La guerrilla controla el enclave desde 2007 y se ha dedicado a aumentar o crear tributos, tales como el de “responsabilidad social”. Pero los residentes no reciben a cambio servicios públicos básicos ni inversiones en infraestructuras deterioradas, como las carreteras o los canales de agua para irrigación.

En 2007 el grupo terrorista Hamás se hizo con el poder en la Franja de Gaza y desde entonces ha sometido a los residentes a una ola de nuevos impuestos que muchos creen acaban financiando las actividades del grupo en lugar de proveer servicios públicos.

“Todos los ciudadanos se preguntan dónde está el dinero que Hamás recauda de la gente. Realmente no lo sé”, se quejó Jaled al Sakani, de 55 años.

Al Sakani también alertó sobre la falta de inversión en infraestructuras deterioradas como carreteras o canalizaciones de agua.

En el caso de Abu Younis, un comerciante de Gaza, los impuestos son particularmente pesados a la hora de importar mercadería de China que llega a puertos israelíes.

Además del IVA y el tributo aduanero, ambos abonados en acuerdo con Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en Cisjordania, tiene que pagar también un impuesto de “solidaridad social” con Hamás.

“Si meto 1,000 kilos de zapatos, tengo que pagar a Hamás 500 séqueles (unos 127 euros), además del impuesto de solidaridad social y el de la renta. No tengo elección”, lamentó Mohamed Ibrahim, vendedor de calzado que explica los gravámenes que sufren sus mercancías al momento de ingresar a Gaza desde el curce fronterizo de Kerem Shalom.

Abdel Majid Sweilem, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Al Quds, en Cisjordania, consideró que “para el movimiento de Hamás, Gaza es la gallina de los huevos de oro. Toma dinero de la gente para mantener su gobierno y poder cubrir sus costes. A cambio, no proporciona servicios en sectores como la educación, la sanidad, las infraestructuras y el bienestar”.

Ismail Najala, presidente de la asociación de importadores de Gaza, aseguró que Hamás sigue creando nuevos tributos. En 2015 aumentó al 25% el impuesto a los autos, que ya sufren un 50% recolectado por la ANP.

Según Najala, el movimiento islamista recauda un millón de euros al mes sólo con ese nuevo impuesto a los autos.

En total, Hamás recauda uno 100 millones de dólares al mes de los ciudadanos en Gaza, según analistas políticos y el Ejército de Israel.

Pero poco o nada de ese dinero parece llegar a inversiones en infraestructura, educación y salud, entre otros servicios públicos que se encuentran en un estado calamitoso en Gaza.

La pelea tributaria también desnuda los conflictos internos entre Hamás y la ANP, a la que el grupo islamista acusa de quedarse con la mayor tajada mientras ellos “recaudan lo mínimo para sobrevivir”, según dijo el ex ministro de Finanzas de Hamás, Ziad Zaza.

“Ambos rivales obtienen beneficios económicos de su división”, consideró en cambio el economista y director de información de la Cámara de Comercio de Gaza, Maher Tabaa, para quien el sistema fiscal atenta contra la reconciliación de los dos gobiernos palestinos.

 

 

Fuente:cciu.org.uy