Alrededor de las 20:30 horas, la base aérea militar siria de Al Shayrat fue blanco de un ataque con 59 misiles Tomahawk que fueron lanzados desde dos buques de guerra estadounidenses. Desde esta base se sospecha que salieron las armas químicas utilizadas en el ataque del martes pasado contra la población civil siria, y de la cual el principal sospechoso es el régimen de Bashar al Assad.

Los misiles atacaron aviones de combate sirios y otras estructuras militares, pero no atacaron nada que pudiera contener armas químicas. Las fuerzas militares estadounidenses afirmaron que no había aviones rusos en la zona y que los misiles no dieron contra ningún blanco ruso. El ataque tuvo una duración de entre cuatro y cinco minutos.

El Pentágono informó a los oficiales militares rusos del ataque, a través de los canales establecidos, antes de que este ocurriera. Los funcionarios estadounidenses hablaron de la posibilidad de que las autoridades rusas hayan alertado al régimen de Assad.

Este ataque con misiles de crucero Tomahawk es una de las opciones menos agresivas de las muchas que le presentó a Trump el jueves el secretario de defensa, Jim Mattis. La intención de esta maniobra, dijo Mattis, es enviar un mensaje a Assad sobre la disposición de Estados Unidos de echar mano del uso de la fuerza si el régimen sirio persiste en el uso de armas químicas. Según algunos informes sobre las autopsias a las víctimas del ataque del martes, el agente utilizado habría sido el terrible Gas Sarín, que ocasiona la muerte entre uno y diez minutos después del contacto con él.

Esta es la primera vez que la Casa Blanca ha ordenado una acción militar contra las fuerzas leales a Assad.

La velocidad con la que el gobierno de Trump respondió, apenas 72 horas después del ataque, parecen tener como objetivo maximizar el elemento sorpresa; y el ataque ocurrió tras una autorización ejecutiva firmada por el presidente Trump, sin pedir la autorización del congreso.

Tras el ataque, el Presidente Trump apareció ante los medios de comunicación para dar el siguiente mensaje:

El martes, el dictador sirio Bashar al-Assad lanzó un horrible ataque con armas químicas contra civiles inocentes. Usando un agente nervioso mortal, Assad acabó con la vida de hombres, mujeres y niños indefensos. Fue una muerte lenta y brutal para muchos. Incluso hermosos bebés fueron cruelmente asesinados en este bárbaro ataque.

Ningún hijo de Dios debe sufrir tal horror. Esta noche, ordené un ataque militar contra la base aérea militar siria desde donde se lanzó el ataque químico. Es de vital interés para la seguridad nacional de los Estados Unidos prevenir y disuadir la propagación y el uso de armas químicas mortales. No cabe duda de que Siria utilizó armas químicas prohibidas, violó sus obligaciones pactadas en la Convención sobre las armas químicas e hizo caso omiso de las exigencias del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Años de intentos anteriores de cambiar el comportamiento de Assad han fracasado, y de manera muy dramática. Como resultado, la crisis de refugiados continúa agravándose y la región continúa desestabilizándose, lo que amenaza a Estados Unidos y sus aliados. Esta noche hago un llamado a todas las naciones civilizadas a unirse a nosotros para tratar de poner fin a la matanza y el derramamiento de sangre en Siria, y también poner fin al terrorismo de todo tipo, en donde sea que ocurra.

Pedimos que Dios nos de sabiduría para enfrentarnos al desafío de este mundo turbulento. Oramos por la vida de los heridos y por las almas de los que han muerto, y esperamos que mientras Estados Unidos defienda la justicia, la paz y la armonía acabarán por prevalecer. Buenas noches y que Dios bendiga a Estados Unidos y al mundo entero.

Con información de whitehouse.gov, The New York Times y vox.com