Enlace Judío México.- Israel puede hacer cualquier cosa a Siria que considere necesaria para proteger su propia seguridad e intereses sin temor a reacciones más allá de lo predecible, o reacciones que pueda enfrentar y sufrir las consecuencias de ello. Esto se debe a que Israel conoce el techo para las respuestas de las partes activas en Siria, tanto de Rusia como de Irán. La respuesta de Moscú al ataque aéreo israelí que mató a algunos iraníes en Siria fue simplemente para informar al embajador israelí de la alarma de Rusia sobre el asunto. Irán, mientras tanto, no hizo más que disparar algunos misiles que pueden describirse más como una advertencia que un impedimento o venganza.

GHAZI DAHMAN

Israel ha cruzado todas las líneas rojas en Siria, mientras que Rusia e Irán no han establecido ninguna línea roja para confrontar a Israel desde que comenzó su participación en Siria. Me refiero a líneas hipotéticas, como los aviones israelíes que vuelan en el espacio aéreo sirio o golpean al régimen y las bases militares iraníes. Con la excepción de la Base Aérea Khmeimim, no hay límites a los ataques israelíes, incluido el Aeropuerto Internacional de Damasco y todos los sitios militares y de seguridad que Tel Aviv considere fuente de peligro.

Es fácil encontrar varias explicaciones teóricas para el comportamiento de Rusia con respecto a Israel, lo que hace que su reacción parezca tan indulgente. Esto incluye la influencia del lobby pro-Israel en Moscú, la presencia de un millón de judíos rusos en Israel y el hecho de que Rusia no quiere distraerse de su objetivo principal en Siria, que es imponerse como socio de peso para enfrentar a Estados Unidos y controlar el curso de los acontecimientos y sus consecuencias. Todo esto con el propósito de lograr un objetivo bien conocido para Moscú, que es colocar a Rusia en una posición internacional avanzada, más allá de una fuerza regional y convertirse en un centro de decisiones internacionales.

A pesar de esto, el entusiasmo del presidente ruso Vladimir Putin por lograr su objetivo de llevar a su país a la posición deseada no se ha visto obstaculizado por ninguna consideración o cálculo. A pesar de que tiene relaciones e intereses económicos con Europa y Turquía, en muchos casos, desde su participación en la guerra siria, ha tratado con estas partes sobre la base de una política arriesgada. Él cortó las relaciones con Turquía y la puso al borde de la guerra, mientras que sus relaciones con los principales países europeos como Francia, Gran Bretaña y Alemania también se han deteriorado.

Acuerdo nuclear: Israel está detrás de él – Cartoon [Sabaaneh / MiddleEastMonitor]

En ese momento, este comportamiento ruso fue interpretado como una expresión del cálculo de Moscú de que estaba al borde de una oportunidad histórica limitada al mandato de un presidente estadounidense débil en Barack Obama. Durante este tiempo podía crear hechos sobre el terreno para establecerse como un estado efectivo en Medio Oriente y luego globalmente. Esto requirió considerable audacia del líder ruso que lo impulsaría a desafiar a Turquía y Europa. ¿Por qué, sin embargo, Israel siempre es tenida en cuenta? La explicación lógica es que Putin tiene un problema con Israel que es más grande que la influencia del lobby y el millón de rusos en el país. El hombre gobierna con mano de hierro y no le da importancia a ninguna consideración en particular. Si Putin estuviera seguro de que sus armas podrían desafiar a Israel, no esperaría un momento para hacerlo, porque es el tipo de líder que cree en la fuerza para hacerse respetar, y que el mundo nunca respetará a los débiles ni les demostrará misericordia. Atacando al régimen de Bashar Al-Assad, Israel reduce la posición de Rusia y debilita su poderosa imagen.

Por lo tanto, Rusia no está interesada en un enfrentamiento con Israel que revelará muchos de sus defectos tecnológicos. Esta también es probablemente la verdadera razón por la cual Moscú no suministró a Assad el sistema de misiles S300. Este se pondría a prueba en el primer vuelo de una aeronave israelí y no habría margen de maniobra. En ese punto, el prestigio de sus armas se vería empañado, afectando así su participación en el comercio mundial de armas, que se ha convertido en algo en lo que Rusia confía para resolver su crisis financiera.

El asunto no es muy diferente para Irán, aunque sus consideraciones son de otro tipo. Teherán no está interesado en enfrentar a Israel bajo ninguna circunstancia. Si no fuera por la presión de los medios y la vergüenza que enfrentó frente a su gente y los partidarios de la alianza de “resistencia”, no habría tenido que dispararle ni una sola bala a Israel.

Irán está actuando de acuerdo con su evaluación de estar al borde de un control real y completo sobre la región, especialmente a la luz de los resultados radicales de sus aliados en las elecciones parlamentarias en Irak y Líbano. Esto coloca a Teherán en una posición políticamente dominante, por lo que le interesa preservar esta situación y no arriesgarla participando en una guerra con Israel que podría cambiar el equilibrio de poder de una manera que no sirviera a sus intereses.

Lo que le importa a Irán en Siria es estabilizar el régimen de Assad y no exponerlo a ningún peligro que pueda poner en riesgo esa estabilidad. Una guerra con Israel se consideraría una de esas amenazas, especialmente después de que más de un funcionario israelí haya dicho que la cabeza de Assad sería el precio del uso de territorio sirio por parte de Irán en cualquier guerra contra Israel.

No parece que Irán esté dispuesto a arriesgar todas sus cartas librando la guerra con Israel, especialmente Hezbolá, que proporciona un factor de presión en las negociaciones más que de ser útil en el campo. Esto demuestra que Hezbolá está quedando al margen como jugador principal en la ecuación del conflicto con Israel. El grupo libanés se mantiene en reserva por temor a perderlo para siempre.

Además de las consideraciones anteriores, hay un factor importante detrás de la renuencia de Rusia e Irán a una guerra con Israel; el último estaría luchando una guerra existencial. Como tal, estaría listo para lanzar todo al cuadrilátero, incluido su arsenal nuclear, a diferencia de Rusia e Irán, que buscarían mejorar sus posiciones de negociación e internacionales. Israel no se opone a que hagan esto, siempre que no amenacen su seguridad y existencia.

Este artículo apareció por primera vez en árabe en Al-Araby Al-Jadeed el 22 de mayo de 2018.

Fuente:  Middle East Monitor – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío