ENLACE JUDÍO MÉXICO / El portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, reconoció que se avisó a Moscú del ataque, pero no dio detalles sobre el margen temporal del aviso. Como primera reacción, Rusia suspendió una serie de acuerdos que tenía con Estados Unidos  para “evitar incidentes y garantizar la seguridad de los vuelos de la aviación en las operaciones en Siria”, informó el Ministerio de Exteriores, que solicitó también una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU.

Las reacciones oficiales rusas han dejado espacio para la perspectiva de negociaciones en el futuro cercano, pero definitivamente esta será una nueva etapa en las relaciones geopolíticas.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que el ataque es una “agresión contra un Estado soberano que infringe las normas del derecho internacional con un pretexto inventado”.

Comentaristas rusos subrayan que la reacción de Trump rompe la percepción de un presidente desinteresado en política exterior, además de contrastar con la indecisión de Obama. “Trump actuará de otro modo y con él, o se llega a un acuerdo, o actuará de forma unilateral con métodos de fuerza y saltándose a la ONU”, dicen expertos rusos, ya que la acción militar estadounidense “no presuponía un reto militar a Rusia en Siria”, sino un “castigo a Bashar al Assad”.

El Kremlin niega que el ejército sirio disponga de depósitos de armas químicas, porque la destrucción de todos los arsenales de ese armamento pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Siria fue “fijado y confirmado por la Organización de Prohibición de Armas Químicas” (OPCW, organización especializada de la ONU, en sus siglas en inglés). En agosto de 2013, la diplomacia rusa se apuntó un gran éxito internacional al lograr que Assad aceptara el control y la destrucción de sus arsenales químicos.

Según el comentarista internacional Konstantin Eggert, “el triunvirato Rusia-Turquía-Irán está en peligro”. Por otra parte, afirma Eggert, no hay que hacerse ilusiones sobre las simpatías de los consejeros de Trump en relación a Moscú. Para Eggert, Moscú tiene tres opciones: aceptar ser el socio principal de EE. UU. en la regulación, mantener su línea y estar dispuesto a enfrentarse con Washington en la región, o bien marcharse discretamente. Lo más probable, según el comentarista, es que el Kremlin elija una mezcla de la primera y segunda opción. Aparte de olfato político, Trump “tiene sentimientos humanos y por lo visto quedó muy impresionado por las fotos de los niños muertos. Lo cual es una mala noticia para todos los que consideran que el cinismo es la forma suprema de las relaciones internacionales entre Estados”.

Con información de El País