten atención a las palabras de Adam Kredo: “Funcionarios iraníes de alto rango están advirtiendo a la administración Trump acerca de divulgar acuerdos secretos relacionados con el acuerdo nuclear que han sido ocultados al público por el gobierno de Obama, según comentarios recientes que provocaron rechazo de altas fuentes del Capitolio.”

La advertencia de Irán llega después del informe del Washington Free Beacon de Kredo divulgando que el ex asesor en seguridad nacional, Michael Flynn, había sido empujado fuera del cargo en parte debido a su intención de liberar estos documentos sensibles al público norteamericano.

Me atrevo a decir que ustedes no sabían que había muchas partes secretas del “acuerdo”, ¿lo sabían?

Parece que hemos estado reteniendo los secretos iraníes para ellos. Se me dijo que hay menos de diecisiete partes secretas (nota al FBI: Yo no tengo autorizaciones). Y cuanto más nos enteramos acerca de ellas, más bizarra se vuelve la historia: resulta que los documentos en cuestión son secretos, pero no clasificados. ¿Y por qué sería eso?

Aquí hay más luz de Kredo en esta oscuridad: “La parte secreta de los acuerdos relacionada con el Acuerdo Nuclear permanece no clasificada pero ha sido escondida en un lugar seguro del Capitolio, haciendo difícil verlas para el personal y legisladores. Los individuos que están buscando ver estos documentos deben tener autorización de seguridad y tienen prohibido tomar notas o hablar sobre lo que ven.

Esas normas y regulaciones de secreto no se analizan muy bien, en mi opinión. Parece haber un acuerdo para material que allá, cuando yo trabajé en la Casa Blanca en asuntos de seguridad nacional, solíamos llamar “realmente secreto”, ya que la información clasificada era filtrada tan a menudo. Sí, la filtración es una historia vieja, como lo son los cadetes mensajeros (WaPo, NYT) para los filtradores (alta concentración de la gente de la inteligencia).

Tenemos derecho a pedir la publicación de los acuerdos secretos con Irán. Si los ciudadanos no sabemos qué aceptaron Obama/Kerry/Rhodes/Jarrett, entonces el “debate” entero sobre lo que debe hacer Trump con respecto a Irán es esencialmente falto de sentido.

Los iraníes no quieren que sepamos qué hay en los documentos secretos no clasificados, y el acuerdo aparente de la turba de Obama–como de costumbre–con Irán en esta cuestión subraya la importancia de hacerlos públicos.

Sigo escuchando que el Consejo de Seguridad Nacional de Trump quiere publicar muchos documentos importantes sobre los que tenemos un derecho urgente de saber, como los capturados del escondite de Bin Laden. Espero que mis fuentes tengan razón. También necesitamos saber bastante más sobre la diplomacia secreta de Obama con los ayatolas — particularmente el rol desempeñado por Valerie Jarrett, la nueva compañera de casa del ex presidente.

Mientras estamos en el tema de las armas nucleares iraníes, demos una mirada a un artículo estupendo publicado en Israel acerca del proyecto conjunto de armas nucleares iraní-norcoreano. Ustedes obtendrán una línea de tiempo muy valiosa y un análisis cuidadoso, que los autores resumen en esta forma:

“Irán está haciendo continuamente progreso hacia un arma nuclear y está haciéndolo vía Corea del Norte. Irán no está dispuesto a someterse a un congelamiento de años de su programa militar nuclear como fue estipulado por el Acuerdo Nuclear de Viena del 2015. Corea del Norte está preparada y es capaz de proporcionar un medio clandestino de eludir el acuerdo, lo cual permitiría a los iraníes hacer avanzar en forma encubierta su programa nuclear. Al mismo tiempo es probable que Irán asista en la mejora de ciertas capacidades estratégicas norcoreanas.”

Me pregunto si hay pistas del programa iraní encubierto, con o sin los norcoreanos, en esos documentos ocultos en el edificio del Capitolio. Para ahora, la excelente gente que Mike Flynn puso a cargo de cuestiones meso-orientales y de inteligencia sabe probablemente mucho acerca de ese escondite, y mi suposición es que ellos estarían muy felices de hacerlo todo público.

Con todo el barullo acerca de los secretos rusos, es hora de mirar cuidadosamente las intrigas iraníes.

 

 

Fuente: PJ Media
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México